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Hazel Winter.

¿Listo? -pregunté con una sonrisa sádica.

Sé gentil, Hazel -suplicó.

No me pidas más de lo que puedo darte, Drake -bromeé.

Si tú hubieras perdido tendrías el cabello rojo, te quedaría genial, no arruinaría tu belleza -explicó algo asustado.

No te preocupes, ni aunque te rape la cabeza serás feo -aseguré y una sonrisa se escapó de sus labios.

¿Estás diciendo que soy hermoso? -preguntó en un tono seductor.

No estoy ciega, chico lava -respondí encogiéndome de hombros, lo más natural posible- pero tampoco exageres.

Intento no exagerar, pero, ¡maldita sea! Tus mejillas sonrojadas no cooperan. -se burló con maldad.

¡Golpe bajo! -exclamé avergonzada y tapé mi cara.

Eres adorable -respondió divertido, seguramente solo para molestarme.

Ya, cállate o te rapo una ceja -gruñí, amenazándolo con la máquina para cortar cabello que me prestó Nelly.

Ah, que odiosa -bufó. Tomé los extremos de la silla giratoria y lo di vuelta.
Tienes razón, soy hermoso -aseguró contemplando su reflejo en el espejo.

Quisiera tener tu autoestima -solté divertida.

¿No prefieres tenerme como tu novio? -preguntó en un tono seductor.

Que típico, ¿Así conquistas a todas, Drake? -pregunté divertida, encendiendo la máquina.

Es infalible -respondió obvio.

Oh, creo que ya no sirve -respondí encogiéndome de hombros.

Difícil de conquistar, ¿eh? -inquirió.

Difícil es poco. -aseguré.

Me gusta lo difícil -respondió sonriendo coqueto en dirección al espejo, porque sabía que yo lo vería. Le sonreí exageradamente coqueta, él soltó una carcajada y finalmente me quedé en silencio, para comenzar a cortar su cabello.

Tengo cierta experiencia así que horrible no va a quedar... o eso espero -expliqué.

Ten en mente que he sido bueno contigo -advirtió y sonreí. La puerta se abrió de golpe y nos permitió ver a Bruno, el problema fue que me tomó por sorpresa y corté más de lo que era necesario. Aunque, al parecer, Drake no se dio cuenta.

¿Qué pasa? -preguntó Drake mirándolo a través del espejo. Bruno miró el desastre que provocó, tragó con dificultad y disimuló.

Quería ver que tal todo -se excusó.

¿Por qué esa expresión de terror? -preguntó él pelirrojo, algo confundido.

¿Ya te arruinó el cabe... -la voz de Frederick se apagó en cuanto vio a Drake. Me miró, vio mi expresión de horror y no halló nada mejor que largarse a reír como el maldito descerebrado que es.

¡¿Qué demonios pasa?! -exclamó ya histérico.

Tal vez... Sólo tal vez... Corté un poco más de lo que debía... -murmuré nerviosa. La expresión de Drake cambió drásticamente a una muy seria en un abrir y cerrar de ojos.

Saca una foto -ordenó, frío. Hice lo que me pidió y le entregué mi celular, temerosa. La vio y soltó un suspiro, pero su cara se veía inexpresiva y eso aumentó mi temor.

Lo siento mucho, en verdad quería hacerte un corte hermoso, pero Bruno apareció de pronto y suelo ser bastante asustadiza -expliqué.

Vamos a teñir tus puntas rojas -se encogió de hombros.

¿Qué? ¡No! -exclamé- dijimos que si perdías iba cortar tu cabello y nunca especificamos un corte necesariamente lindo.

Hazel, se me ve el jodido cráneo -exageró.

Ah, el cabello de los hombres crece rápido, en una semana volverá a la normalidad -bufé.

Eres toda una peluquera -halagó burlón el rubio que seguía observando la escena.

Jodete, Frederick -lo miré fulminante.

¡Jayden! -Frederick lo llamó- ven a ver este desastre.

¡Basta! -chillé. Vivir con hombres es más complicado de lo que creí.
En cuestión de segundos, Jayden marcó presencia y observó la escena con sus ojos grises, se apoyó en el marco de la puerta, se cruzó de brazos y sonrió divertido, moviendo su lengua dentro de su boca.

No te ofendas, preciosa, pero jamás iría a tu peluquería -informó divertido y lo fulminé con la mirada.

Tampoco te atendería -me encogí de hombros. Sí, fue una respuesta completamente ñoña. Y la sonrisa que me dedicó Jayden lo confirmó.

Lárguense -gruñó Drake irritado- mi cabeza no es un jodido circo.

No, parece más como un camino en medio de la pradera -aseguró Bruno divertido. El azabache y el rubio, sin poder evitarlo, soltaron carcajadas estruendosas. Pude imaginar el pasto frondoso de una pradera y un camino de tierra... y, realmente, Bruno no pudo usar mejor comparación. Pero me esforcé por no reír.

Ya, puedes teñir mis puntas -me resigné, se lo debía por semejante humillación.

¿Qué? -Jayden dejó de reír y me miró confundido.

Eso. Como castigo por mi descuido, Drake teñirá las puntas de mi cabello -expliqué.

A nadie le importa tu opinión, Black -gruñó Drake antes de que Jayden pudiera objetar- esto es entre Hazel y yo. Así que guárdate tu maldita opinión en donde te quepa y lárgate de una vez.
Drake se veía cabreado. Pero creo que más que por su cabello, lo irritó el hecho de que Frederick, Jayden y Bruno se estaban burlando de él. Aún así, no los culpo, yo habría reaccionado igual. Tanto como Drake si estuviera en su posición o como los chicos, si fuera una simple espectadora.

Ya, Drake tiene razón -exclamé- deberían salir.
Ellos asintieron, divertidos y salieron de la habitación.

Tu cabello... me gusta natural -confesó Jayden cuando iba a cerrar la puerta.

Tintura temporal -terminé por decir y él me dedicó una sonrisa cómplice, para luego alejarse junto al rubio y al castaño.

¿Tintura temporal? -preguntó Drake, detrás de mí, en un tono burlesco.

No vas a teñir mi cabello permanentemente, olvídalo -advertí con firmeza y él solo pudo rodar los ojos. Drake aprovechó mi descuido y cerró la puerta, para luego acorralarme contra ella.

No me gusta como te mira, no me gusta cómo te habla. -habló antes de chasquear la lengua con desagrado.

Su altura no fue impedimento para que nuestros ojos quedaran completamente enfocados el uno con el otro. Sus ojos color chocolate no me permitieron quitar la mirada, ni siquiera pude moverme para alejarme de él. Sus labios se convirtieron en una sorprendente tentación. Nunca había dado un beso, nunca se me había pasado por la mente mirarle los labios a un chico con tanto descaro pero los de Drake parecían realmente sabrosos... gruesos, húmedos y rojos por naturaleza. Además, su piel hacia un contraste majestuoso con sus ojos oscuros y el rosado de sus labios. Su olor varonil invadió todo mi espacio y por un momento quise enterrar mi cara en su cuello para llenarme de su aroma. Al parecer, él leyó mis pensamientos, porque comenzó a acercarse lentamente. Me dio el tiempo de frenarlo, pero no lo hice, solo me quedé quieta.

¡Traje pollo! -el grito de Nelly hizo que alejara a Drake rápidamente y no supe la razón, inconscientemente, insulté a Nelly en mi interior por interrumpir el momento.

Salvada por el pollo -comentó él, divertido.

HELP: Huellas en la piel [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora