Capítulo 21. Boceto en extinción

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SERENA.

Balanceo mis pies sobre el agua mientras cubro aquel mordisco de ese día de la fiesta. Honestamente no puedo evitar recordar sus labios contra mi cuello y sus manos sujetandome.

Ladeo mi cabeza para olvidar,pero es imposible...En realidad es imposible el recordar como lame mi cuello y enseguida lo mordisquea como si fuera un vampiro hambriento.

Dibujo el vestido de novia para mi prima Danya,la cual veo como gotas de agua salpican mi boceto séptimo en rehacer.

—¡Quieres tener un poco de cuidado,idiota!—grito.

—¿A quién diablos le dices idiota mi acosadora?—preguntó poniendo sus brazos sobre el cemento. —Sabes que aquí no es lugar para dibujar.

—A na...—digo siendo interrumpida por mi propio hipo. —Solo quiero relajarme un poco después de tanto estrés.

—Veo que veniste a verme —agregó.

—¡Realmente no sabía que estabas aquí!—me encojí de hombros continuando mi boceto.

—¿Y a dónde irás después?.

—A casa.

—¿¡Sigues en el trabajo cierto!?.

—Si,solo que pedí vacaciones por tres semanas.

—¡¿Qué harás en ese tiempo,si aún falta para navidad?!.

—¿Cuándo dejarás de interrogarme como si fueras un policía del FBI?.

Rasco su nuca,—No lo sé,tal vez nunca.

Suelto un suspiro levantandome y abrazando mi cuaderno de bocetos,veo como extiende su mano a mí.

—Me ayudas a salir.

Accedí,le tomé la mano pero él por un momento tomo mi espalda aprisionadome a su pecho y dejándose caer de espalda.

No puedo moverme bajo el agua,solo siento como si las sirenas estuvieran jalandome hasta el fondo aún cuando veo su mano sostenerme y sacarme a la superficie.

—¿Estás loco?—lo golpeo. —No puedes jalarme así al agua,no se nadar.

—Te iré a dejar a tu casa —comentó dejandome en el escalón.

Sacudí mi libreta de diseño al ver el intento de mi boceto séptimo para el vestido de mi prima,estaba arruinado. Octava vez es lo que puedo pensar al ver lo que llevaba avanzado.

Antes de tomar mis cosas mi Absolem puso una toalla sobre mi espalda.

Una vez en los vestidores me di una ducha con calma ya que había más mujeres rodeando el lugar. Pero en ciertas formas me da un poco de pena que me vean desnuda,así que siempre voy al baño.

Al salir del sanitario miré mi reflejo sintiendo que en algún momento iría a salirse y atraparme,pero huyo de manera veloz hasta toparme nuevamente con es epecho duro.

—Maldición —bufó mirando su camiseta.

—Lo siento —sonreí pasando mi dedo sobre su playera llena de espuma.

—¿Qué tal sabe?—preguntó.

Moví la cabeza ambos lados simulando un medio,algo agridulce por su puesto que ni un poco dulce.

Salimos de los vestidores dirigiendonos a su auto pero me detuve al ver la máquina de frituras.

—¿Quieres algo?—pregunto al ver que sigue comiendo su pastelillo.

Mi Chico MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora