No es la vida la que separa a la gente...

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Atrapada en un laberinto de decisiones. Agotada por todo el caos, he vagado en búsqueda de respuestas, perdida en el laberinto, en la obscuridad.

Así es como me he sentido la mitad de mi vida, a veces es difícil entender las estaciones por las que transitamos y las duras pruebas que tenemos que vivir, esas que forjan nuestro temple.

Desde pequeña me ha tocado enfrentarme a situaciones que me han llevado a conocer muchos demonios, sin embargo, ellos han sido mis fieles compañeros, nunca me han abandonado ni me han dejado caer, por más que quiera negarlo soy una bastarda con suerte.

Mi nombre es Libi, a mis 35 años he dado más tropiezos de los que te puedas imaginar. Vivo cargada de rencores y todos ellos han sido creados aun sin que yo contara con memoria propia, te preguntarás que me ha llevado a ser así, bien, déjame platicarte...

Nací en un lugar llamado Billings, no puedo decir si el entorno en el que me vi rodeada al nacer fue el más adecuado o el mejor, tengo dos hermanos, Gael (tres años mayor que yo) y Jania (la menor) así es como fuimos separados por las estúpidas decisiones de mis padres, mi padre estaba tan enamorado de mi madre que le perdonó una infidelidad y la apoyó al saber que cada vez era peor el uso de drogas, así es como ambos terminaron perdiéndonos, mi padre de ser un miembro activo del ejercito prefirió renunciar y seguir los pasos de mi madre para años después morir de un tiro a la cabeza. Esa fue la forma en la que todos tuvimos que pagar por sus errores.

El Diario de LibiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora