36 Coco Chanel

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36 Coco Chanel

Si alguien me viera en este preciso instante pensaría que estoy malditamente loca y que la vida de Adam corre peligro al estar cerca de mí, lo que no saben es que cualquier persona en mi posición haría lo mismo, porque observar a Adam mientras duerme es jodidamente relajante y hermoso.

Esa es la razón para estarle tomando fotos sin su consentimiento.

—Ese flash me va a dejar ciego, Hudson. — Se mete bajo la almohada. — ¿Qué hora es?

—Las seis. — Me tumbo a su lado. — ¿Quieres ir a desayunar? Yo invito.

—Prefiero dormir. — Se quita la almohada y me mira fijamente. — Alguien me tuvo despierto hasta las dos de la mañana hablando. — Sonrío y él vuelve a cerrar los ojos. — En todo el interrogatorio que me hiciste anoche, ¿mencione que soy un asco trasnochando?

—Sí, lo mencionaste cuando te pregunte sobre los aspectos negativos de la paternidad.

¿De dónde saliste tan chismosa, Gabrielle? ¿A ti que te importa saber si Adam participó activamente o no en el cuidado de Alex cuando era bebé?

Silencio.

—De verdad quiero dormir, Gabe. — Me acuesto sobre su espalda y apoyo la mejilla sobre la suya. — No me dejaras en paz ¿verdad?

—Nop. — Mi Abigail interior saca a relucir a ese ser intenso que poseo y empiezo a besar en repetidas ocasiones su mejilla. — Vamos, además quiero conocer el pueblo y Savannah viene por mí a las ocho. — Me alejo un poco para poder verlo y lo encuentro dormido. — Adam... — Se mueve demasiado rápido como para verlo venir y termino bajo él soportando todo su peso. — Este juego ya no me gustó.

—Pero a mí sí.

Y... me besa, no de forma amable, para nada, me besa de esa forma que me roba el aliento y me marea en un segundo. Llevo las manos hasta su cuello y lo acerco más a mí mientras las suyas acarician mis piernas, todo es perfecto hasta que el sonido de su teléfono rompe la burbuja y nos hace separarnos, cuando está a punto de levantarse lo tomo por los hombros y lo hago caer sobre mí, lo beso a mi gusto y sin permiso invado su boca con mi lengua.

Besarlo hace que se me pongan todos los pelos de punta.

Pero de nuevo su estúpido teléfono vuelve a sonar y esta vez sí nos separamos.

—Ve, tal vez sea Alex. — Asiente y va en búsqueda de su teléfono. — Voy a ir a...

No es que yo busque las cosas, ellas llegan solas a mí para darme más motivos para detestar a esa chica, con solo ver su nombre en la pantalla del teléfono se me quita el apetito y el buen humor que tenía al despertar. Adam me mira y le sonrío para restarle importancia al asunto cuando de verdad quisiera ser yo quien contestara y la mandara a la mismísima mierda.

—Hola, Log. — Desisto de ir al baño a cambiarme la ropa y lo hago ahí frente a él. — No, no estoy en casa de Zev. — De nuevo me mira. — No, tampoco estoy con mi hermana, pasé la noche con Gabrielle. — La ropa aún está húmeda y por eso vuelvo a ponerme el suéter. — No sé a qué horas vuelva, ¿sucede algo, Logan?

¡Es que no la soporto!

Me siento junto a Adam para ponerme las botas y de paso escuchar parte de su conversación, porque repito, en él confío sin dudar, pero en ella no y ahora menos que nunca porque sé que se muere por mí ogro.

— ¿Jordan? — Volteo a verlo al escuchar ese nombre. — ¿Cómo que Jordan, Logan? — Se pone de píe y empieza a vestirse. — Sí, debiste llamarme en el momento en que lo supiste. — Okey, esta cabreado y de verdad se ve sexy. — No, pero hubiera sido amable que me llamaras a mí antes de hacerlo. — También me levanto y empiezo a recoger las mantas para dejarlas de nuevo en el armario. — Voy para allá, y por favor no lo dejes hacer otra idiotez.

El Hermano de mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora