Parte 2

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El partido está a punto de comenzar y Colo comienza a sentir que algo se germina en su interior. Un sentimiento Una mezcla de frustración y de envidia. Se toca su panza para contenerse y observar a Yani.

-¿Recuerdas con quien iba a cambiar?

-Sipi, con Enid- responde Yani

-¡Ah! ¿Con que Enid?

Colo con una sonrisa maliciosa, busca con la mirada a su compañera en el campo. Y al ser tan evidente Yani lo percibe.

-¿Qué tramas?

-Nada, Solo pienso que Enid le pasa algo mal.

-¿Qué pasa con ella?

- La veo tambaleante. Debe tener un esguince en el tobillo.

-Solo esta estirando.

-¿Seguro? La veo con una cara de molestia.

-Yo siempre la veo así, no tiene nada de extraño.

Ah, cada análisis prejuicioso de Colo, Yani le dio una respuesta negativa.

-¡Por dios! ¡¿Y no tiene una tarjeta amarilla ?!

-No lo sé ¿Y eso que tiene que ver con su pierna? –Yani desdobla su gran uniceja.

-¡Nada! No importa- Colo cruza los brazos e infla los cachetes.

La mezcla de sentimientos la están pisoteando de un poco. Se re acomoda varias veces en el banco, mira sin cesar a todos lados e intenta silbar. Pero suena como globo desinflado. Sus compañeras, y principalmente Yani, se convirtieron en molestar.

-Se que estas aburrida, pero ¿podrías dejar de hacer eso? ¿Por favor?

-¿Hacer qué?

No es tonta. Yani sabe que no es la primera vez que Colo demuestra ser insoportable cuando está en la banca. Desde que se conocieron, se encaprichaba por jugar. Que de igual forma le era concedido por su talento. Cuando no sucedía, demostraba ser la persona más molesta en la faz de la tierra. Como la vez que se había acostado en el banco como medio de protesta y se excusaba diciendo que se estaba desmayando.

-Sabes, yo también tengo muchas ganas de jugar, pero no es para hacer lo que haces.

-¿Cómo qué? - Colo se hamaca.

Yani balancea su cabeza de decepción.

-Mira, la pasión es buena. Pero si no una sabe controlarla, se convierte en obsesión. Y por ella podrían hacer cosas malas, inclusive terribles, que pueden llegar a arruinarse a uno mismo ya sus seres queridos.

Inmersa en sus pensamientos, Colo hace caso omiso a lo que Yani le trata de hacer entender. Y más pronto que tarde, se escucha el pitido inicial.

-¡El Partido comenzó! - Colo golpea sus palmas.

Cortada a la mitad, Yani se siente como novia ignorada por un novio fanático.

-No me escuchaste- desdibuja con su uniceja una ve corta.

-¿Qué? - Colo se percata -¡Ay Perdón! ¡Es que el partido! - Indica con sus dedos al campo y con una nerviosa mueca de por medio.

Sin palabra alguna, Yani se queda mirándola fijamente. Sus grandes ojos brillaban intensamente bajo unos diminutos labios que se achicaban. Coló le parecía que estaba viendo a un perro entristecido y eso le llenaba de remordimiento.

-¡Ay no! ¡Esa cara! - intenta taparse el rostro- ¡Enserio! ¡Disculpa! Es que yo no quería – y baja la mirada.

-Ya me asustas.

Club N ° F - Capítulo 1: La BancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora