Epílogo 🔥🌪️

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Había pasado un año desde que el Avatar Aang y el Señor del Fuego Zuko hicieron publica su relación con las demás naciones y durante ese período de tiempo, habían pasado por muchos desafíos y aventuras que a veces llegaban a obstaculizar su relación, pero no era nada que ambos no pudieran superar. En ese año, ambos estuvieron trabajando con el Rey Tierra, Kuei, en un acuerdo para reubicar las colonias de la Nación del Fuego en los terrenos del Reino Tierra, Zuko hizo un trato con su hermana, Azula, quien había sido enviada a un hospital mental debido a que su mente estaba muy deteriorada y estaba más que seguro de que ya no había probabilidades de que pudiera redimirse estando en esa condición, para emprender un viaje a Hira'a con Aang, Sokka y Katara, y así buscar a su madre, la ex Reina de la Nación del Fuego, Ursa. Pero no siempre estaban juntos en todas sus aventuras, hubo días en los que tuvieron que estar separados por un tiempo ocupándose de sus propios deberes, Aang también tenía algunas misiones a parte con sus otros amigos, pero cuando estaba por ir a la Tribu Agua del Sur con Katara y Sokka, Zuko tuvo que enviarle un mensaje pidiéndole que regresara a la Nación del Fuego ya que necesitaba su ayuda allí, por lo que el joven Avatar tuvo que posponer su visita al hogar de sus amigos y regresó a la Nación del Fuego lo más pronto posible.

Al llegar, tanto él como Zuko, tuvieron que lidiar la reciente aparición de una organización que aún seguía siendo fiel al reinado del antiguo Señor del Fuego Ozai, conocida como la Nueva Sociedad Ozai, enfrentarse a la amenaza de las Kemurikage y las desapariciones de niños en la capital de la Nación del Fuego. Pero gracias a su esfuerzo y la ayuda de sus amigos, la mayoría de los problemas pudieron resolverse, con excepción de los inconvenientes surgidos en el pueblo pezgrulla, por lo que Aang considero que necesitaba quedarse allí con Katara por un tiempo para asegurarse de que todo marchara bien y también porque sentía una conexión con ese lugar, no estaba seguro que era, pero le hizo creer que mientras pudiera resolver los problemas del pueblo pezgrulla, con el tiempo podría llegar a convertirse en un lugar muy especial.

Ahora, Zuko yacía en su cama en la habitación de uno de los barcos de guerra de la Nación del Fuego contemplando el oscuro techo. Habían estado viajando por ocho largos meses y Zuko comenzaba a aburrirse, extrañaba a Aang, quien todavía estaba en el pueblo pezgrulla con Katara trabajando juntos para solucionar todos los problemas que podían, ocho meses pasaron desde que Aang le contó sobre su decisión de instalarse en ese lugar por un tiempo y ahora más que nada necesitaba tener al joven Avatar junto a él. Estaba a punto de quedarse dormido para así distraerse de su aburrimiento cuando, de repente, escuchó una fuerte campanada sonar por todo el barco. Se puso de pie de un salto, se colocó una bata roja con bordes dorados y corrió hacia la puerta.

-Finalmente ¡ha regresado!-pensó abriendo la puerta con un fuerte crujido, corrió hacia las escaleras y se deslizó por la barandilla de frío metal, luego salió corriendo a la cubierta, sus pies descalzos se deslizaron sobre el metal resbaladizo. Miró hacia el cielo, se cubrió los ojos para protegerlos del fuerte sol del mediodía, apenas podía ver, pero luego sus ojos agudizaron su visión y pudo distinguir unas familiares alas azules del planeador de Aang detrás de una nube-¡preparen el cañón!-le ordenó a los soldados que estaban con él en el barco, ninguno de ellos cuestionó la orden y en cuestión de segundos un cañón de resorte estaba en la cubierta, cargaron una pequeña cápsula y posicionaron el cañón-bien, a mi señal-dijo marcando la mancha azul en el cielo-¡FUEGO!-

La cápsula se disparó hacia el cielo, el humo la arrastraba y una luz brillante emergió de la punta logrando eclipsar brevemente el sol del mediodía, aquella bengala desapareció y también el planeador detrás de la nube. Zuko observó y esperó, vio el planeador girando en picada hacia el suelo casi como si estuviera fuera de control, estaba cayendo directamente hacia la nave, el planeador siguió cayendo y cayendo, tomó un pequeño impulso con el viento y se dirigió hacia la cubierta, los pies de Aang tocaron la cubierta, dejó caer el planeador dejándolo deslizarse hacia la barandilla de metal, corrió hacia Zuko y saltó a sus brazos.

Chang Ai [zukaang/ zuko x aang fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora