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Hoy había hablando mas que en toda mi vida entera casi. Mañana por la mañana me darían el uniforme, y seguramente me dejarían ir a ver a Eri. Mis ojos se cerraban poco a poco. Al parecer la pastilla funcionaba bastante bien.

Los rallos de sol empezaban a iluminar mi habitación entrando por el balcón seguidos de un par de golpes en mi puerta. Me levanté frotándome los ojos, hacía mucho tiempo que no dormía tanto. Abrí la puerta y al otro lado me encontré con Yaoyorozu, la cual sostenía una bolsa deportiva con el logo de la escuela. Detrás de ella estaba Iida también. Me la acercó como si de un regalo se trataba. La agarré y me senté en el suelo para abrirla. Era mi uniforme para la UA, tanto el de clases como el de deporte. Me levanté emocionada con la chaqueta en mis manos y la extendí sobre la cama para verla bien. Lo mismo hice con la falda y la camisa, dejando el de deporte guardado.

Yaoyorozu: Si no es de tu talla podemos cambiarlo.

Dentro de la bolsa también habían un par de zapatos, una corbata, medias y calcetines. Los dos se retiraron cerrando la puerta dejándome intimidad para probármelo todo. La ropa me iba bien, a excepción de la camisa. Esta era un poco mas grande de mi talla, pero me gustaba que fuese así. Decidí ponerme los calcetines que llegaban a media pierna, ya que aunque por la noche hacía frío, por la mañana se estaba bastante bien. Me até la corbata y cogí la chaqueta sin ponérmela. Abrí la puerta esperando que aún estuvieran ahí, pero claro estaba que no me iban a esperar todo el día. Guardé la mochila debajo de la cama y salí. Iida me dijo que hoy no habrían clases, pero la única ropa limpia que tenía ahora era el uniforme, y no le iba a pedir nada mas a Yaoyorozu. Bajé por las escaleras dirigiéndome a la zona común para desayunar. Tampoco solía desayunar, pero el aroma dulce que cubrió todo el edificio me imnotizó. Antes de bajar el último tramito de las escaleras me paré a pensar. Y si en verdad e veo horrible? O si se ríen de mí por llevarlo en un día festivo?

Hagakure: _______!

Una voz aguda y alegre sonó a mis espaldas. Hagakure bajó las escaleras hasta alcanzarme y, cogiéndome de la mano, bajamos hasta el salón.

Hagakure: Que bien te queda el uniforme!

Debido a su alto tono de voz, todos se enteraron de nuestra presencia y voltearon a vernos. Hagakure siguió avanzando, arrastrándome detrás de ella, y me plantó delante de todos como si fuera una modelo.

Mineta: Que linda! -se acercó corriendo hacia mí extendiendo sus manos, pero volvió a ser parado por la lengua de Tsuyu-

Yaoyorozu: me alegra que fuera tu talla.

Afirme con la cabeza mientras miraba al suelo y sostenía con fuerza los pliegues de la falda. Todavía no estaba acostumbrada a ser el centro de atención, así que mantenía mi mirada baja. Hagakure me empujó hasta un sofá libre de dos plazas y se sentó junto a mí.

Hagakure: Que hay para desayunar?

Uraraka: Tortitas. -dijo celebrando-

Jirou: Hagakure, Kaminari, os toca ayudar, ayer no hicisteis nada. -dijo sin despegar la vista de una revista-

Los anteriormente nombrados se levantaron desanimados y se fueron hacia la cocina, donde Tokoyami  y Sato ya preparando el desayuno. Nadie llevaba el uniforme aparte de yo, así que me sentía un poco extraña y fuera de lugar. El salón empezaba a llenarse poco a poco. Midoriya llegó justo después de que Hagakure se fuera, así que hablé con él durante todo ese rato. Sentí como el hueco que había a mi lado, reservado anteriormente por Hagakure, se hundió.

_______: Bakugo, este si- -dije de la forma mas amable y calmada que pude-

Hagakure: Bakugo! -salió de la cocina con dos platos en la mano- Ese es mi sitio! -se expresó de una forma completamente contraria a la mía.

BNHA x lectoraWhere stories live. Discover now