Diantres, aquí me encontraba, yo misma me había puesto en una situación bastante incómoda y ahora tenía que buscar la mejor manera de sacarle la vuelta sin sentir pena, la verdad es que mi propósito había sido solo salir de mi rutina, y aquí me tienes tratando de esquivar a un tipo que no tengo ninguna intención de conocer. Diantres... ahora solo tenía que poner una excusa tonta para no verme tan imbécil después de permitirle tomar un trago en mi mesa.
Bueno bruno, la verdad es que te agradezco el que seas directo al hablar conmigo, sinceramente prefiero mil veces una actitud directa que andar con rodeos y por lo mismo te seré sincera, hoy estoy aquí con mis amigos porque vine a celebrar mis últimos días de soltera así que te agradecería si dejas de mal interpretar mi gesto, soy una mujer cortes pero no por eso me voy a enredar por una noche con alguien que apenas conozco y mucho menos con alguien que conocí en una noche de copas. Yo pienso que si fue así la idea que tenías de mi es mejor que dejes de perder el tiempo, mira allá abajo, hay un montón de chicas con las que podrías tener mucha más oportunidad y que no lo pensarían dos veces para irse contigo.
-Ouch- eso fue un maldito golpe bajo, me sorprendió bastante su tono frío y sobre todo el temple que ponía a la hora de hablar, para los tragos que ya había tomado creí que podría tener más oportunidad de que no me cerrara las puertas así de pronto, pero veo que me equivoqué. -Oh, entiendo. ¿Tu crees que te estoy pidiendo tener una cita y demás contigo? Chica solo pedí conocerte pero no el conocer tus pecas. Bueno un gusto, que te diviertas-
Demonios y mil veces demonios, cómo se atrevía a rechazarme, no me acerque a ella de manera pedante y vulgar como todos los hombres que he mirado verla como si fuera un maldito trozo de carne, pero bueno lo mejor era retirarme por el momento con mi orgullo intacto, como muestra, bajando de ahí me dirigí al barman y le pedí un Martini sentándome justo donde se que ella podía verme, como abejas pasaban las chicas al lado mío intentando hacer conversación conmigo pero mi orgullo podía más y tenía que demostrarle que no era como esos imbéciles, bueno se que soy peor pero eso no tenía porqué saberlo.
-Por última vez Libi, como pudiste rechazar al chico ese, vaya que no te entiendo, por primera vez veo a un hombre acercarse a ti siendo directo y no usando esas frases baratas con las que convencen a cualquier chica tonta, que no ves que esta super guapo y tiene porte, créeme que yo no lo hubiera rechazado-
-Lo sé, lo sé pero tú sabes que no vengo aquí en plan de ligue y lo que menos quiero es enfrascarme en relaciones pasajeras, simplemente no me interesa y si, tienes razón veo que no es un hombre que ande cazando mujeres al por mayor pero aun así no me termina de convencer así que no insistas y sabes qué, yo me largo-
No podía creer la insistencia de Carol, por dios, ella sabe perfectamente que bajo ninguna circunstancia me voy a meter en alguna relación. Me niego rotundamente, por eso me sentí tan ofuscada que antes de salir mal con ella preferí irme del lugar, así que esperé cerca de la puerta por el taxi que acababa de pedir, cielos no soy tan tonta como para salir a la calle y esperar a que pase un degenerado, asesino en serie o de más así que lo pedí desde que sentí que esta tormenta se avecinaba.
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El Diario de Libi
Teen Fiction¿Alguna vez te has preguntado con cuantos demonios cargas? ¿qué te limita a sentir que eres libre? Para Libi no ha sido fácil enfrentar cada uno de ellos. Son parte de ella, son quienes la han definido, sin saber que hay algo más allá del dolor, ¿Se...