Oh! It's you →Choi San [+18]

Dimple boy

“–Ánimo, Jiji. Él realmente no te valora, salgamos y olvidemos las penas. Te hará bien.”

Jihye venía escuchando eso desde que su pareja rompió con ella, estando a nada de casarse con él. Había caído en una depresión por ello, simplemente quería dormir, comer, ver dramas románticos y llorar por lo miserable que es su vida.

¿Por qué debía ocurrirle esto a ella?

Su mejor amiga y compañera de trabajo, Minhye estuvo allí desde que pasó lo del maldito ex-novio pero ya estaba cansada de ver a su amiga de aquella forma.

–¡Necesitas salir y conocer a más hombres! Y también una ducha.–Min arrugó su nariz.–Cielo, ¿Cuándo fue la última vez que te duchaste?

–¿Acaso importa?–Murmuró.

–Pues sí, quemas todos los pelos de mí nariz con tu olor fétido, pareciera que algo se murió aquí.

–¡Mí corazón se murió!

Luego de eso se escuchó de nuevo un llanto proveniente de la muchacha envuelta en mantas.

–¡Me cansé!

Minhye tomó a su amiga quitándole todas las mantas mientras esta gritaba para luego arrastrarla a la ducha. Abrió el agua fría y la metió allí.

–¡Despierta de una vez Jihye!

Luego de ello Min dejo que se duchara, aprovechó para poder limpiar su habitación y ver si no había algo podrido en ella.

–Me siento como nueva.–Jihye salió del baño con un pijama limpio y su cabello envuelto en una toalla.

–Y hueles mejor... ¿Salimos a beber algo? Abrió una nueva discoteca y todos dicen que está de lujo.

–Minmin, sabes que...

–Sí, lo sé. Sé que no vas a superar el hecho de que tu prometido te engañó con una cualquiera ¡Pero en vez de demostrar que te duele, ponte más perra! ¡Demuestra quien manda!

–¿Ponerme perra? ¿Qué clases de términos son esos?

–Ay Jiji, estás tan anticuada...

–Tenemos la misma edad, Minhye.

–No importa. ¿Salimos? ¿Sí?

Y ahí se encontraba, en aquella discoteca llamada Ice, la música retumbaba por doquier. Minhye no dejaba de ver todo como una niña pequeña. Estaba emocionada, mientras que Jihye solamente quería volver a su casa.

Minhye pidió los tragos más fuertes que había y le acerco un vaso a Jiji quien la miraba con una ceja levantada.

–Oh, no me mires así y bebe.

Jihye lo olió primero, el olor a alcohol era demasiado fuerte.

–¡Brindemos!

–¿Por mí fracaso?–Jihye suspiró.

–Idiota...–Min negó con la cabeza.–¡Por tu soltería y por un nuevo comienzo!