Capítulo 3

56 9 34
                                    

≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪

Caigo con tal brutalidad que ruedo unos metros de distancia.

— Auch .. — Tengo cortes profundos distribuidos por distintas partes de mi cuerpo. La ropa se me rasgó notablemente, produciendo que la brisa helada se cuele por los recientes agujeros.

Como puedo, me levanto y hecho a correr a toda prisa.

Enormes estructuras me impiden el paso, así que doblo en una esquina sin rumbo alguno.

La situación tan bizarra que viví recién, no saldrá de mi cabeza por mucho tiempo, sin embargo, prefiero no indagar sobre el tema.

Ahora que me doy el lujo de ojear un poco mi cuerpo, noto que parezco indigente. Mi ropa está sucia y rota mientras que mis pelos duros como ramas, hechos una maraña, solo ayudan a completar el "look".

Uff, y tengo un olor a muerto viviente, ¡qué Dios!, hagamos un funeral para las narices que me huelan ya sea desde lejos.

Es obvio que mi higiene es deplorable.  ¡Estuve en un bosque por meses! Y no es que los charcos sirvieran de mucho. Por suerte había uno de esos inodoros en una caja verde ... No sé quien lo creó pero es mi salvador.

Una camiseta verde oscuro, con el nombre del bosque Puzzlewood y unas bermudas de hombre, bastantes holgadas, es lo único que llevo puesto.

Todo lo que tuve por dos años fueron prendas de vestir y comidas de pequeños locales de turismo ..

Hubo veces en que casi me descubren, pero esconderse puede llegar a ser hasta fácil. Incontables días pasé sin comer ni un misero pan. Yo si se lo que es no tener nada.

Mis pies están descalzos, sin embargo, el asfalto no representa un problema ya que pisé cosas peores.

Es incierto como sobreviví ... Tuve heridas graves y ni un kit de primeros auxilios.

...

Mientras corro por las calles atestadas de gente, siento las miradas de asco sobre mí. Me avergüenza un poco ser así de observada y más por las pintas que luzco.

Al poco tiempo, me siento en un angosto callejón y me abrazo las piernas mientras respiro con dificultad.

Y .. ¿Ahora que hago? .. Esa pregunta vaga por mi mente todo el rato.
¡Maldita sea!, estoy perdida ..

Una diminuta lágrima se me escapa, incentivando a las otras, que claman por salir.

Los charcos de recientes lluvias terminan de empeorar mi ropa.

Unos pandilleros se acercan y no dudo ni un segundo en que tengo que irme.

Roja de tanto lloriquear, me levanto del suelo. No tengo paradero definido y eso me enloquece demasiado. Estoy sola en una tarde de ... Mmm ... ¿Invierno? .

THE DESTINY OF THE LOST GIRL © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora