Canela con naranja

239 40 0
                                    

La mano le tembló cuando Uzui se la extendió al presentarse por culpa de su sonrisa. Brillaba tanto como sus ojos a pesar que la tarde ya se estaba marchando. Pasaban de las siete y volvió a preguntarse si realmente se había atrevido a salir con un extraño después de sus horas acostumbradas. Quizá Tanjiro tenía razón y debió pensarlo un poco más, aunque también tenía razón en que a veces era excesivamente receloso. Kyojuro nunca lo pondría en una situación peligrosa y si él mismo le aseguró que era alguien confiable, debía relajarse. Su mano era grande y envolvía la suya con facilidad, obligándolo a levantar la cara para poder verlo a los ojos. Era considerablemente más alto que él.

- Tienes las manos muy callosas, esperaría que cuidaras más de ellas.

- Toco el piano más de cuatro horas al día, ocho en fines de semana ¿ Cómo piensas que voy a tenerlas suaves?- ladeó los labios, ligeramente ofendido mientras soltaba su mano, sintiéndose un poco más irritado por la risa del hombre, tomándolo por los hombros-. Rengoku me obliga a hacer ejercicios siempre para evitar la tendinitis.

- También deberías usar unos cuantos productos para mantenerlas sanas, yo te puedo recomendar algunas cremas. Mis manos se resecan mucho por los químicos de las pinturas y es importante tenerlas bien cuidadas- Zenitsu abrió la boca, a punto de responder que aquello era sólo una vanidad-. Sé lo que vas a decirme, pero ponte en perspectiva. Muchos de los grandes patrocinadores de los artistas buscan una imagen específica y siendo justos no suelen escoger a los pianistas con manos feas, son bastante superficiales con eso.

- Tienes razón. Pero igual, es molesto tener qué dedicarle tiempo extra a mi cuidado personal, debería ser suficiente con el talento.

- Así que tenemos a un rebelde del sistema aquí ¿No es cierto?

- De verdad que te gusta hablar- rumeó, sentándose en la silla del café, mirando apenas a su alrededor. Habían llegado a una cafetería y ambos estaban en una de las mesas exteriores. Ni siquiera había notado que habían comenzado a caminar.

- Apuesto a que puedo adivinar tu sabor de té favorito.

Zenitsu levantó una ceja aguantando una sonrisa. El hombre era tan alto y corpulento que su actitud infantil de alguna manera no parecía sincronizada. Rodó los ojos, cruzando los brazos.

- ¿Qué es lo que quieres apostar?

-No lo decía literalmente, pero ya que quieres ponerlo interesante ¿Qué te parece explicarme cómo se llama esa técnica de tu recital? Busqué en internet como loco y no encontré nada que se le pareciera.

- No toda la información está en internet ¿Sabías?- ladeó la cabeza, acomodando su mentón en su mano, viendo a Tengen con un breve destello juguetón-. Pero está bien, acepto. Si no adivinas, deberás enseñarme a hacer esa cosa en los ojos, se ve muy...

- Extravagante, sí. Es un trato- sonrió, pasando el dedo índice y pulgar por su mentón, con los ojos entrecerrados analizando cada facción de Zenitsu y su gesto burlón, incrédulo-. Canela con naranja.

-¿Qué?- despegó su mano de su mentón, ahora francamente sorprendido- ¿Cómo lo supiste?

- Es un secreto de adivino- cruzó los brazos, alzando el mentón con altivez, sin poder evitar echarse a reír al ver el rostro todavía incrédulo de su acompañante-. Es broma, Kyojuro me lo dijo.

- Eres un tramposo- quiso ocultar su sonrisa abochornada por haber sido tan ingenuo, agradeciendo a la mesera cuando se acercó a tomar sus pedidos.

Estaba hablando como si nunca lo hubiera hecho en su vida, casi gritando a veces, riéndose hasta que las lágrimas le caían por el rostro, energetizado por las tazas de café que se fueron apilando sin que ni él ni Tengen quisieran terminar ese momento, encontrando en común mucho más de lo que hubieran podido pensar a primera vista. Su música podía perfectamente encontrarse junta en una misma lista de reproducción sin que desentonara, las páginas y canales de internet que frecuentaban eran casi los mismos, incluso sus gustos en comida. Sintió su celular timbrar, Tanjiro preguntando si todo estaba bien y un simple emoticón de aprobación para no interrumpir su plática sobre esa banda que Zenitsu no conocía, pero se moría por escuchar. En algún momento se había relajado tanto que ni siquiera notó que ya estaban de vuelta en la calle, cuando cerraron el café, sentados en la banqueta de aquella avenida, riéndose a carcajadas sin preocuparse por la forma en que los transeúntes evitaban pasar a su lado. Su celular volvió a sonar y en esa ocasión era su abuelo, totalmente preocupado porque, apenas lo notó, ya pasaba de medianoche. Se levantó de un salto, disculpándose y asegurándole que llegaría enseguida.

- Te puedo llevar a tu casa, mi auto está estacionado a dos calles.

-¿No te desvío mucho de tu camino? Lo lamento mucho, no noté que se estaba haciendo tan tarde.

-En parte esto es mi responsabilidad, yo tampoco le puse atención a la hora.

Zenitsu sonrió, más relajado, caminando al lado del hombre, sintiendo ahora un poco más íntima la manera en que su brazo rodeaba sus hombros. Discretamente se pegó un poco más a su costado, intentando guardar en su ropa un poco del olor a sándalo y lirios blancos. Le abrió la puerta de copiloto, dejándolo pasar. Tomó un pequeño peluche de conejo que estaba en el tablero, mostrándoselo a Tengen.

- Para ser tan cuidadoso con tu aspecto personal, dejas mucho qué desear en tu gusto por el decorado.

- Debe ser de mi hijo, estuvo conmigo el fin de semana y debió olvidarlo- Tengen vio el rostro desencajado de Zenitsu a través del espejo, mientras lo acomodaba para comenzar a manejar.

- No sabía que estás casado.

- No lo estoy. Ya no, al menos. No hay una historia trágica, terminamos en buenos términos después de llegar a la conclusión que las cosas ya no eran las mismas pero seguimos siendo buenos amigos. Incluso si no tuviéramos en común a Tenma, creo que seguiríamos llevando una buena relación.

- Oh, vaya.

- ¿Por qué esa cara de dolor de estómago? ¿Pensaste que esto era una cita romántica?

- Claro que no.

Tengen resopló divertido, mirando por el retrovisor el puchero decepcionado de Zenitsu. Aprovechó el alto para inclinarse a besar su mejilla, revolviéndole el cabello.

- Qué lástima, eso significa que deberé esforzarme más en la siguiente.

Zenitsu se llevó los dedos a la mejilla, sonrojado hasta las orejas, haciendo que Tengen volviera a reírse, retomando el camino.







---------

Ojalá que wattpad pronto se vuelva a regular o algo así, porque últimamente ha tenido problemas medio feos :s





ChocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora