Capitulo 29 Escapar...

428 62 8
                                    


"...Tengo que vivir...por mi hijo...por mi esposo,...por mi familia... y asi tendremos justicia..."

El corcel corría lo mas veloz posible saliendo del cual era su hogar, ahora llevaba sobre su lomo a la mayor responsabilidad del imperio, Serena se aferraba al caballo con fuerza armada con su arco y flechas saliendo del lugar que la vio nacer, y con la esperanza de que su hermano mayor sobreviviera ante ese ataque, llegando prontamente hacia una colina que le dejaba ver la mayor parte de la zona, vio salir humo de diversas partes, sin duda, todo su pueblo, incluido su nuevo hogar estaban en peligro por culpa de la venganza, bajo sus manos hacia su vientre, mirando con preocupación lo que pasaría si llegase a acercar a uno de eso puntos, vio con hacia abajo un trozo de espada abandonada a su lado, bajando de su caballo para recogerla tomando gran parte de su cabello dorado para cortarlo de un solo corte, atándoselo fuertemente para seguir avanzando, mas alejado encontró ropa masculina que la hizo obligarse a cambiar de ropa para pasar inadvertida entre todos los posibles enemigos que se encontraría en el camino, sin mencionar el deber de encontrar a su marido en su casa y decirle que se encontraba bien para ir en auxilio de Darien

-mi esposa aun no llega- dijo un Diamante algo alterado, paseándose de un lado a otro de su oficina como si lo llevase el infierno- se esta tardando demasiado, le dije a Darien que era peligroso un viaje tan largo

-si me disculpa, señor-dijo Kelvin algo tembloroso-la señora quería visitar a Sir Darien

-no la justifiques, Kelvin- Diamante pego su frente junto a la ventana- Serena...-susurro cuando una explosión cerca de su hogar lo estremeció completamente todo-pero...¿Qué?

-¡señor nos están atacando!-grito Nicolas mientras todo el lugar se sacudía

-¿Qué están esperando? Avísale a los demás que defienda el pueblo

-si, señor

-Artemis...-musito entre dientes el peli plateado mirando por la ventana, para sacando su espada preparándose para pelear – acabare con esto de una vez por todas, Serena...te juro que te dejare en un lugar mejor

-Diamante...-decía ella tratando de alejarse lo mas posible de la batalla, grandes explosiones por doquier, tomando rutas que ni ella mismo imagino para mantenerse segura, incluso la llevo a abandonar el caballo al escuchar que algunos enemigos andaban cerca comentando lo mucho que le harían a ella si llegasen encontrarla, tomándola a seguir el camino a pie, agradecía un poco que llevaba poco tiempo de embarazo así podía avanzar ligeramente sin problemas, su corazón estaba con Diamante pero también estaba con Darien quien luchaba para defender el pueblo que lo rechazo y lo hizo separarse de su madre quedando en el olvido al igual que ella

-¿escolta real de la princesa Serena?-pregunto Artemis con una sonrisa sarcástica –no me hagas reir

-eres un simple escolta de pacotilla- dijo Beryl con una sonora carcajada, haciendo que el peli negro sonriera de lado

-¿acaso no recuerdas que soy el real heredero de este reino, Beryl?- ambos silenciaron- por la tierra de mi madre, por mi pueblo, y mi hermana, luchare hasta el final

-así esa mujer es tu hermanita menor, será interesante conocerla-volteo dándole la espalda –quizás deba hacerle una visita

-¿Qué no me escuchaste? Lucharas conmigo-pronuncio Darien molesto

-no te aburrirás-pronuncio el peli plateado, mirando a sus soltados-mátenlo –ordeno volteando cuando una cuchilla le roso el hombro rosándolo por leves milímetros de su piel

-¡nunca nadie me ha dado la espalda!-le grito

-maldito...-musito frunciendo el ceño, sacando su espada, solo que una sombra paso a su lado quedando todos en silencio

-hijo-dijo Endymion sacando su espada-tu debiste haber muerto desde que tu madre te dio a luz

-no tienes el mas mínimo derecho de llamarme hijo, Endymion, este reino es mi madre, si lo quieres comprobar, felizmente de derrocare

-eso esta por verse –musito su progenitor-y tu- se dirigió hacia Artemis- no toques a mi hija

-veo que tienes una favorita- dijo cruzándose de brazos – mas curiosidad tengo en conocer a esa mujer, de seguro debe ser la viva copia de tu mujer ¿no?

-si la tocas te matare

-ya son tres, su hermano, su esposo y ahora su padre quieren matarme por ella, que divertido – termino de decir de manera sarcástica-bueno, te dejo la batalla voy por mi objetivo – sacudió su capa para marcharse

-quiero acompañarte – interrumpió Beryl –quiero ir donde esta tu hijo

-¿eso es lo que quieres?-le pregunto arqueando una de sus cejas- ¿tanto es tu odio hacia ella?

-¿Qué?

-¿crees que no se lo que quieres? Ver como ella muere como murió Luna ¿no es así?, esta bien, te daré el beneficio de verla morir, que absurdo, las mujeres son criaturas horribles que hacen cualquier cosa cuando están celosas ¿no es así?

-¡yo no estoy celosa de esa mujer!

-¿la llamaste mujer? Veo que hay algo mas que eso Beryl, es como si la conocieras antes de que ella naciera

-no se de lo que hablas –musito para dirigirse a la salida

-esto es mas interesante de lo que pensé, creo que me divertiré mucho en lo que era mi pueblo, no sabes lo que te espera Diamante...

(...)

-¡Diamante!- grito Serena al entrar a la oficina finalmente custodiada y a salvo abrazando a su marido con fuerza

-¡Serena!-ella le contuvo con sus brazos al ver que sus piernas temblaban-¿estas bien?-ella asintió un tanto agotada

-estoy bien, solo cansada, camine demasiado para llegar hasta aquí, tu...-los ojos de la joven comenzaron a oscurecerse-tu padre...esta...

-¡Serena!-la sostuvo aun mas fuerte al verla caer entre sus brazos

-Darien...pe...peligro...-termino de decir para perder la conciencia

-¿Darien? Ya veo...-los estruendos eran mas agudos-las personas corrían por doquier, otros se ordenaban firmemente para defender la mansión, sin duda, todos los ataques eran en simultaneo, sin darles la posibilidad de pedir o recibir ayuda, sin duda era un verdadero milagro que su amada había llegado sola hasta el palacio -¡Nicolas! ¡Andrew!

-si señor –ambos se acercaron

-cuiden de mi esposa, llévenla a su habitación, nadie sale, nadie entra ¿de acuerdo?

-si

-¿Dónde están las amigas de mi esposa?

-están en un refugio mi señor-dijo Nicolas

-es una alivio, si algo les llegase a pasar a ellas mi esposa se sentiría muy triste- dejo por esa única vez que su mujer sea cargada por otro hombre llevándosela aun lugar seguro

-Serena...-pensó preocupado- prepárense para la batalla esto termina ahora

-¡si señor!

-Darien...-Rei quien había salido del refugio para ayudar a la princesa a su llegada, escucho todo lo que pasaba con el hermano mayor de su doncella, cubriéndose la boca con ambas manos, mirando hacia uno de los corceles de las caballerizas – voy a salvarte...


***********

Holaaa espero que les haya gustado este capitulo, muchas gracias por leer y comentar, mil abrazos!!!

La esposa de un tirano  (Serena y Diamante)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora