I. Una noticia dificíl de digerir.

842 118 21
                                    

Se sentía tan bien, el príncipe tomo una larga siesta apenas había vuelto de un viaje muy importante de una semana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Se sentía tan bien, el príncipe tomo una larga siesta apenas había vuelto de un viaje muy importante de una semana. Habría viajado hasta el reino vecino para terminar unas negociaciones que su padre le había ordenado.

—El carro estará preparado para las cinco en la tarde, su alteza. El destino a los altos campos ya ha sido corroborado y hace un precioso día para cazar.— Su sirviente dejó las toallas limpias sobre la gran cama y caminó hasta la puerta.

—Ya te dije que no vamos a cazar Hyun, solo voy a dar un pequeño paseo con Hoseok.— Sacudió su blazer azul y acomodó su pantalón de traje blanco, el sirviente frunció el ceño.

—Es Taehyung, señor.—Comentó a medio susurro.

Seokjin lo observó y alzó sus cejas.

—Bueno, si, como sea.— Miro el reloj de piso marrón y sonrió, tenía dos horas libres antes de encontrarse con su amigo, debían charlar sobre distintas "cosas de rey" como le llamaba él. Realmente no quería, no le ponía feliz el saber que su destino desde pequeño era crecer, ser un rey fino, católico y heterosexual.

Heterosexual.

—Ya estás con esa cara larga de vuelta. ¿Qué te sucede estos días? Estas comenzando a preocuparme.— Su hermano, Kim Jeongguk apareció por el marco estilizado blanco de la habitación.

Seokjin agitó su cabeza y sonrió.

—No es nada, pensaba en los negocios de los campos y expansiones que papá me había dejado a cargo...cosas de reyes, ya lo sabes.— Seokjin levantó sus hombros y Jeongguk rodó los ojos.

—Todavía ni eres rey, Seokjin. En un año tienes la ceremonia, deja de atormentarte con esas cosas.— El azabache palmeó la espalda del mayor y se fue.

Si tan solo supiera lo que pasaba por su cabeza.

Bajo las escaleras y caminó por los largos pasillos hasta llegar a la sala real, donde su padre se encontraba charlando con su madre tranquilamente mirando al frente.

Posando para él.

Ahí estaba él.

Se irguió inconscientemente y palmeó su rostro antes de entrar a la sala real.

—¡Querido! que lindo es volver a verte ¿Como estuvo tu viaje?— Su madre se levantó de el trono de color rojo con madera de abedul y se acercó para darle un cálido abrazo.

—Estuvo bien madre, venía justamente a hablar de eso con mi padre.— A paso rápido se dirigió hacía su padre y charlo rápidamente con este para luego darle una carta que enviaba el monarca vecino.

La sonrisa del rey aumento a medida que continuaba la lectura.

—Como siempre, mi hijo responsable cumple mis expectativas, es una excelente noticia...¡Debemos celebrar!— El barbudo señor levanto sus brazos feliz y sonrió, su madre aplaudía tras las espaldas de él y su hermano menor apareció por la puerta también aplaudiendo.

Óleo para el principe |  jinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora