Capítulo 1
La huida
3 de septiembre de 1.970
En un pequeño pueblo de Inglaterra, una joven llamada Betty, una chica de 1''65, piel blanca, ojos marrones oscuros, el pelo castaño por la mitad de la espalda y los mechones delanteros cortados por la barbilla, era una chica esbelta y de mucho pecho, pelo lo ocultaba en una chaqueta larga y grande de chandal de color verde, unos pantalones vaqueros azules y un colgante con una B de hierro, unos playeros negros, una chica de 16 años, se encontraba discutiendo con su madre, siempre era lo mismo, ya era costumbre escuchar las fuertes discusiones en aquella casa, siempre era lo mismo, nunca había día en donde no discutían, discutía con ella siempre, su madre, una mujer menuda que se quejaba de como actuab su hija o de lo que fuera, tal vez era una tontría, pero disctía igual, ya era frecuente y lo extraño era que no discutieran.
-¡Sólo digo que podrías considerar lo de casarte con aquel granjero!-Le gritó su madre furiosa.
-¡Por el amor de dios mamá, déjame disfrutar de mi vida ahora que puedo!-Le gritó Betty.
-¡Si sigues así te vas a quedar soltera!-Le dijo su madre fríamente.
-Mamá, por favor, déjame irme primero a acabar el instituto.-Le pidió Betty desesperada.
-No podemos, aquí no hay para continuar con tus estudios, tendrías que irte ha la ciudad de al lado, ahí si hay escuela.-Dijo su madre.
-¿Sabes qué mamá? Adiós.-Dijo Betty mientras iba a su habitación donde estaban 3 de sus 7 hermanos, ella era la segunda, ella hacía las maletas con furia, necesitaba irse ya de ahí, no lo aguantaba más.
-Betty, ¿qué estas haciendo?-Le preguntó su madre mientras iba subiendo las escaleras, pero ella ya estaba haciendo su maleta, mientras sus hermanas pequeñas la miraban impresionadas.
-Chicas, os escribiré.-Les dijo antes de baja y su madre la seguía.
-¡No pues irte ha otra ciudad!-Le gritó.
-Si puedo, otra cosa es que deba.-Le dijo Betty mientras caminaba por aquella casa.
-¿De qué vivirás?-Le preguntó su madre.
-Trabajaré en la mina.-Le contestó Betty mientras caminaba hacia la entrada.-Adiós.-Le dijo mientras salía de aquella casa y salía a paso apresurado.
-¡Te arrepentirás de no haberme hecho caso al no casarte!-Le gritó su madre desde la puerta de su casa.
-¡Es un riesgo que tendré que correr!-Le gritó Betty divertida, por fin era libre, ya estaba oscuro, era de noche, sabía qué acababa de hacer, sabía lo que estaba haciéndo, pero le daba igual, no le importaba, total, tenía que seguir, fue hacia la estación de autobuses, tardaría poco, ya se había imaginado esta situación antes sabía que tarde o temprano se iría, lo sabía, por fin llegó el autobús y ella llegó y puso el dinero, no había mucha gente, ella se sentó en un asiento trasero, miró por la ventana y se hizo una coleta baja dejándo los mechones delanteros sueltas y miró por la ventana, estaba empezado ha llover y ella contemplaba la lluvia en absoluta solemnidad, no sabía muy bien qué era lo que acababa de hacer, pero bueno, ya no había vuelta atrás, así que se aguantaría, su padre y hermanos varones ya habrían llegado de la mina, pensó en el susto que se llevarían, a veces se preguntaba esa manía de que se casase, su hermano mayor ya estaba casado, pero sus padres sólo le dijeron que escogiera a la mejor, con ella era distinto, ella tenía que coger a cualquiera que se le pasara por delante, pero pasaba de casarse, no le gustaba mucho la idea, primero estudiar, eso era lo primero de todo.
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Ni devota, ni sumisa
MaceraEn 1.970, una joven de pueblo, decide, tras una discusión con sus padres, decide irse ha trabajar y a valerse pos sí misma, oponiéndose a la insistencia de su madre ha que se case y tenga hijos, y soportando los esteorotipos de la mujer a lo lardo d...