Capítulo VII: La persecución

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Luego de decidir que estaría mejor solo y tras dejar atrás a su tío, Zuko viajo por un terreno semiárido montando su caballo avestruz. El sol estaba cálido pero fuerte al mismo tiempo y con sus rayos quemaba intensamente la sudada piel de su cuello apenas cruzó un puente, casi se cae pero volvió a colocar la montura en su lugar con un aspecto demacrado y el estómago vacío, llevaba mucho tiempo sin comer nada, de pronto, se detuvo al percibir un aroma agradable, desvió la mirada para encontrarse a un hombre cocinando un gran trozo de carne sobre una llama abierta. Zuko puso una mano sobre su estómago el cual gruñía rogando por algo de comida y dirigió su mano libre hacia la empuñadura de su sable; sin embargo, se detuvo al ver que aquel hombre viajaba con una mujer embarazada así que simplemente prosiguió su camino, luchando por mantenerse consciente. Su visión se tornó borrosa y cerró los ojos, al hacerlo apareció la silueta de una mujer que caminaba por un corredor oscuro con una capucha sobre la cabeza, Zuko abrió los ojos nuevamente pero bajó la cabeza, queriendo olvidar de alguna forma aquella extraña visión.

Finalmente, consiguió llegar a una aldea. Al entrar, pasó junto a algunos soldados del Reino Tierra, quienes observaron a Zuko por un momento, desmontó su caballo avestruz y se dirigió hacia una pequeña tienda donde se encontró con el propietario, un comerciante, de pie detrás del mostrador.

-¿Podría darme un poco de agua, una bolsa de comida y algo caliente para comer?-preguntó Zuko mientras extendía su mano hacia adelante revelando una pequeña cantidad de monedas.

-No hay suficiente para una comida caliente-le respondió el hombre-pero puedo conseguirte dos bolsas de comida-

Apenas el comerciante se fue a buscar las bolsas de comida para Zuko, dos niños que estaban ocultos del otro lado del mostrador arrojaron un huevo a los soldados que estaban justo detrás de Zuko y corrieron a ocultarse. Creyendo que Zuko había arrojado el huevo, los soldados lo miraron con enojo y se levantaron del suelo para confrontarlo.

-Hey-exclamó el líder de los soldados, llamado Gow, el príncipe de la Nación del Fuego no los miró y simplemente se quedó de pie en su lugar-¿tú eres el que nos ha estado arrojando huevos, extraño?-

-No-respondió Zuko sin verlo.

-¿Viste quien lo arrojó?-preguntó el soldado frunciendo el ceño molesto.

-No-dijo Zuko dándose la vuelta frente a ellos, al tiempo que llevaba una mano disimuladamente a la empuñadura de su sable.

-¿Esa es tu palabra favorita? ¿no?-preguntó otro soldado en un tono burlón.

-Tiene que haber venido de alguna parte-comentó Gow.

-Tal vez una gallina pasó volando-respondió Zuko dándoles la espalda, el segundo soldado se rió pero su líder lo miró enfadado haciéndolo callar. Apenas el vendedor trajo las bolsas de comida para Zuko, Gow lo apartó y tomo ambas bolsas.

-Gracias por su contribución-dijo Gow mientras se llevaba las bolsas de comida-el ejercito agradece su apoyo-le arrojó la bolsa de comida a uno de los soldados-es mejor que te vayas de la aldea cuanto antes, la pena por quedarse mucho tiempo es más justa de lo que puede llegar a permitirse, extraño-golpeó su pesado mazo de metal con su mano-confía en mi-

-Perdón por eso. Se supone que esos soldados nos protegen de la Nación del Fuego-le dijo el vendedor a Zuko, ambos vieron a Gow y sus hombres alejarse de allí-pero no son nada más que un montón de matones-

Chang Ai [zukaang/ zuko x aang fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora