-¡Orellana! - El Técnico le cierra el paso con su imponente figura -¿A dónde va? ¿Acaso cree que iba a jugar de titular?
-¿Si? ¿No? mi apellido, yo escuche que estaba en la lista.
-Parece que escuchaste mal. Te confundiste con Orlena, con Orlena.
-¿En serio? - el rostro de la chica cambia a una mueca de desilusión.
-Orellana, por favor, déjate de juegos y anda a la banca ya mismo. No me busques quitarme la paciencia- El técnico le indica con el dedo el banco de suplentes.
Ella observa aquel mueble con desdén. Piensa que estás no debería estar, si no en el campo, disfrutando de un gran debut.
-Y que no se repita.
Caminando hacia la banca, siente un agobiante sentimiento de desagrado. Ella quisiera excusarse con algo para no sentarse, como decir que surgió un problema familiar, que le entró el período, o que es supersticiosa y acusó a la banca de estar maldecida por un brujo haitiano. El fin justificaba los medios y no iba a dejarlo pasar.
Pero al momento siente que es observada. Voltea para ver al Técnico, que con una simple pero poderosa mirada le ordena que se siente. Ella se inutiliza del miedo y sede, sin poder decir algo.
Las suplentes con una evidente complicidad, la observación entre risas y vergüenza ajena. A excepción de una que la llamaba con una modesta sonrisa.
-¿Qué onda Colo? ¿El intento de colado fracaso? - pregunta mientras sus ojos saltan a seguir el paso.
-Más o menos- responde fríamente, mientras se sienta.
-Hay culiao , te agarraron justo, justo. Cuando te vi salir detrás del resto y seguiste de largo, estaba gritado y agitando la mano para llamar tu atención. Pero no me llegaste a escuchar y me dijeron: "Pero culiao , gira un cachito la vista por favor".
-Ya. No me di cuenta, perdón.
-Perdón se dice a Dios.
-Es lo mismo, Yani- Colo frunce el ceño, mientras observa hacia la nada.
Ambas se acallan para dar paso a un breve pero incomodo silencio.
-Pensé que escuche bien. Pero no. Orlena y Orellana sonaron bastante igual.
-¡Anda a que te revisen los oídos! ¡Sorda !.
De la nada, una mujer de tez morena aparece al lado de ambas. Se luce con una heroica pose y una mirada que espiaba soberbia.
-¿Qué? - Colo se la queda observando con los ojos entrecerrados.
-¡¡Que te falta cinco para el peso !! - Le grita bastante cerca de uno de sus oídos.
-¡Oye!
-¡Ahora si te funcionan! ¡Un milagro! - la chica de tez morena aplaude y levanta sus manos para balancearlas - ¡Aleluya hermana!
-Bueno ... -Coló se rasca el oído- Patricia te veo aquí ¿No ibas a jugar?
-¡Ah! algo escuchaste entonces. Aun cuando se establece mirando el techo en modo boluda.
-Si ... pero ¿Jugas o no? - repite Coló sin pestañar.
-Párale Linberman. Ahí va que te contesto tu pregunta- Patricia cierra los ojos, levanta su dedo índice y se queda en silencio.
-¡Paniagua! ¡¿Qué hace ?! ¡Vaya al campo! - Se hace escuchar de fondo al Técnico.
-Ahí está tu respuesta- Patricia mira con cierta picardía a Colo- ¡Ya voy! - Ya la vez le responde al Técnico.
Jocosa, se va trotando, pero si no antes pararse un momento.
-Bien, no les rompo más las bolas. Nos vemos come bancas cuando debuta, paz.
-Dale ¡Que tengas suerte Paty! - dice Yani, mientras saluda con una sonrisa en forma de herradura.
Mas desanimada, Colo cae arrastrada en el banco. Se confió que iba a jugar, pero no fue el caso. Ser distraída le hizo una mala pasada, eso puede aceptarlo. Sabe que intenta no equivocarse unas próximas veces, aunque ignora el olvido de la semana que viene lo espera.
Ahora en su cabeza revoloteaba una única pregunta: ¿Patricia debutando en su primer partido como titular?
-¿Qué onda? ¿Como la metieron tan rápido?
-Eso es fácil de explicar, guachina - Nuevamente aparece Patricia y provoca que Colo sobresalte del susto y retroceda. Aplastando a Yani en el proceso.
-Habrán bien los oídos- Patricia se acomodó su garganta- Faltaba un centro que tenía que saber hablar en la cancha y como me vieron que estaba por casualidad, me agarraron y me dijeron: "¡Vos piba, nos salva las papas!".
-Debió sentirse lindo cuando paso- Colo baja la mirada.
-Obvio- Patricia alza su cabeza, cruza los brazos y observa a Colo. Como si fuera un ser divino se estaría imponiendo ante un mortal.
En ese momento, sacado de las casillas, el Técnico le reclama a Patricia una vez más, mientras se acerca al banco de suplentes.
-¡Paniagua! ¡No voy a repetir más! ¡Si quiero, te vuelvo a la banca y traigo a Bermúdez en muletas para jugar!
Buscándole la contra, Patricia vacila la conversación. Pero lo hace tan exagerado, que provoca que todo escale en un griterío sin sentido de frases repetitivas e inconexas.
-Aquí vamos de vuelta- dice Colo.
Desde que tiene noción, y cuando se trata de los primeros días en los inferiores, Colo sabe que cualquiera que cruza palabras con Patricia, no va a esperar seriedad alguna. Todo lo que se le diga, inevitablemente será devuelto con una carcajada, y aún más serio que fuera del tema. Nadie, incluso Colo, sabe porque es así. Aunque dicen por ahí que puede tener alguna tuerca desprendida.
-Ok, pero no se enoje- Patricia sede mientras se va con una satisfecha sonrisa -Salud locas. Su última esperanza de la defensa se va a poner el equipo al hombro.
- Apenas comienzas- dice Colo con un tono cansino.
-Sí, pero lo soy- Patricia cruza los brazos.
Entre líneas, hastiada, una de las suplentes murmura a otra.
-Negra chamullera . Después de la ves juntando mangos en el Circo de las Salchichas.
-¡¡Cerrala Auzqui !! - Patricia la señala
Mientras esto sucedía, Colo nota que el técnico está hablando con una jugadora en muletas, con un número dorsal 37 en su espalda.
-¿Esa no es Francisca?
-¡¿Eh ?! - Patricia se pone como pistolero a punto de desenfundar- ¡El Gordo no estaba versando ...! Ese es mi lugar! ¡Garcas! - y se va corriendo.
ESTÁS LEYENDO
Club N ° F - Capítulo 1: La Banca
General FictionVenida de una gran camada de jugadoras, Lana es una novata que quiere debutar cuanto antes. Como no le será fácil, se le convertirá en una obsesión que escalara hasta límites insospechados.