💕 C A P I T U L O - 2 💕

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Era un día tranquilo, trataba de ir a la universidad tranquilamente, luego ir a algún lugar a comer, realmente no tenia intensión de hacer nada más. Me lave la cara y cepillé mis dientes, enseguida me puse una sudadera, y salí de mi casa, mire el árbol, sentía como casi lloraba, pero solo era aquella nostalgia que siempre me perseguía al sentarme en aquella maldita ventana.

-Owen...- dije y sentí una presión en el corazón, realmente a pesar de todo lo que pasamos yo aún lo amaba y lo tenía claro.

Me miré los zapatos, y comencé a caminar tratando de ignorar ese árbol, pero cuando lo miré por última vez, lo vi, vi a aquel chico, me quedé quieto, contuve el sentimiento de ir tras él, puede que se tratara de un espejismo nada más. Seguí mi camino, por suerte la universidad estaba a 15 minutos.

Al llegar estaba Henry, quien era un amigo que conocí en bachillerato, él estaba coqueteando con unas chicas en la entrada, pero era lo más normal en él después de todo. Lo saludé y me acompaño a las clases...

Terminando mi jornada de estudio, me fui a un lugar donde comía comida baja en grasas, porque estaba haciendo mucho ejercicio y mi nutricionista me dijo que balanceara la comida. Al llegar allá pedí un emparedado y una limonada, saque mi laptop y comencé a trabajar en un nuevo libro para la editorial, usualmente sus historias eran crueles, desgarradoras ya era una costumbre escribir de esa manera. Sentado en aquella mesa a lo lejos vio a Owen...

Estaba con otro chico, en ese preciso instante sentí algo en el corazón, una pulsada que me hizo levantar e ir hasta allá, observándole desde una esquina, vi al chico que estaba con Owen y rápidamente me levanté y corrí hasta allá para hablar con él, ya que estaba solo.

-Owen, necesito hablar contigo, no te he visto en un tiempo... ¿Qué ha sido de ti?, ¿te acuerdas de mi? soy Nicolás- dije, mientras él me veía con aquellos ojos celestes que se me clavaban en el alma. "¡¿Pero que mierdas estoy haciendo?!" pensé, pero realmente con el corazón no se puede razonar en ciertas ocasiones y él lo sabía perfectamente. En fin, sentía como mis manos temblaban y mis piernas estaban a punto de ceder ante la gravedad.

-¿Quieres salir?- enseguida asentí, sentía un enorme impulso de lanzarme para abrazarlo y decirle que a pesar de que se haya ido y me haya abandonado como a un perro, estaba dispuesto a perdonarlo.

Al salir de aquel lugar hablamos,seguía siendo el chico inseguro de siempre, pero algo era muy diferente.

-¿Por qué te fuiste?-solté mi pregunta sin pensarlo mucho definitivamente estaba haciendo esto, a pesar de que me dijeron que me había dejado por buscar a alguien más...

-No puedo hablarte de eso- me miró con una expresión diferente, enserio ha cambiado tanto. -Realmente tuve muchos problemas- dijo viéndome fijamente, entonces mis impulsos actuaron, sin darme cuenta tomé su mano, él enseguida la quitó y me tiró una mirada desafiante.

-¿Qué estas haciendo?- en ese preciso instante sentí como mi cara se puso roja, y sentía que mi cabeza me pulsaba, quizá será mi cerebro gritándome las razones por las que era un idiota.

-Perdona, no es mi intención molestarte, créeme- mis manos empezaban a sudar y también notaba que él estaba nervioso. -Yo te extrañé tanto, esperé tanto por ti- mi voz se rompió, tenía que irme rápido sentía que en cualquier momento explotaría mi corazón o mi cabeza. -Perdona enserio por molestarte, no pensé que seria una molestia- "cállate estúpido" decía mi cabeza mientras me empezaba a hiperventilar. Entonces salí corriendo, agarre mis cosas, pagué, volví a salir y empecé a correr, hasta que sentí que alguien me tomó la mano y me jaló hacía atrás, evitando que un maldito camión me arrollará, no pude evitarlo y en un momento ya estaba derrumbandome, solo oía una voz, sabía perfectamente de quien era esa voz, era de Owen, y a punto de cerrar mis ojos, dije -Yo te amo aún- y me desmallé.

Al abrir mi ojos no sabía donde carajos estaba, sentía como mi sangre hervía del miedo, antes de desmayarme estaba teniendo un ataque de pánico por todo lo que había pasado. Supongo colapse del miedo, realmente no estaba tan seguro, pero primordialmente tenía que salir de aquí e ir a casa, revise mi celular, ya había perdido mis únicas dos clases y tenía como 30 llamadas de Henry, sin embargo la última llamada no era perdida, alguien había contestado, entonces me levanté y busque una señal de vida humana, encontré un gatito blanco ojos azules, sus orejitas eran cortas, no me resistí a acariciarlo, entonces alguien entró.

-Sabía que te iba a gustar después de todo sigues siendo el mismo- Owen, simplemente era él, tenía un té en la mano, se tiró a su sofá y cruzo las piernas, quería salir enseguida, pero sentía que no quería, maldito corazón irracional, pensé, enseguida tomé mi sudadera y mi mochila.

-Disculpa, no sé que me pasó ayer- dije mientras me ponía mis zapatos. -Te juro que lo pagaré- empecé a tocar mi bolsa y encontré un billete, era uno de 10 dolares, entonces se lo extendí -Es lo único que tengo ahorita, tengo que irme perdón- él lo vio pero no lo tomó, entonces lo puse en la mesa, estaba a punto de abrir la puerta cuando él me detuvo.

-Yo no quiero tu dinero- sus palabras eran tan firmes que era difícil mirarlo. -¿Quieres que nos volvamos a ver alguna vez?- dijo mientras me soltaba lentamente. -Estudiamos en la misma universidad, supongo no me has visto, pero yo te he visto en muchas ocasiones, simplemente no tenía valor para hablarte, más si siempre estas tan bien acompañado, se me hace imposible.

-Esta bien solo dime en dónde- dije nervioso, me estaba mareando pensando en que estaba tan cerca y yo sin notarlo, supongo porque hace más de un año que dejé de buscarlo.

-Genial, si quieres nos vemos en la salida de la universidad después de clases, el día viernes, ¿te parece?- yo asentí y me despedí, al salir del departamento noté que estábamos en una zona presidencial, tendré que pedir un taxi para no perderme aquí, enseguida llamé, en cuestión de minutos ya había uno afuera, simplemente esto fue extraño, demasiado.

Al llegar a casa me tiré en la cama, entonces recordé que debería estudiar para los exámenes. Me levanté y me senté en la mesa, los pensamientos no me dejaron estudiar hasta que cayó la noche.

¿Por qué así? ¿Por qué regresas a mi así?...


Etéreo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora