Cinco

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Allí! -exclamaron los gemelos tomando mis manos, y guiándome hacia una tienda de pintura.

-¿Para qué venimos aquí? -preguntó Skylynn, quién venía en los brazos de Nash.

-Porque, aquí comprarémos la pintura. -dijo Connor.

-Chicos, tengo una duda. -dije, y los cuatro me miraron- ¿Con qué dinero vamos a pagar ésto?

-Mamá nos dio una tarjeta de crédito de emergencia, ¿recuerdas? -yo asentí ante la pregunta de Hayes- Pues, ésto se considera una emergencia, o por lo menos para nosotros.

-Oh. Pero yo no traje la mía. -dije haciéndo puchero.

-Pero yo sí traje la tuya. -dijo Nash mientras sacaba del bolsillo trasero de su pantalón su tarjeta, la mía y la de Skylynn. Yo sólo le sonreí mientras tomaba la tarjeta que me correspondía.

Nuestras tarjetas estaban a nombre de nuestros padres, por supuesto, pero lo fácil es que nosotros sólo debemos dárselo a la cajera o cajero, ellos lo pasan por una maquinita, en algunos casos ponemos unos numeritos, y ¡Gualá!

-¿Podemos llevar pintura rosa, por favoooor? -suplicó Sky.

Los gemelos se miraron entre sí con el ceño fruncido.

-Pero la pagas tú. -dijo Connor.

-Okay. -dijo Skylynn, mientras se bajaba de los brazos de Nash, y corría hacia la sección de colores claros.

-Voy con ella. -dijo Nash.

-¡Asegúrate de que sea difícil de quitar! -grité mientras Nash se alejaba.

-Y nosotros haremos lo mismo. -Hayes tomó mi mano, y caminamos los tres hacia la sección de colores oscuros.

Fuimos viendo muchos colores, pero ningúno nos "convencía".

-Verde oscuro. -dije, y tomé rápidamnte el pote de verde oscuro.

-Y azul oscuro. -dijo Connor tomando ése pote.

-Listo. -los tres caminamos hacia la caja, en dónde ya estaban Nash y Skylynn.

-¿Ya pagaron? -pregunté mientras le daba mi tarjeta a al cajera.

-Síp. -dijo Sky.

-Genial.

La cajera nos entregó la tarjeta, y las bolsas que contenían los potes de pintura.

-Gracias por su compra. -dijo mirando su celular.

-A ti. -le dije sonriendo sarcásticamente.

Salimos de ese local, y nos sentamos en una banca que había por allí. 

-Nash, pásame tu mochila. -dije.

Nash se descolgó la mochila de los hombros y me la pasó. Yo la abrí, saqué los potes de pintura de sus bolsas, y los coloqué dentro de la mochila de Nash, para después volver a entregársela.

-Gracias. -dije.

Nash me miró aburrido.

-Quédatela tú, debe estár muy pesada.

Yo rodé los ojos, y le dejé la mochila en sus manos.

-¿Ahora a dónde vamos? -pregunté.

-Podríamos ir al supermercado que está en el último piso. -dijo Connor.

-Pues, allá vamos.

* * *

 Bueno... Y aquí estamos. Los cinco juntos, en un círculo, mientras que todas las personas que estaban en el súper nos miraban con cara rara. A punto de ser arrestados... ¿Que qué pasó? Volvamos atrás...

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