Para ellos la historia que Gabriel contaba era una monstruosidad.
Cervantino le había matado por celos a la madre superiora a quien ahora temían, pero ¿porque haría algo así?
—Esto es así —, dijo Magali— La madre superiora enamoro a Cervantino y a Gabriel, Gabriel le mentía a su amigo y este le mató en un invierno, pero ¿por qué "el aprendiz de brujo"?
—Porque Cervantino aprendió de ella a ser malo —, respondió Gelga.
—Y... ¿"El jardín secreto"?
—¿De qué hablas Magali? Esa no se ha escuchado.
—Lo sé, pero cada vez que la toca Sor Magdalena, Gabriel sopla las hojas de mis partituras. Y ya no sé qué...
—¿No fue la madre Magdalena quién te hablo del Cervantino de antes, Magali?
—Sí, pero... ¿Que con eso?
—Ella sabe la verdad.
Sin temor alguno fueron al dormitorio de la monja quien aún adormilada se sentó sobre la cama, talló sus ojos y apenas abrió la boca para reprenderlos, Ernesto hablo:
—¿Que paso con Gabriel y Cervantino?
Le contaron lo que escucharon tras la puerta y ella no daba crédito de aquello. La llevaron al sótano para mostrarle las pistas reunidas y en un escandaloso llanto compartió lo que recordaba.
Gabriel había crecido ahí, siempre callado y dócil, cuando llegó Cervantino quien fue abandonado debido a su enanismo sin duda llenó de alegría el lugar e increíblemente también al solitario niño, juntos aprendían música soñando montar una ópera en su adultez, sin embargo la algarabía de Gabriel se esfumaba apenas caía la noche.
—Él era muy unido a la madre superiora —, dijo la mujer.
—¿Como murió? —, indagó la peliroja.
—Cayó del campanario. Cervantino nos contó que jugaban, que fue un accidente.
—¿Lo enterraron en el Jardín? —, pronunció Agustín.
—Sí —, dijo sollozando— Desde entonces Cervantino es quien no se aleja de la madre, siempre está triste... Debe sentirse culpable.
—Ni que lo diga —, musitó Magalí
—A partir de eso la música resonaba cada noche —, continuó relatando la madre— cansados decidimos arrojar el tocadiscos, vinilos y el oboe de Gabriel, el instrumento que tocaba.
—Por eso Sor Genoveva no me lo dejo quedar.
—Ahora cambian las coplas cada vez, no sé por qué —, mencionó desconsertada la mujer
—Son pistas —, explicó Ernesto.
—Cuando las entendemos cambian —, indagó Magalí.
El tocadiscos comenzó a girar emanando una melodía tenebrosa que resonó por todo el orfanato siendo escuchada por todos quienes habitaban en el.
—¡ANDRES! —, gritaron todos,
Pensaban que Cervantino aria lo mismo con el pequeño niño de ocho años, o el de doce no sabían a quién mataría por celos. Corrieron fuera del sótano donde desde hacía días entraban gracias a las maniobras de Ernesto con los broches de Magali o la ayuda de Gabriel, al llegar arriba vieron a quien buscaban entrar con pasos fuertes a la oficina de la madre superiora.
—No son celos, él te odiaba, igual que yo —, gritó Cervantino mientras hundió por vez primera el cuchillo cebollero en el vientre de la monja
—Tranquilo, yo... —, ella se quejó.
—Te odio, me das asco —. dio una estocada más— Lo deje ir para que descansara —, retorció el arma entre las tripas— Me quede para que no dañarás a otros, pero ni uno más.
Las monjas gritaban con horror, otras corrían escandalizadas, Sor Genoveva no dejaba bajar a ningún infante para protegerlos, nadie detuvo a Cervantino.
Ochenta y seis puñaladas recibió la aberrante mujer, la sangre brotaba a borbotones de la boca y el destrozado abdomen, una ráfaga violenta de viento abanico las puertas, el lugar se hundió por varios segundos en amarga penumbra, "la marcha fúnebre" no dejo de sonar y algunos lamentos se escuchaban a la par. Cervantino corto su propio cuello y cayó a los pies de a quien asesinó.
Fue sepultado en el jardín junto a Gabriel, y la madre en la fosa común, nadie la reclamó, Sor Genoveva tomó el control de aquel lugar, nunca más se oyó a nadie hablar de aquel día y las melodías nocturnas jamás se volvieron a escuchar.
Magali, Ernesto, Agustín y Gelga, no volvieron a ser los mismos, desconfiaban de todos, se dedicaron a cuidar de los menores y a intentar superar eso que no habrían de contar.
FIN
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El llamado de Gabriel
Misterio / SuspensoMagali es una niña de nueve años que tras la perdida de sus padres ingresa al orfanato "Iknimej". Cada noche una melodía le impide conciliar el sueño, y cansada de ello emprende una investigación sobre aquello que no la deja descansar, no sin antes...