"No es nada serio todavía, apenas nos estamos conociendo"
"Me gusta mucho pero no sé si quiero estar en una relación"
" No estoy listo para un compromiso"
Zenitsu debió morderse los labios para ahogar la risa, recordando la supuesta renuencia de su amigo por tener una relación formal con aquél muchacho, viéndolo hacer malabares con tal de cargarle la mochila y el suéter sin soltar su mano, acariciando de tanto en tanto sus mejillas o su cabello, enfrascado en cada una de sus palabras como si fueran ellos dos solos. Zenitsu iba incluso un par de pasos tras suyo con la esperanza de que lo notaran y romper su pequeña burbuja. Pero quizá era egoísta de su parte insistir en interrumpirlos, aunque por otro lado fue Tanjiro mismo quien le dijo que estaba bien si salían los tres después de la escuela. Que lo que tenía con Muichiro todavía no era algo tan serio. Quería reírse de él y llamarlo mentiroso. Soportó hasta que llegaron a la fuente de sodas que frecuentaban, suspirando un poco menos incómodo al ser la mesa redonda y no tener qué quedarse en un extremo relegado. Leyó el menú aunque lo conocía de memoria, sintiendo todavía ese pinchazo de celos al estar siendo así de ignorado. Se había malcriado mucho, había que reconocerlo. Cuando Inosuke no alcanzó el puntaje para estudiar en su misma universidad y debió irse a otra más alejada de ellos Zenitsu fue quien más lo resintió, por mucho que quisiera ocultarlo. Tanjiro lo sabía, los tres eran los mejores amigos pero Inosuke y Zenitsu tenían una relación un poco más estrecha, como siempre ocurre en todos los círculos de amistad. Después, cuando fue todo lo de Tomioka, Tanjiro solía pegársele como un cachorro apaleado todo el tiempo, sinceramente triste. Se había acostumbrado demasiado a estar siempre con él y aunque no quería decirlo, realmente se sentía traicionado. Primordialmente feliz por Tanjiro, era innegable que se veía mucho más feliz y su amigo era esa clase de persona que vive de los sentimientos, enamorarse siempre lo hacía lucir como si se hubiese ganado la lotería recogiendo un billete de la calle o algo así de maravilloso. No quería quitarle eso, pero tampoco quería volver a su casa sabiendo que Kaigaku estaba en el trabajo y su abuelo no volvería hasta el lunes de visitar a alguno de sus amigos.
- Y... ¿Zenitsu? Tanjiro me dijo que tocas el piano- Muichiro por fin lo miró, sonriendo de una forma extraña-. Dice que eres muy bueno.
- Sí. Estoy intentando mejorar, todavía no soy profesional.
- No seas modesto, has recibido excelentes comentarios de gente muy sobresaliente- Tanjiro rodeó la cintura de Muichiro, besando su hombro-. Incluso recibió hace poco una invitación al Conservatorio.
-¿De verdad? Mi hermano estudió unos meses allí, él toca el violín. Tuvo qué salirse porque se le empalmaban los horarios con la universidad.
- ¿A ti te gusta la música?- Zenitsu intentaba no mirar los dedos de Tanjiro acariciando la cintura de Muichiro, ni atender a la risita del muchacho.
- Me hubiera gustado aprender a tocar el violín también, pero olvidaba muy fácil las partituras- vio a su amigo inclinarse a su oreja, susurrándole algo que lo hizo sonrojar- ¡Tanjiro!
-Creo que será mejor que me vaya. Cuídense.
Vio a Tanjiro enderezarse, avergonzado y a punto de quizá disculparse, pero él simplemente le palmeó el hombro, negando. Le revolvió el cabello a Muichiro a modo de despedida. Aunque cuando lo conoció el muchacho parecía receloso con un poco más de trato podía entender por qué Tanjiro había caído tan rápido por él. Se sentía feliz por ambos, no había para qué negarlo, así como tampoco negar que se sentía terriblemente fuera de lugar en ese momento. Debió haberse preparado para cuando ese momento llegara. Resopló, mirando su celular para ver cuántas horas le quedaban libres antes de ir a la academia.
Un mensaje preguntando qué hacía le provocó una sonrisa, apurándose a contestarlo aunque había sido enviado un par de horas atrás. Respondió contando lo incómodo de estar siendo la tercera rueda y cómo debió salir huyendo. Se quedó sentado en una banca, mordiéndose las uñas, esperando la respuesta.
-¿Quieres que vaya por ti? Yo estoy escapando de una aburrídisima entrevista.
-¿Seremos prófugos juntos entonces? Suena divertido. Te mando mi ubicación.
Se quedó mirando unos minutos el celular, sonriendo sin notarlo mientras veía pasar a la gente. Las tardes solitarias siempre le hacían pensar en un solo de ragtime, con la gente a un ritmo relajado y despreocupado pero constante y solemne. Se sentía extrañamente revitalizado viendo a esos niños correr por la acera contraria. De pronto tenía muchas ganas de tocar el piano. Escuchó el cláxon de un automóvil y su apenas candela de buen humor terminó por extenderse hasta el último rincón de su cuerpo al ver a Tengen sonreírle desde su automóvil.
- Tuviste suerte que estuviera por el rumbo- Tengen le apretó el hombro, asegurándose que hubiera terminado de ponerse el cinturón de seguridad antes de retomar el camino-. Tuvimos suerte los dos, mejor dicho, me estaba muriendo de aburrimiento.
- Con lo que te gusta hablar, pensé que amarías que te entrevistaran.
- Era una entrevista de trabajo. Una amiga me recomendó para entrar como curador a un museo algo importante, la entrevista era algo inevitable. Estoy bien trabajando en la academia, pero no me quejaría por un ingreso extra- encendió el radio, poniendo la opción de enlazar dispositivo- ¿Quieres escoger la música?
-Por supuesto.
Zenitsu se apuró a buscar en su celular una canción en específico, modulando el volumen. Algo le fue dulce por dentro al ver el nombre de Tengen en su celular al enlazar el dispositivo. Tengen comenzó a silbar, tamborileando los dedos sobre el volante, moviendo incluso la cabeza al ritmo, haciéndole sonreír.
- ¿Qué te hace pensar esta música?
-Bueno- Tengen ladeó los labios, pensativo-. Cuando era niño mis hermanos y yo éramos un desastre ¿Sabes? Ellos se reformaron, pero yo no. Como sea. Éramos un desastre y solíamos escaparnos de la escuela para ir a un campo que había cerca. Mi espacio favorito era el de las manzanillas. Me relajaba mucho acostarme entre ellas, sentir su aroma y el sol en la cara. Sabía que probablemente después de eso papá nos iba a gritar hasta dejarnos sordos si se enteraba, pero me sentía tan feliz tirado entre la hierba y tan relajado por el olor de las flores que sentía que valdría la pena. Esta música me hace pensar en eso, en una tarde tirado entre flores de manzanilla.
-Vaya- Zenitsu sonrió, francamente absorto en sus palabras-. Esta pieza se llama " Chamomile Waltz"
-Qué curioso- se rió por lo bajo, sin despegar sus ojos del camino- Aprovechando nuestra condición de prófugos y la nostalgia de los viejos tiempos ¿No quieres escaparte hoy de la academia? Estaba pensando ir al estudio de un amigo en el distrito vecino. Tiene un piano también, podrías tocar un poco mientras nosotros pintamos ¿Qué te parece?
- Me encantaría. Pero espero que no se te haga costumbre llevarme por el mal camino.
- Tú fuiste el que me mandó el mensaje pidiendo mi heroica intervención, en todo caso, yo soy el que debe reclamarte.
-¿Heroica? - Zenitsu se echó a reír, negando con la cabeza, mirando hacia la tarde, pero ahora escuchándola con un ritmo totalmente diferente.
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Chocolate
FanfictionZenitsu aprendió a comunicarse a través de la música desde muy temprana edad , intentando compartir las cosas que siente a través del piano. Tengen es profesor de pintura en la academia donde toma clases de piano. El amor de ambos por el arte les...