Bajo aquella lluvia mi corazón cobarde quería irse muy lejos, pero, por desgracia el clima me impedía correr normalmente, pero de repente mi cuerpo no pudo más, tantos sentimientos no me dejaban ver la cosas claras, entonces me quedé parado bajo aquella lluvia, nadie me seguía y no quería regresar a casa. Sin embargo sabía que lo mejor que podía hacer era regresar.
Lastimosamente allá en aquel café no había comprado nada de comer y eso me revolvía el estómago.
Entonces se me ocurrió que seria buena idea pasar por algo de comer, sin embargo con mi ropa mojada lo único que podía hacer es pedirla para llevar.
Luego de pensarlo un momento opte por comprar hamburguesas, tenía una hambre que le hacía rugir el estómago cada cinco minutos. Entonces decidí hacer la compra.
Por suerte la mayoría de locales estaban cerca de casa. Al llegar al lugar pedí tres hamburguesas veganas, enserio, llevaba días deseando comer una, pero pues no había tenido la oportunidad de comerlas, a pesar de que no soy vegetariano realmente me gustan. A la orden le agrego unas 3 porciones de papas y un refresco (el más grande que había).
Llegando a casa, prendí la tele y me senté en el sofá, empecé a abrir las bolsas de comida, por algunas cuestiones pasé comprando más comida, necesitaba desahogarme y que mejor manera que hacerlo con comida. Tenía tiempo sin comer así, desde que Owen se... sentí que me empezaba a ahogar, entonces pegué un sorbo de refresco.
-Maldito Owen- dije masticando un pedazo de papas. Pero de repente alguien tocó la puerta.
Abrí la puerta y sobre mí saltó Owen, sentí una maldita presión en el corazón, él se aferraba a mi y no sabía que hacer, estaba entrando en pánico.
-¿Qué estas haciendo?- dije sereno aunque por dentro me estuvieran comiendo los nervios.
-Tú no lo entiendes- dijo este mientras se aferraba más -Nick, tu eres un completo idiota- sentí como empezaba a enojarme y me lo quité de encima, al ver sus ojos azules, mi corazón se paró por un segundo.
-Te esperé, te busqué por todo el maldito pueblo- que estoy haciendo, estas palabras salen de mí y no puedo evitarlo. -Estoy tratando de olvidarte, cada noche desde que te fuiste ha sido un maldito tormento, porque vienes a tratar de destruir las paredes que cree para alejarme de ti. No soy un juguete al que un día le dices que lo amas y al siguiente te vas y regresas solo para decirme que te vas a casar. Estas loco.- Carajo porque digo esto.
-Mírame a los ojos y dime si piensas que yo realmente no te quería.
-¿Cómo averiguaste donde vivía- dije sin mirarlo
-Te seguí, compras mucha comida para ser una sola persona.
-Eso no te interesa.
Mierda, no entiendo porque esto me tiene que pasar ahora cuando estaba al borde de superarlo, cuando solo me faltaba no pensar en él, regresa. Como sí nada, empezó a caer una tormenta, no puedo creer que hasta el clima este de su parte.
-Puedes quedarte hasta que pase la tormenta- dije mientras me sentaba y agarraba comida. le hice una seña con la mano para que se sentara, le ofrecí comida y hubo un enorme silencio incomodo.
-En fin, ¿Para que viniste hasta aquí?- encendí el televisor, quería ver algo estaba cansado, la noche se aproximaba y la maldita lluvia no se calmaba.
-Vine por que quiero aclararte las cosas- dijo, enserio ha cambiado tanto, lo recuerdo como un chiquillo que lloraba por cualquier cosa y ahora cambiamos roles, él es incluso más alto, debo admitir que si es bastante apuesto. -Ha sido tan sofocante sin ti. Mi padre me llevo a París, dijo que tenía que dejar de ser alguien vago y me puso a estudiar, me hizo que hiciera un examen para Cambridge, pero no lo pasé, entonces me dejo escoger la universidad y casualmente te encontré, supongo que ahora eres feliz- traía una bolsa en el abrigo entonces la sacó y me ofreció una cerveza y la otra la tomo él, entonces le pegué un sorbo y sentí la calidad de esta.
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Etéreo.
Random¡PRECAUCIÓN! Esta historia tiene contenido BL (boys love) si este genero no es de tu gusto es preferible que no leas esta historia. Nick está en su segundo año de la universidad, esta tratando de olvidar a un amor que le despedazó el alma, en medio...