Earned it

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-Estoy muy molesta contigo.-Jihye miraba al menor con las manos puestas en su cintura.

San ladeó su cabeza intentando comprender el enojo de su Noona.-¿Qué hice, Jihye-noona?

-¡San nos encerraste en un armario! Y estuvimos más de veinte minutos besuqueandonos.

-¿Y el problema es...?-Ladeó su cabeza hacia el otro lado.- ¿Deberia haberte subido la falda?

Jihye le tiró con la tapa de su lapicera al menor.-Si alguien nos veía íbamos a estar fritos, yo más que tú.

-Bueno, pero no sucedió así que todos felices.-Ël sonrió.

Jihye suspiró, el niño era tan despreocupado, libre y feliz. No es que ella no fuera feliz, simplemente era que tenían diferentes preocupaciones.

-¿Puedo ir a verte en la tarde?-San preguntó mientras se recostaba en la silla de la mejor amiga de Jihye.

-Debo corregir exámenes... Estoy algo atrasada con las cosas.

-Prometo no molestar.-Juró él, levantando su mano y la otra apoyada en su corazón.

-Mhm, a la primera que molestes te encierro en la habitación.

-Trato.-Dijo él para finalizar el trato entre ambos.

En la tarde se escuchaban puros gemidos provenientes de Jihye.

-Dios mío, carajo San...-Jihye decía entre dientes mientras sentía la lengua del muchacho danzar en su entrepierna.

¿Recuerdan cuando habían hecho el trato de que él no interrumpirá el trabajo de Jihye? Bueno... Se aburrió.

Aprovechó que ella estaba con una remera grande y sus finas bragas de encaje negro. Un solo movimiento y pudo meter su lengua en medio de las piernas de la mayor.

Las manos de Jihye acariciaban y empujaban al mismo tiempo la cabeza de Choi quien no daba descanso alguno al clítoris de ella, que en cualquier momento se vendría en su boca si seguía así.

Pero no sucedió, antes qué ella pudiera acabar él se separó dejando en los ojos de Jihye una confusión y enojo por haber frenado.

-¿Qué estás haciendo?-Preguntó ella al verlo caminar hacia la habitación.

-¿Mhm? Ir a ver películas en tu laptop. Dijiste que no te interrumpiera.

Jihye abrió su boca sin poder creerlo. Quiso maldecir en voz alta y prefirió morder su lengua. Su frustración era más grande y no podía concentrarse en los estúpidos exámenes que tenía en frente.

Decidió hacerse un té para calmar cualquier sentimiento que nacía, pero estaba imposible hacerlo. Apoyó su mano en el desayunador mientras la otra sostenía su taza de té. Una mano acarició su trasero con gentileza levantando la camiseta de ella.

Sin poder evitarlo los dedos de San se frotaron contra la braga húmeda se Jihye.

-Noona... ¿Por qué estás tan mojada? ¿No te da vergüenza?

Él estaba jugando con fuego. Y lo peor de todo es que tenía una maldita sonrisa pícara plasmada en su rostro.

–San...–Jihye murmuró, quiso que suene como si estuviera enojada pero su voz salió acompañada con un suspiro de placer.–¿Por qué me haces esto?

–No hagas como si no te gustara, Noona.–Él murmuró contra su cuello. El timbre sonó sorprendiendolos a ambos.–¿Esperas a alguien?–Volvió a murmurar él.

–¿Tu lo haces?–Preguntó ella de vuelta, recibiendo de respuesta “Esta es tu casa, Noona.”–Cierto, ve a la habitación, si?

San bufó pero accedió.

Jihye se acercó a la puerta y suspiró al ver de quién se trataba. Abrió la puerta y cruzó sus brazos con una mirada fría.

–Jihye... Vine porque no contestabas mis llamadas.

–Donghyun... ¿Cuántas veces tengo que decirte que dejes de insistir porque lo nuestro ya no funciona?

–Solo intentemos una vez más...–Los ojos del muchacho hicieron contacto con los de ella, Jihye dudó por unos pequeños segundos. Pero no iba a caer.

–¿Intentar para que te vuelvas a acostar con la zorra de tu secretaria? No gracias, prefiero sacarme los ojos. Ya vete.–Jihye trató de cerrar la puerta pero él la detuvo, la muchacha de anteojos empezaba a enfadarse.–¿Y ahora?

–Tienes a alguien nuevo, verdad?

La cara de asco de Jihye se hizo presente. ¿Eran todos los hombres de esa forma? Rogaba que San no fuera así.

–Adiós, Donghyun.–Jihye le cerró la puerta en la cara y puso llave.

Se volvió a su habitación en la cual San se encontraba sentado mirando sus pies mover lentamente.

–Hola bonita.–Dijo él sonriéndole, San pudo notar en los ojos de ella cansancio. Prefirió no preguntar ni agobiarla, en efecto quiso hacerla sentir mejor. Jihye agradeció mentalmente que él fuera así.

Nuevamente en la escuela, Jihye se encontraba con Minhye en su oficina.

–No jodas, Jiji. ¿Aún te sigue buscando?

–Sí, lo sé. Un idiota, no?–Una risa seca salió de parte de Jihye.

–Ji, yo sé que no volverías con él, pero una parte de mi bruja tiene un mal presentimiento sobre él.–Minhye habló llamando la atención de su mejor amiga.–Pero por más que él haga o diga algo jamás regreses con él.

–Obviamente... Pero ¿De qué hablas Minmin?

–No sé, sentí una corazonada.–Minhye agitó su mano restándole importancia.–Cuéntame, ¿Cómo estuvo tu fin de semana con San en tu casa?

–Mhm...–Jihye trató de disimular la sonrisa pícara que se formó en su rostro.

–¡Eres toda una zorra Jihye!–Ambas se rieron a carcajadas.

Jihye se encontraba dando clases, San la miraba con su rostro apoyado en su palma.
Yunho le pegó en su brazo haciendo que se desequilibre por un segundo.

–Disimula.–Murmuró.

¿Cómo podía disimular con esa mujer tan hermosa y elegante hablar sobre números tan apasionada? No lograba sacarla de su mente ni un segundo.

Tomó su teléfono y le escribió un mensaje cuando vio que se sentó esperando que terminen de copiar lo que había escrito detrás de ella.

Jihye sintió su teléfono vibrar y lo sacó por si se trataba de alguna emergencia.

“Te ves tan hermosa que no puedo concentrarme.”

Ella intentó ocultar su sonrisa y lo miró disimuladamente. No podía ser más precioso.

Últimamente, San iba a la casa de Jihye o ella a la de San, siempre precavida al igual que él.

La última vez ella se encontraba escuchando Ariana Grande, artista que tanto amaba y admiraba. Into you sonaba en su pequeño parlante mientras limpiaba los trastes.

San la miraba bailar en su lugar, cantar bajito la canción. Decidió tomar su teléfono y cambiar la canción por una que representaba sus sentimientos.

Earned it de the weeknd sonaba. Jihye frunció el seño ya que no estaba en su playlist pero al sentir el cuerpo caliente de San detrás de ella sonrió levemente.

–Haces que todo sea mágico porque no veo a nadie, a nadie más que a ti.  –Murmuraba San.–Eres perfecta, vales la pena y lo mereces por la forma en la que te ingenias.

Se pasaron un rato así, balanceándose al ritmo de la canción. San se la cantaba en voz bajita rozando sus narices y ella admiraba la belleza de su voz, su rostro y cualquier roce que él le daba.

«Brindo por ti y por mi, por lo que tenemos y sabemos, y por lo que los demás ni se imaginan»






Oh! It's you →Choi San [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora