Capitulo 30 Huellas del pasado...

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"...Nada queda oculto...todos nuestros pecados han marcado nuestro final...¿Qué tanto hemos hecho para merecerlo?...es solo un viaje al pasado?..."

Grandes estruendos se escuchaban en el palacio de quien era de la reina Selene, el choque de las espadas era algo atemorizante al saber que padre e hijo se enfrentaban a muerte por el camino que ambos escogieron y obligándose a defenderlo

-¡maldito! ¡me separaste de mi madre y de mi hermana! ¡ahora me las pagaras!- pronuncio Darien empuñando su espada con mas fuerza

-no me hagas reír, siempre fuiste débil –sonrió de manera sarcástica- ¿tendrás la fuerza para derrocarme?

-¿acaso no piensas en Serena? –le pregunto-Artemis va por ella ¡tu sabes lo que le hizo a la madre de Diamante!

-...

-¿acaso no tienes un poco de compasión por tu hija? ¿la viva imagen de mi madre, Selene?

-¡cállate!-si dirigió hacia él directamente hacia atacarlo con todas sus fuerzas, iniciando así una nueva batalla

Mientras tanto, Rei tomaba un corcel del establo en medio del caos para cabalgar rumbo hacia el reino donde se encontraba su amado Darien, deseaba ayudarlo, avisarle del ataque, su corazón latía con fuerza, preso de la incertidumbre, una parte de ella quería estar al lado de Serena, pero la otra no se lo perdonaría si no ayudara a su amado, incluso si el intento le costaba la vida

Artemis cabalgaba rumbo al palacio donde fue su hogar y el inicio de su ducado, uno marcado por la sangre y el abuso, uno que el propio forjo con sus manos, desde que su hijo lo derroco, había estado en prisión, una pequeña habitación oscura, sin luz de día, una comida al día otorgada en el suelo como un animal, de vez en cuando tenia suerte, era cuando recibía 100 latigazos de aniversario por año de prisión, cada 10 años su hijo le visitaba con una mirada fría para luego escupirle en la cara, claramente no merecía respeto ni el tampoco lo buscaba, tampoco el arrepentimiento u el perdón, solo sabia que alguien le había acompañado todo ese tiempo, en su largo letargo de oscuridad y venganza, su conciencia

Sin embargo, la conciencia para él, no tenia otro nombre mas que Luna, la joven doncella de ojos azulados profundos y feroces, la mujer que jamás logro domar en todo ese tiempo a pesar de que la forzaba a estar con él, todas las noches hasta que ella quedo embarazada, era su mujer mas preciada a pesar de que le dio todo lo que él permitía darle, lujos, joyas, una bella habitación, Luna jamás le amo, sus noches eran forzadas, su cariño era rechazado, mientras que al nacer su hijo, sangre de su sangre, carne de su carne, recibía todo ese amor que siempre espero por parte de ella, cruzando una sola palabra para ello, destruir a su hijo

Beryl se cruzo en su camino, ella tenia contactos con unos mercenarios de mala muerte, mientras Luna y Diamante fueron enviados a exilio, la peli roja le advirtió que ella le era infiel con uno de sus mas fieles hombres, cegado por los celos, ordeno a que le hicieran todo el mal a la mujer que siempre amo, y que a su propio hijo le asesinaran sin compasión alguna, fue cuando el amor de madre hizo ocultar a su pequeño hijo mientras que ella solo se entrego a su suerte

Diamante jamás lo sabría, Artemis vio a Luna antes de que ella muriera, entre sus brazos, tomando su cuerpo moribundo, sucio, maltratado y mancillado, por primera vez en su inmunda existencia derramo lagrimas, fue el momento en que comprendió que no importara lo que pasase ya no tenia nada que perder, una hoja en blanco, su amor enfermizo hizo perder su humanidad, no había compasión, nada...

Al pasar los años, Diamante iniciaba su camino de venganza, derrocándolo del ducado, para él tomar el puesto a la fuerza de su padre, solo vio los ojos de su hijo, al igual que él, sin nada que perder, sin nada que esperar, solo vivir...

En esa oscura habitación, no sabia si era preso del delirio o era su conciencia-Luna...-ella estaba sentada frente a él, sin decirle nada, parecía su única compañía, le miraba fijamente, Artemis le hablaba y ella solamente observaba, a veces le decía sus planes de volver a tomar su trono, no recibía respuesta, otras que le amaba y nuevamente sin respuesta alguna, no había otra forma para su existencia, era su única compañía –ni muerta me dejas ¿Por qué?...

-¿dijiste algo?-le pregunto Beryl extrañada en un segundo corcel

-nada, no te interesa

"...detente por favor..."

-¿eh?-se detuvo de golpe al escuchar la voz de ella susurrándole al oído

-¿Qué te pasa?

-te dije que no te importa, vamos – se aventuro a cabalgar aun mas rápido, lo había tomado como una señal, ¡al fin escucho su voz! ¡solo eso era lo que deseaba! su voz...dándole su perdón...

(...)

-¡señor Artemis Black se acerca!

-de acuerdo-el aviso lo hizo ponerse de pie frente al balcón, ya había reducido a mas de la mitad en el campo de batalla, para el peli plateado no eran mas que basura, era un maestro en batallas, un pelotón de torpes mercenarios no eran nada contra él –es hora, Artemis, podre fin a tu vida de la peor forma posible, vengare así al fin a mi madre...


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Holaaa espero que les haya gustado este capitulo, muchas gracias por todo, SOLO QUEDAN DOS CAPITULOS, de esta hermosa historia, desde ya les agradesco por la paciencia y sus bellos comentarios que me hacen muy feliz, abrazos!!!

La esposa de un tirano  (Serena y Diamante)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora