Capitulo 8

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Addie

Haber descubierto tantas cosas me ha dejado consternada y con ansisas de saber la verdad.

—¿Observas eso de allá? —me pregunta Simone

—Si, lo veo ¿pero que es?

—Es... una mano - me contesta Simone impactada

Distingo un objeto flotando en medio del lago, es una mano cortada

—¡Hay que avisarle a alguien! —le digo a Simone

—No le avisaremos a nadie, averiguaremos que fue lo que paso-

—No Simone, no jugaremos a ser las detectives con eso —le digo a Simone señalando la horrible imágen de una mano que tenemos en frente.

Entramos a la mansión y enseguida llega el padre.

Mi mente se vuelve a los momentos más asqueros de mí vida, el como entraba y salia de mi cuerpo a su gusto, simplemente me paralice; él sabía que me podría tener en cualquier otro momento y que no diría nada al respecto.

En cuánto comienza a pelear con Simone veo mi oportunidad de escapé, y me escabulló entre las personas del pasillo, me alegro que no notarán mi ausiencia.

—¿Qué te pasa? —pregunta Katie una chica con la que suelo estar cuando Simone desaparece.

—Nada, sólo quiero ir a leer un poco- realmente quiero ir a investigar que es lo que de verdad sucede en este lugar.

—Pues te acompaño, yo también quiero leer  —dice Katie caminando para que la siga.

Tengo que decirle algo para que me deje a solas.

-Claro, pero antes debo ir al baño.

—Te esperó en la biblioteca para terminar de leer orgullo y prejuicio  me sonríe

—Seguro, yo te alcanzó

Definitivamente no lo haré.

Me dirigo en dirección al baño, y luego cambió de rumbo.

Si alguien conoce bien este lugar es Simone y yo, más Simone por que por lo general yo sólo suelo seguirla.

En esta mansión todas las chicas conócemos las puertas a las que tenemos acceso y a las que no, nos lo enseñan desdé muy pequeñas.

Lo que no saben las demas chicas es que hay ciertas habitaciones  con pasadizos secretos para entrar a otras habitaciones a las cuales se supone no tenemos acceso.

Antes entró a la habitación de Sierra una chica pelirroja, bastante agradable que conocí en una clase.

Toco la puerta y está se abre casi al primer contacto.

—¿Sierra?

Al no haber una respuesta inmediata entro a la habitación.

No tardó mucho en ver un charco de sangré saliendo del armario, siento que me voy a desmayar, no había visto sangré desde tan cerca y aparté el armario emanaba un olor muy fuerte y raro.

No hay que ser muy inteligente para saber de que se trata.

—Es un cadaver... -susurro sumamente alterada.

—Si, lo es —responde Sierra mientras entrá a la habitación.

¿Cómo podia estar tan tranquila?, tener un cadaver en su armario y más sin embargo lucir perfecta.

Si yo tuviera un cadaver en mí armario estaría muy alterada y me vería super culpable.

—¡¿Cómo puedes decirlo con tanta tranquilidad?! —gritó agitandole los brazos.

Antologia de una drogadictaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora