Los pájaros cantaban sobre la fría mañana que había despertado ese día y las manos de Seokjin recorrían la cintura hasta los glúteos del menor. Este en pequeñas risitas dormidas besaba al mayor que sonreía de igual manera.
—Debe irse, hyung. Su padre debe de estar buscándolo.— Yoongi se puso de pie para caminar desnudo hasta la ventana.
Seokjin quedó hipnotizado ante el hermoso ángel que estaba parado frente al cristal mirando el comienzo del día. Sin quitarle los ojos de encima, camino tranquilamente hacía el pelinegro. Tomo la cintura de este por detrás y dejo un beso en el arco de su cuello, Yoongi sonrió para luego girar su cabeza y besar profundamente al príncipe.
Su olor, el calor que emanaba su cuerpo, el sabor de sus labios, la armonía de su voz.
Todo.
Yoongi se había dado cuenta que el príncipe lo tenía bajo todo hechizo, ya no podía seguir ignorándolo como lo hizo toda su vida.
—¿Alguien vió al príncipe? Tiene el desayuno con la princesa Park y no aparece.— La voz agitada de Taehyung se escucho desde el otro lado de la madera mientras correteaba hacía la cocina.
Seokjin, tomo su ropa interior y Yoongi se colocó su bata de color bermellón.
—Ojalá pudiera desayunar contigo, ven en la tarde a mi habitación. Prosigamos con la pintura.— Yoongi asintió.
El castaño se vistió rápidamente y junto sus labios nuevamente con los del pelinegro en un largo beso.
—¡Yoongi! ¿Tu no viste a-— La puerta fue abierta por el rubio mientras los dos chicos se besaban, haciendo que estos dos abrieran sus ojos de par en par.
Seokjin tomo a Taehyung por su corbata y lo metió en la habitación, cerrando la puerta con pestillo tras él.
—Primero, o aprendes a tocar o vas a terminar ordeñando vacas en el mercado. Segundo, tu no viste nada y guardas paz Kim Taehyung y te lo estoy diciendo enserio.— Seokjin aún mantenía su puño en la corbata del rubio mientras este lo miraba con su mirada asustada.
—Seokjin, calma. Taehyung, guarda silencio por favor.— El castaño miro al pelinegro y suspiro, Taehyung acomodó sus ropas y rápidamente, se irguió.
—No dire nada, Su Alteza. No fue mi intención interrumpirlos, tan solo quería avisar que la princesa Park y su familia lo están esperando en el comedor principal.— Bajo su mirada y junto sus manos.
Seokjin rió ante la inocencia del menor.
—Confió en ti Hyun, vamos.—Palmeó el hombro del rubio y mirando al pálido por encima del hombro, dejaron la habitación.
—Soy Taehyung, Su Alteza.—
—Lo sé, Hyun.—
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Óleo para el principe | jinsu
Fiksi Penggemar"El heredero al trono de Jamaisnapolis, Kim Seokjin, se encontraba hace años en una crisis consigo mismo y ahora, en sus últimos años como príncipe, se ve obligado a enfrentar cara a cara al responsable de todas sus dudas antes de que fuera muy tard...