Capitulo 13

23 7 4
                                    

Simone

Se que Addie y Andy no se llevaban pero no hubo motivo para que ella la tratará así.

En el momento que sale Andy de la habitación me quedo con demasiada furia.

-¡No tienes que comportarte así cada que algo me pase!, ¡entiende, ¡NO ME PUEDES CUIDAR PARA SIEMPRE, NO QUIERO QUE LO HAGAS!, ¿si captas? ¿o te lo explico con palitos?.
Deja de meterte en mis problemas por una vez en tu vida, hasta un favor a ti misma y déjame respirar.- le digo bastante exhausta.

Ella solo me observa, nunca he tenido una madre pero se que es de esas caras de decepción, y es cuando sabes que definitivamente la cagaste.

No se que palabra gesticular, ella solo me observa con tristeza y decepción, esta llorando.

Intento disculparme, cuando ella ya ha salido corriendo, mi corazón me pide que la siga pero mi orgullo me lo impide.

Y así es como te das cuenta de que un día estás con los que amas y a el otro los alejas tal vez para siempre de tu vida. Estoy en la habitación, paralizada por mis propias palabras y el daño que estás causaron.

-Definitivamente soy un mounstro, ¿cómo pude tratarla así? -no tenía más remedio que culparme aún así no hice nada.

Me azomo por la puerta y ella ya no está.

Ojalá la hubiera seguido.

Entró a la habitación, dispuesta a dormir un poco y recuperarme de esta idiotez que acabó de hacer, cuando alguien entra, mi coranzo se acelera al pensar que es Addie.

Pero no, solo es Chellby.

-No eres ningun mounstro, Simone-dice y mientras se acerca a mi e intenta... ¿Abrazarme? como siempre me alejo y rechazo el abrazo.

-¿Estabas espiandome? -le preguntó seriamente.

-¡No!, claro que no, ¿espiarte...yo?-se que miente, se pésima ocultandolo.

-Bueno... ¿que es lo que quieres?

-Nada, solo imagine que después de esa pelea, necesitarias apoyo emocional-dice mientras juguetea con sus rizos.

Lo último que necesito es a esta tipa en mi cama.

-Prefiero estar sola, gracias.-digo dándole la espalda.

-¿Segura? -dice con un tono que conozco, y efectivamente para cuando volteo no es ninguna sorpresa que ella ya este desnuda.

Los gustos carnales, como lo llaman las monjas son algo que nunca podré dominar.

En cuestión de segundos ella ya está botada en mi cama con la piernas abiertas, pero esta vez decido sea diferente.

-Levantate, ya-le ordenó

Ella lo hace y me observa, sorprendida.

-Hoy me cobraré un favor -le digo mientras soy yo la que se quita la ropa.

Chellby, solo se queda expectante me observa detalladamente mientras voy quitando las prendas de ropa.

Cabe resaltar, que yo nunca le he mostrado a ninguna chica mi cuerpo completamente desnudo, y esto no debió haber pasado con Chellby pero es ya el momento.

Me recuesto sobre la cama, y ahora soy yo la que abre las piernas.

-¡hincate! -le ordenó y ella lo hace.

Agarró la parte trasera de su cabeza y la acerco a mi vagina, ella comienza con lo suyo y yo solo me deleitó a disfrutarlo.

Con cada jadeo, puedo sentir como libero la presión, como me siento finalmente satisfecha.

Antologia de una drogadictaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora