Capitulo 14

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Enzo

-Recuerda el motivo por el que hacemos esto-dijo mi padre.

-Si Padre, no lo he olvidado-le digo apretando los dientes.

Realmente detesto ser parte esto, detesto que mi padre haya involucrado a cada uno de los miembros de la familia en sus asuntos ilícitos. El prometió dejar de meternos en problemas,si yo realizo un último favor para el y eso es lo que haré, asumiré la responsabilidad para dejar finalmente a mi madre y hermana fuera de todo.

-Repasemos el plan, una vez más

-Tengo claro lo que voy a hacer, no es necesario-le interrumpo sin ánimos.

El parece entender mis gestos y se levanta de su asiento para seguramente salir de la habitación, esta por causar el umbral y se detiene.

-Recuerda que mañana es el día-dijo mi padre, mientras salía de la habitación.

Entendía exactamente a lo que se refería, pero me costaba poco asimilar el descaro de mi padre, la frialdad de sus palabras me hacían odiarlo como padre y como persona.

Minutos después yo salí también de la habitación y me adentre al comedor, donde se encontraba mi madre, mi prometida y la abominación de papá que tengo.

Los lujos, los caprichos y obtener todo lo que quieras y cuando quieras, es algo que caracteriza a la familia LeBlanc.

-Buenas tardes, amor. Ya está lista la merienda-dijo Dakota mientras besaba mis labios.

Dakota es mi prometida y también es mi parienta lejana, nuestras familias se han conocido desde siempre y sabían que consolidar un matrimonio, era asegurar sus ingresos y "mejorar la raza". Esto es más enfermizo de lo que se escucha, ya que yo veo en Dakota una hermana, no una esposa.

-No quiero merendar

-¿Estas bien, amor? -pregunta Dakota con curiosidad, levantándose de la mesa y levantando más su vestido, que de por sí ya era muy corto.

-Si, estoy bien

Salgo del comedor pero alcanzo a escuchar que mi padre le ordena a Dakota que me siga, y me regreso para advertirle que no lo haga.

-No padre, no es necesario que Dakota me siga a todas partes, déjala comer en paz. -le ordenó a mi padre y este simplemente no dice nada.

A mis padres les molesta que no acepte el matrimonio arreglado entre Dakota y yo.
Yo no amo a Dakota y ella a mi tampoco.

Salgo del comedor y me dirijo al gran patio tal vez un poco de aire fresco me ayude a pensar e imaginar que no soy una horrible persona.

-¿Todo estará bien? -dijo mi madre, a ella le agota un poco el tema en que estemos involucrados, en los "negocios" de papá.

-Si madre, traeré a Andy devuelta, dejaremos a papá y nos iremos del país- le digo a mi madre, su rostro parece cambiar y ahora en ella hay esperanza.

-Prométeme que te cuidarás
mucho-dice mi madre mientras me abraza cálidamente.

Este momento, quisiera poder guardarlo en un frasco y llevarlo conmigo siempre pero como la realidad es otra, solamente me queda disfrutarlo.

-Si mamá, también prometo traerte a salvo a Andy. -prolongó un poco más nuestro abrazo.

Podría ser la última vez que la abrace.

El día termina como de costumbre, mi padre hundido en sus negocios, mi madre ahogando sus preocupaciones, Dakota en su habitación revolcándose con el jardinero y finalmente yo encerrado en mi habitación en espera de la noche para poder dormir.

Antologia de una drogadictaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora