La algarabía cuando Uzumaki Naruto se alzó como Nanadaime Hokage en Konoha fue tal que habían sido como tres o cuatro días de fiesta sin descanso. Había montones de comidas y bebidas, música en vivo, risas, familias, niños corriendo, todos bailando y pasándola bien. Ella también estaba muy feliz de ser parte de las festividades de su aldea, pero a eso del tercer día, la fiesta terminó por causarle dolor de cabeza y se quedó en casa, en los tranquilos dominios Hyūga.
Desayunó algo de sopa de soja, arroz y té negro junto a su hermana Hanabi y su padre; Hiashi, quien estaba leyendo el periódico de esa mañana con mucha atención.
―Me retiro. ―Anunció la menor de las hijas ―. Iré con Konohamaru-kun al centro. Compraremos empanadas de calabaza y algunos afiches.
―Ese tonto festival sigue en pie. ―Se quejó Hiashi arrugando la frente ―. No puedo creer que Shikamaru no haya hecho algo ya. Está empezando a molestarme todo ese alboroto.
―Son tiempos de paz, padre. Tenemos que disfrutarlo. ―Hanabi se levantó de su asiento y le dio un beso en la mejilla a su padre para después salir corriendo.
―Kakashi-san aún es joven, tal vez pudo haberse quedado un par de años más, en lo que Naruto tomaba algo de conciencia ―Opinó el Hyuga, continuando con su lectura.
Hinata cayó en la cuenta de que había olvidado por completo a su anterior Hokage. ¿Cómo se sentiría Kakashi? Cuando él ascendió a la cumbre de los Kages nadie le hizo tanto alboroto, tampoco lo habían despedido con muchos ánimos ni fiestas. Solo había sido una sencilla ceremonia tradicional.
—Oto-san, ¿puedo hacer algo? ―inquirió Hinata inocentemente.
—Claro ―Accedió sin dejar de mirar el periódico.
—¿Eh? ¿No me vas a preguntar qué? ¿O poner alguna objeción?
Hiashi hizo a un lado el diario de Konoha y la observó.
—Hinata, todo lo que haces es bueno, así que no me importa lo que hagas, hazlo, no hay problema. Si necesitas ayuda, puedes decírmelo. ―exclamó y luego reanudó su lectura.
—Gracias. ―sonrió levemente y se fue de allí.
Jamás en su vida había tenido una conversación más sencilla y gentil con su padre como en aquella mañana.
.ɸ.
Hace algunas semanas Naruto le había pedido que fuera su novia, Hinata le sonrió sonrojada y luego dejó que él la abrazara fuertemente. Se sentía raro, no es como si toda su vida hubiese transcurrido en abrazos, así que la cercanía con otra persona la ponía nerviosa. Era Naruto, tenía que estar tranquila. Al menos eso es lo que iba pensando cuando llegó al departamento del conocido Rokudaime. Parecía un lugar solitario y no había grandes lujos en realidad. Llamó a la puerta un par de veces hasta que le abrieron.
—Hinata-chan... —Kakashi la observó con curiosidad, sin abrir del todo la puerta, solo observando por una rendija.
—Hola, Kakashi-sensei. —Saludó alegre.
—No es un buen momento, te lo juro. —Negó lentamente con la cabeza, mirando al suelo.
—No tardaré mucho... solo quiero... platicar. Preguntarle algo. —En realidad no quería preguntar nada, solo quería saber que Kakashi se sentía bien, que no le había afectado su retiro como Hokage, pero tampoco era tan valiente como para decirlo así nada más —. Parece triste, ¿todo bien? —Elevó una ceja y sin darse cuenta empujó la puerta de Kakashi. El peliplateado se mostró sorprendido del gesto de Hinata y resopló con algo de molestia, entonces se apartó de la puerta y la dejó pasar.
ESTÁS LEYENDO
Atrapado en el silencio
FanfikceHinata observa que Kakashi ya no es nada sin su sharingan, se siente perdido, solo, abandonado. ¿Podrá hacer algo para ayudarlo o la alejará la barrera de acero que puso Kakashi? / Threeshot en proceso.