Por más fuerte que esperaba la caída nunca sentí el golpe, unos brazos fuertes lograron detenerme a tiempo, llamenla suerte o condena, no se cual de las dos encaje mejor, ese sujeto qué logró detenerme es el mismo hombre que conocí en el pub. Por la impresión y la forma inesperada en la qué me lo topé hoy no pude reaccionar de esa manera fría como ese día.
Pero vaya que sorpresa, el destino se empeña en encontrarte de nuevo.... Le dirijo la palabra a sabiendas que la voy a incomodar, por esta ocasión se que no me hará un desplante a causa del incidente.
Gracias por haberme detenido, me has ahorrado muchos dolores de cabeza y unos días en una camilla de hospital; ahora si me permites... ya me puedes soltar para ponerme de pie, gracias.
Vaya, ni porque le salvé la vida se ablanda un poco. Tendré que mejorar mi plan.
Como si no tuviera suficientes incomodidades la vida o que se yo quién, me vuelvo a topar con este individuo, por una extraña razón sigue sin darme buena espina, me incomoda demasiado tenerlo cerca de mi. Es como esa sensación donde tu cuerpo te advierte del peligro, y por extraño que parezca las dos veces que he estado en contacto con él, he sentido lo mismo.
Regreso a la oficina pensando en todo lo que tengo acumulado para este día, en mi mente ya voy acomodando las ideas para terminar pronto con el trabajo pendiente, organizo varias propuestas que afortunadamente no hay necesidad de modificar, es lo bueno de conocer la forma en la que tus clientes piensan.
Llego a casa y me siento encerrada, pocas veces he sentido esta sensación así que me dirijo a la cocina pensando en preparar algo que ocupe un poco mi mente para no enfocarme en ese sentimiento y para mi mala suerte veo que mi despensa necesita surtirse, tomo mi bolsa, mi móvil y mis llaves y me dirijo al súper Mercado.
Al llegar ahí busco algunas frutas congeladas, un poco de verdura y algunas cosas para comer que no necesitan mucha preparación. La verdad es que con tanto trabajo todavía llegar y cocinar me da mucha flojera. Al salir de ahí paso por algo de cenar a ese restaurante que recién abrió, yo no sé si es suerte, destino, maldición o qué caramba pero como mosca en la sopa ahí lo vuelvo a ver, afortunadamente hoy no se encuentra solo, así me evito el que me dirija la palabra.
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El Diario de Libi
Ficção Adolescente¿Alguna vez te has preguntado con cuantos demonios cargas? ¿qué te limita a sentir que eres libre? Para Libi no ha sido fácil enfrentar cada uno de ellos. Son parte de ella, son quienes la han definido, sin saber que hay algo más allá del dolor, ¿Se...
