Todos tenemos una función en esta vida, lamentablemente... no siempre es una buena.
...
Desde que he nacido cumplo con la condena de lo que soy.
Lo pude confirmar cuando sobreviví en un bosque de mala muerte mientras escapaba de mi propia "familia"...
Nota de autora: ¡Lo prometido es deuda!, y como avisé en el capítulo diez, aquí está el ESPECIAL DE IMMORTALEM. 🎉
Realmente pido perdón por la tardanza; no me surgía la imaginación y no quería decepcionarles con una lectura poco emocionante.
Espero que les guste; y sin más preámbulos, ¡l@s dejo leer!.💫💙
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El reino, en sus comienzos, era una gran montaña de roca y tierra en lo más rotundo de un bosque no tan concurrido, pero a pesar de los grandes esfuerzos de mantenerse oculto, con la llegada de los turistas curiosos y los guarda bosques, no quedó más opción que sumergirse bajo tierra. Pero ... Todo ocurrió después de que nuestro anterior rey hiciera un pacto ... Un pacto que al parecer, marcaría una nueva realidad para la pequeña comunidad.
Todo fue raro y repentino; la llegada de la gente, el deterioro constante, y de la nada, la necesidad de escondernos.
Un toque constante en mi pálido hombro provoca que mire hacia mi costado.
Aura, con su cabello rojizo esparcido por el pasto, me insistía con la mirada.
— Debemos irnos, Nadine. — Tenía razón, pero yo solo quería seguir admirando la belleza del brillante sol a través de las amarillentas hojas de los árboles.
El miedo reflejado en cada poro de su piel, me ponía nerviosa. No quería que nos descubrieran de nuevo.
Su insistencia hizo que me diera por vencida, — Está bien, vamos... — me levanté a regañadientes, embarrando mis manos de tierra y pequeñas basuritas.
Comienzo a caminar ,con Aura siguiendo mis pasos desde atrás, hacia la "entrada" de Immortalem. Cuando llego, jalo la pequeña manija cobriza que se esconde entre las delgadas y ásperas hojas de otoño.
La especie de trampilla se abre, dejándome la vista de unas largas escaleras de soga, colgadas precariamente.
Las paredes del estrecho lugar están un poco oxidadas, y el olor a podredumbre simplemente da arcadas.
Entrando en detalles, los adultos aquí, viven atareados de trabajo, ya que mantener este lugar, puede ser dificultoso, por eso la limpieza en general no es muy común aquí ... Bueno, vivimos bajo tierra, mucho no se puede hacer.
Me deslizo por las sogas, hasta que se acaban y las puntas de mis pies tocan el mullido y enorme colchón en el suelo; detrás mío oigo a Aura.
Cuando tocamos enteramente con nuestros pies el suelo del cuarto de entrada, los dos guardias de turno nos miran con cansancio; y vaya que no los culpo, todos los fines de semana salimos a la superficie sin autorización; cosa que nos está poniendo en riesgo a todo el reino.
