Capítulo 4

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Blanco

Eso es todo lo que veo por unos pequeños instantes.

Un cielo. Un lluvioso y triste cielo.

Llora, porque sabe que, inevitablemente, la bebé que la mira a través de sus lágrimas, será dada a la cruel señora.

Tiene miedo, la criatura tiene miedo.

A ella, las manos le tiemblan bajo el tacto de su niña.

"Lo siento" es lo único que puede escapar de sus labios.

"Las cosas que más parecen insignificantes, siempre toman su sentido al final" susurra su madre, colgándole una delicada cadena.

¿Qué?

El sueño que acabo de tener me atemoriza de lo realista que se sintió.

Me siento aletargada, como si una masa pesada se asentara en mis huesos, inmovilizando todo, hasta las puntas de mis dedos.

Quiero abrir los ojos pero mi cansancio impide cualquier indicio de querer despertar.

Murmullos provenientes de mis costados hacen que un liquido frío y liviano se esparza por mi frente. Mi propio sudor.

<< Que raro, ya no tengo olor a basura. ¿Cuándo me bañé?. >>

Un dolor estalla en la cima de mi cabeza. Siento una de mis piernas flotar en el aire.

<< ¿¡Y si ya no la tengo!? >>

— Creo que está despertando .. — Un susurro lejano se instala en mi cabeza, imposibilitando que adquiera otros pensamientos.

Pasos. De nuevo hay pasos, pero por alguna extraña razón ya ni me inmuto .. Soy consciente del hecho de que me observan.

Intento nuevamente abrir los ojos; una rendija de luz se cuela por mis párpados a medio abrir.

Cuando mi vista se acostumbra a la nueva iluminación, me levanto de golpe. Suelto un débil quejido.

Algunas partes de mi cuerpo están entumecidas, pero otras, simplemente, tengo ganas de amputarlas debido al inmenso dolor.

Cuando miro a mi alrededor me encuentro en una especie de cama con sabanas blancas. Cables transparentes, transportan algún tipo de sustancia desconocida directo a mis venas.

Un alivio me recorre al ver que sigo teniendo mi querida pierna. Esta está reposando en algún tipo de tela; de la rodilla para abajo, tengo puesta una especie de bota blanca.

Siento miradas, de esas miradas que centran toda su atención en ti, y hace mucho no me pasaban.

Giro la cabeza, soltando un quejido al instante.

THE DESTINY OF THE LOST GIRL © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora