💕C A P I T U L O - 6💕

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La lluvia caía, su sonido relajante sacudía los oídos de Nick, los días en la universidad han sido complicados para él, más que nada después de la fiesta, sentía que las miradas de todos se le clavaban en la espalda; como clavos en la madera.
Percibía lo que otros podrían sentír, a lo mejor, lastima por aquel chico lastimado que cantó por despecho en la última fiesta, a pesar de que esos pensamientos estuvieran rondando como buitres en su cabeza sin embargo no afectó tanto su vida aquel suceso como pensó que iba a ser.

Que desgracia no poder quedarse en la aquella suave manta que cubría su cuerpo, el clima era hermoso, tomó un respiro y se levantó, hoy era otro día de ir a la universidad, desde la fiesta no había visto a Owen, lo extrañaba, o bueno, solo quería saber si estaba bien.

Me metí ropa, y me puse una sudadera para la lluvia, salí de la casa y coloqué las llaves en los bolsillos de mi abrigo, caminé por aquella calle solitaria, el sonido de la lluvia acompañaba el sonido que hacían mis botas al chocar con el suelo mojado. 

Estaba planeando irme de viaje, quizá a la montaña, recordar cuando me perdía en el bosque que estaba cerca de mi casa, trepaba arboles y leía libros románticos; en aquel  tiempo esperaba por mi verdadero amor, ansiaba vivir algo así, sin embargo, nunca pensé que el tiempo me mostraría lo crudo que puede llegar a ser el amor, incluso este sufrimiento me hace querer acabar conmigo a veces.

El amor es una historia triste que se repite y se repite hasta que te quita las esperanzas completamente, ahora aquellas palabras que leía en aquellos días me caen en la cabeza como si fuera una ancla que me arrastra a lo profundo de un mar de sufrimiento. 

Sé que es amor lo que siento por Owen, quiero que sea feliz, a pesar de que no sea conmigo, a pesar de que me lastime o que sea algo parecido a un suicidio, por que estoy cavando mi propia tumba, creía que había alimentado mi odio hacía él , pero no, solo estaba confundiendo todo, este sentimiento se esta pareciendo demasiado al amor, me aterra, es como que este apuntando una pistola hacía mi pecho con la vaga esperanza de que no dañé mi corazón y me deje vivir.

Faltaba poco para llegar, me rugía el estomago, tenía hambre pero es mi culpa por querer quedarme un rato más en la cama, debía apresurarme, aceleré el paso, al llegar me encontré a Henry, nos saludamos y saludé a algunos otros de los chicos que estaban con él, de repente alguien toca mi hombro.

-Hola, tú eres el chico de la fiesta- Sentí una punzada de vergüenza que por poco me hace sonrojar, lo miré y él me tendió la mano, -Mi nombre es Oliver Burman, cantas muy bien- él era amigo de Henry, los había visto hablando en la fiesta, estreché su mano. -Si a veces las borracheras sacan tus talentos a relucir- dije con una media sonrisa. -Soy Nick, Nick Mitman.- Parecía no quitarle los ojos a Henry. -Ustedes se conocen, ¿verdad?- dije con una sonrisa, pero Henry se veía incomodo, me tiró una mirada que me hizo quitar enseguida aquella expresión. ¿Qué estaba pasando?.

-Sí tenemos la desgracia de conocernos- dijo Henry con la mano en la cara, él chico hizo una mueca de desagrado. -Si, por desgracia nos conocimos en esa fiesta, ha dejado una gran marca en mi vida haber conocido a tu mejor amigo.- dijo dirigiendose hacía mi con una sonrisa un poco extraña, la expresión de Henry cambio y solo lo miró por unos segundo. 

-Muy bien tenemos que irnos- dijo este mientras agarraba su mochila. -Un gusto Oliver... lo que sea- Olvido su apellido o simplemente le importaba un huevo aquel chico, Henry actuaba frío como si algo hubiese pasado, tomé mi mochila, me despedí y lo seguí hasta la clase, se nos hacía tarde.

Las clases de física se sentían rápido quizá por que me encantaban o por el ruido de las gotas callendo en el techo, me daba una sensación placenteraboir aquellas gotas, pasó media hora y como sí nada, la lluvia había cesado estaba a punto de acabar la clase, mi estomágo rugía y no podía evitar estar revisando mi reloj para salir. Al ver la ventana vi a Owen, estaba con una chica pelirroja, estaban de la mano, mi corazón se aceleraba y paraba bruscamente mientras más los veía, el hambre se había muerto junto con mis iluciones. Mire al profesor y nisiquiera me notaba, entonces le escribí a Henry en un papel. 

"¿Quieres venir a mi casa hoy por la noche?" al verlo enseguida me dirijió la mirada y asintió, tomó el papel y siguió escribiendo. "Vamos juntos y pasamos comprando alcohol y comida" decía en aquel papelito, asentí. Me dolía el corazón, quería llorar tirarme a la cama y nunca jamás volver a saber nada de Owen. Fue una estúpidez buscarlo.

Las clases pasaron, fuí enseguida por comida y Henry me hizo compañia, estabamos en una tienda de comida rápida que estaba cerca de la universidad.

-Se me hace raro que comas este tipo de comidas, no digo que este mal, pero antes desquitabas tu ansiedad en lugares así- tenía razón pero ya había superado mi problema alimenticio.

-No te preocupes, puedo contenerme.- le guiñé el ojo, él solo hizo una mueca.

Entonces nos quedamos a almorzar ahí, luego iriamos tal vez a un café y luego a mi casa, la compañia de Henry era recomfortante. Entonces le hice una mirada coqueta, él se sonrojo ligeramente.

-Así que, tú conseguiste pareja ¿verdad? - Dije con una sonrisa, él me miró confundido. -¿Qué yo qué? ¿Estas drogandote?- respondió, yo me reí y lo miré -Así que ¿no es tu pareja todavia?- se rió sus ojos lo delataban, cambié el tema.

-Oye y ese chico Oliver, ¿tuvieron una pelea?- apretó las cejas y cerro los ojos seguido de un suspiro, de pronto se empezó a reir, lo miré confundido.

-Ese chaval... - sus mejillas se pusieron rojas. -Se portó fatal conmigo en la fiesta no quiero verlo ni en pintura.- Había algo en Henry que lo delataba cada que decía una mentira, no sé que era pero me estaba mintiendo.

-Bueno, como sea, no lo trates tan mal- tomé un poco de refresco, -a ti no te gusta ni que te toquen señorita- bromeé, sus labios formaron una sonrisa y su puño me dió un golpe en el hombro seguido de una carcajada.

Salimos de aquel lugar, no había comido mucho, entonces fuimos al café, mis manos empezaron a sudar al momento en que Owen se escabulló en mis pensamientos, no podía seguir este juego horroroso, solo ya no quiero pensar en él.

Al momento de entrar vimos los sillones donde usualmente nos sentamos a veces a hacer trabajos, era nuestro lugar, no se parecía en nada a los cybercafés a los que ibamos con Owen, estos tenían un poco de clase mientras aquellos solo eran casas con computadoras y comida.

-Hen, quiero olvidar a Owen- pronuncié despacio, asegurandome que solo me pudiera oir él, su mirada se cruzó con la mía. Sentía que cada recuerdo me hacia sangrar internamente.

-Empieza con no pensar en él en cada momento- sonrió, se acercó al mostrador y ordenó un café latte, yo me acerqué despues y ordené un café con algo de comer, quizas un sandwich o un pastel de red velvet. Al final luego de pensarlo un rato me incliné a ordenar el café con un pastel de red velvet.

Nos sentamos y yo saque mi computador, estaba a mitad de un trabajo para la editorial, un libro de 60,000 palabras. Siempre dedicaba un momento a escribir aunque sean solo 20 minutos trataba de escribir lo más que podía, entonces escribi 100 palabras, realmente me encantaban las historias románticas pero últimamente cada que intentaba escribir algo relacionado a eso me llevaba a un caos mental inmenso. Por lo tanto solo escribía cosas dolorosas, pero trataba de mejor escribir cosas diferentes, el misterio era también algo que me apasionaba.

El tiempo pasó entre broma y broma con Henry me sentía en paz, tranquilo. Él era mi mejor amigo confiaba en él como si fuese mi hermano.

-Hen, ¿vamos a casa ya?- dije mientras le pegaba el ultimo sorbo a mi café. Henry solo asintió, nos levantamos y fuimos a comprar comida, beberiamos toda la noche de ser posible, asi que teniamos que comprar alcohol, me gustaba bastante el tequila y el whiskey, pero Henry era mas de ron y vodka, asi que compramos una gaseosa sabor cola y una sprite; tambien una botella de vodka y una de tequila, pasamos también a un super para comprar palomitas y chocolates.

Al llegar a mi casa estaba sola, ni un rastro de nadie, es decir era estupido que esperara a Owen, él tiene que salir con su mujer y yo tengo que dejarlo ir.  En aquella habitacion la vista desde la ventana enfocaba los recuerdos más dolorosos de mi pasado plasmados en un arbol de colores morados diversos. Mi amor por aquel chico de lentes era una maldición que me acechaba cada día.

-¿Henry, vamos a las montañas?.

Etéreo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora