[6] Fantasma.

137 26 0
                                    

—¡La empujaste! —le grité.

Se encontraba en su despacho cuando entre sin tocar, dispuesta a matarlo.

—Te dije que no me servía. —respondió tan tranquilo como siempre, dejando su saco en el respaldar de su silla.

—¡Pero a mí, sí! ¡Pudiste matarla!

—Pero no lo hice, la llevé al hospital en donde despertó sana y salva.

—Mataste a su bebé... —solté dolida.

Su rostro se desconfiguro.

—Ese bastardo no podía nacer. —Aseguro mirándome de manera atemorizante. —A todo esto, ¿a ti que te importa?

—Ya te lo dije, la necesito.

—Si claro, para tus planes. —Se sentó en la silla, alzando sus pies sobre el escritorio. —¿Cuáles son? No aceptaré una negativa como respuesta, he sido demasiado condescendiente contigo y no te soportar una más de las tuyas.

Resoplé.

—Ella será la carnada. —dije luego de mirarlo intensamente. —Querías vigilar a Ryan para descubrir dónde está la memoria, ¿no? Pues no funcionó, ya lo he intentado por un mes y no hay nada, si lo escondió no será tan idiota como para volver al lugar. Tiene que haber una razón que lo haga ir. —ladee la cabeza. —Sam.

Negó frenéticamente.

—Ella no se acercará a él.

—¿Miedo a que te la robe? —Dije burlonamente.

—No seas estúpida, sabes perfectamente lo que pasaría si se vuelven a ver.

Tu plan se iría a la mierda, pensé.

—No, no lo sé, porque no lo hemos intentado. —Lo mire mal. —Mira, no digo que lo haga ahora, es muy reciente lo suyo y ella está sufriendo, ¿Por qué no lo ves de este modo? Te haces más cercano a ella, sin presionarla en lo absoluto, ganas su confidente mientras "escalas" —dije haciendo comillas con mis dedos— en la agencia, y cuando llegues a un nivel más alto, mandas a Sam por la memoria, le puedes hasta inventar una mierda para que te crea. Para ese entonces, su confianza hacia ti será tan grande que no pensará lo doble cara que eres.

Sonrió con autosuficiencia.

—Sabes...a veces subestimó lo letal que eres. ¿Debo de tener cuidado contigo?

No respondí, caminé hacia él y lo besé, callando cualquier pensamiento de traición que pudiera tener.

Quise retirarme luego de un rato, en los cuales solo me manoseo, más no me lo permitió, me sentó sobre él, mientras quitaba mi ropa.

Aparte sus manos de mí, pero me volvió a negar, tomándolas con una mano.

—No. —dijo jadeando con voz ronca. —Quédate quieta, déjame darte tu regalo por tus veintidós años ya que mañana no te veré hasta muy tarde.

...

Diez meses han pasado desde ese suceso, Sam cayó en depresión al perder a su bebé, tuvo que ir terapias controladas por Christopher pues había sobornado al terapeuta para que le brinde todos los avances de la joven.

Con mi hermano la cosa fue diferente, al parecer nunca supo del embarazo por lo que esta normal, viviendo su vida con tranquilidad. Después de verlo en el cementerio pude darme cuenta de que realmente su interior está destrozado.

No volví a verlo después de eso, le dije a Chris que él no representaba ningún riesgo por ahora, que tenía que concentrarse en Sam para que pueda ir en busca de mi hermano y obligarlo a entregar la memoria USB.

El silencio de un alma rota [Alma #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora