Capitulo 3

48 5 1
                                    

Simone

Estoy cansada de estar aquí y seguramente solo llevo como medía hora, estoy muy impaciente, necesito saber si algo le pasó a mi rubia, necesito saber que esta bien y podré estar aquí todo el tiempo que ellos quieran.

Alguien comienza a manipular la manija de la puerta por la parte de afuera y se que no significa nada bueno, me hago la inconciente para que no me vaya del todo mal.

-¡Ay, mírala pobre estupida! Aun no despierta de la anestecia -dice una de las zorras monjas.

En ese momento siento como un balde de agua fria me cae por todo el cuerpo, dejándome tambien caer el balde de metal en la cabeza que me hace abrir los ojos y brincar.

-¡Miren todos quien despertó!-grita una de ellas con sarcasmo.

-Te daremos un castigo nuevo, digno de Simone Geiser -dijo otra de ellas, no alcanzo a ver cuántas son pero hay varías.

Comenzaron por orar, es horrible pero si, comenzaban por pedirle disculpas a Dios por mis pecados y agradecían el que me pondrian un correctivo.

Luego proceden por preguntarme cual fue mi pecado.

-Cuéntenos hermana, ¿cuál fue el pecado que cometió para estar aquí? - preguntó burlonamente haciéndome enojar el doblé.

-Golpeé a una de las suyas- dije con ironía y casi riéndome, se que me costará caro haber hecho eso, pero vale la pena verlas enojadas.

-Bueno, ahora recibirás un correctivo para que puedas ser libre de pecados, disfrutalo-la mujer desapareció, pero tres o cuatro mujeres, aparecieron en mi campo visual.

Por lo general solo me dejaban en éste lugar atada a la silla, sin comer y ya, pero creo que está vez será algo más extremista. No tengo miedo, creo que ya he sufrido de todo.

Creó que ya había mencionado antes, que todo ésto tenía un aire muy antiguo y no solo era la mansion, si no también los pensamientos retrógradas de los lideres, de esté lugar.

Comenzaron con sólamente golpearme, debo admitir no dolia mucho solo ardia cuando la sangre comenzaba a brotar.

-¿Te crees muy lista, no?-dijo una de las monjas mientras me cacheteaba.

-No me creó, lo soy - no entiendo ni para que razón, motivo o circunstancia respondí eso, solo conseguí más golpes.

-¡Pobre huérfana!, cree que ir por la vida rompiendo las reglas, conseguirá atraer la atención de alguien o de alguna familia -no se quién lo dijo, pero simplemente me afectó, acto seguido le escupí la sangre de mí boca en su toga.

-¡Maldita, manchaste mi toga!, despues de esto te obligaré a lavarla- dijo la mujer que estaba en frente mío.

-¡No te lavare ni una mierda, maldita zorra! -sólo consegui un golpe en mi vientre, me dolio demasiado, pero no me dejé vencer.

Las mujeres desaparecieron de mi vista y comenzaron a mover algo a mis espaldas no entendía de todo lo que decían sólo alcancé a escuchar:

-¡Prendan rápido ese aparato!

Y solo con esa frase, supe que todo se estaba llendo al caño.

No pude dar ni mi primer grito porque ya tenía una mordaza de tela en la boca, comenzaron a darme descargas electricas y de alto voltaje, porque sentía como me iba a morir.
Pero no me morí, paso algo peor. Los recuerdos inundaban mi memoria, no me gusta recordar nada de lo que me ha sucedido en este lugar, ahora alli estaban los recuerdos seguidos de las cargas eléctricas.

La voz tranquila y serena de la hermana se hacía presente en mi memoria.

-No te preocupes si nadie te adopta Simone, aquí en la mansión hilton te queremos demasiado -dijo aquella viejita cuyo aspecto la hacía ver mayor pero tal vez no lo era.

-Esta bien, le creo -dije secando mis lágrimas al ver como una familia elegía a otra niña en lugar de a mí.

Salimos por la puerta principal, para despedir a Claudia que por fin encontró a una familia.

-Adios huérfana, no te voy a extrañar, espero te quedes mucho tiempo aquí, me caes mal por huérfana, alejate de mi -dijo aquella niña de tan sólo un año menor que yo, a la cual consideraba mi amiga, no entendia porque me habló así.

Sólo corrí hacia mí habitación donde lloré, lloré y lloré durante toda la noche, pensando en que momento le habia hecho algo malo a Claudia, mi amiga.

Otra descarga me hizo salir de aquel terrible trance y logré olvidar un poco el dolor emocional que me causaba ese recuerdo.

Las descargas continuaron como por 3 minutos más, después me golpearon un par de veces más en zonas dónde no quedaran moretones

-¿Lo disfrutas?, esperamos que si, porque así continuaremos hasta que te disculpes y obtengas tu castigo- dijo alguna de esas mujeres susurrando a mí oído.

Claramente no me disculparé, volvería a golpear otra vez a esa monja si se me presentara la oportunidad. Soportaré lo que pase, lo que me hagan.

Ahora las descargas eléctricas vienen acompañados de golpes en los genitales, estómago y brazos. Todos eran metodos de tortura no visibles, que no me dejarian marcas pero si unos dolorores horribles.

Así continuaron como por 2 horas, para esas alturas del castigo, yo ya estaba desnuda y resiviendo todos los golpes y las descargas electricas en carne propia, literalmente.

Después de eso, notaron vulnerabilidad y se apiadaron de mí o simplemente se cansaron de torturarme; de la nada alguien regresó no dijo nada y simplemente miró mí cuerpo desnudo y comenzó a tocar y gustar de el, se llenó de placer, y me hizo hacerle lo mismo.

-Me golpeas y electrocutas, ¿y ahora me das placer y lo pides devuelta? ¿Qué clase de juego estamos jugando?-no estoy pensando, los choque electricos me afectaron, yo nunca me negaria a dar placer, es mi lema.

-¡Calla y obedece! -se quejo aquella monjita quitandose el hábito y dejando expuesto su cuerpo.

Sí tan solo alguien me hubiera dicho, que el castigo venia incluido con esta chica, hubiera comenzado a golpear a más monjas desde antes.

෴.෴.෴.෴.෴.෴.෴.෴.෴෴.
𝙉𝙤𝙩𝙞𝙩𝙖 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙖𝙪𝙩𝙤𝙧𝙖: Bueno, no tengo mucho que decir, te amo gracias por leerme y continua leyéndome.

Atte: Joce~

Antologia de una drogadictaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora