"El heredero al trono de Jamaisnapolis, Kim Seokjin, se encontraba hace años en una crisis consigo mismo y ahora, en sus últimos años como príncipe, se ve obligado a enfrentar cara a cara al responsable de todas sus dudas antes de que fuera muy tard...
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—Fue tan solo un beso...largo, pero fue uno solo.— Sostenía fuertemente la cintura del mayor después de haber cerrado tras él la puerta de su habitación.
—Vamos Jungkook-ie, fue una broma. No vayas a molestarte con tu nuevo amigo.— Jimin acarició una de las mejillas del menor y este se ruborizó notoriamente.—Fue inevitable, hubo algo de ti que me atrapó completamente, y no es ni una semana desde que te conocí Jungkook.—
—Supongo que es de familia.—El menor rió y acarició la mano que se posaba en su rostro.—¿Puedo invitarte un té en la tarde de mañana? En el jardín a las tres, amigo...—Jimin asintió sonriente para luego dejar la habitación.
Jungkook tomo asiento en su cama y cubrió su rostro, el cuál debía de estar rojo como una manzana.
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—Repitamos esta salida, Seokjin-ssi.— Seokjin asintió con una sonrisa fingida para luego ver a la castaña alejarse felizmente con su ramo de flores.
No sabía como pero habían recorrido todo el mercado y parte de la alta ciudad de jamaisnapolis en toda esa tarde y recién habían llegado, siendo las nueve de la noche.
Todo el paseo siguiendo a la chica por detrás mientras esta estaba fascinada con cada cosa que veía.
Era tierna.
Camino por el salón hasta subir las largas y blancas escaleras, al llegar al pasillo que llevaba a las habitaciones principales, chocó con un empleado.
—¿Podrías llevar la cena a mi habitación esta noche, por favor? Para dos. Comeré con mi hermano.— El empleado asintió y comenzó a caminar en dirección a la cocina.—Dile a Taehyung que la traiga, gracias.— El empleado retomo su viaje y desapareció.
Al abrir la puerta de su habitación, una mano lo tomo por su saco y lo metió rápidamente en el cuarto.
—¿Porqué no me dijiste nada sobre el pintor? Kim Seokjin.— Hoseok soltó al mayor en un sillón que se encontraba en una esquina y se sentó frente a él.
Ups...
—Primero que nada, buenas noches. Segundo, no te veo hace días Hoseok, ¿Que carajos quieres que haga?— Seokjin se puso de pie y colgó su saco en el perchero de madera.
