Capitulo 1 - Los Recesos de la Nube

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Notas 1

Bueno, esto es algo que estaba en mi mente unos cuantos días, así que lo lleve a cabo, aunque no estoy muy segura si pude mantener sus respectivas personalidades, espero que si y mejorar con el tiempo.
Amo este fandom, así que quise dedicarle un granito de arena a la montaña.

¡Muchas gracias por pasar!
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Era el 18° año del reinado de XuanZheng. La residencia de la secta Lan estaba ubicada en una montaña remota fuera de la ciudad de Gusu.

La niebla envolvía constantemente las paredes blancas y los techos negros de los edificios, que se extendían a lo largo del pintoresco jardín del pabellón junto al agua, como si fuera un océano de nubes en el reino inmortal a lo largo del día.

Era mucho más notorio al amanecer, cuando los primeros rayos del sol de la mañana brillaban a través de las brumosas nubes de niebla que se extendían a lo largo y ancho, complementando a la perfección su nombre "Los Recesos de la Nube."

En un lugar tan tranquilo, el corazón de uno seria como el agua en calma. Solo los ecos del campanario podían oírse vibrando en el aire. Aunque era incomparable a un templo sagrado, las montañas frías todavía envían un aire solitario de Zen.

Cuando llegaron, fueron recibidos y trasladados a donde serian sus aposentos a lo largo del año, apenas había empezado el yǒu *, recordó que mientras se dirigían a los Recesos de la Nube, pasaron por una tienda de licores llamada "La Sonrisa del Emperador", así que una vez que dejaron sus cosas y al estar lejos de la mirada de su hermano, dando vueltas y girando por las inmediaciones del terreno, no pudo soportarlo más, decidió bajar por la montaña, a la ciudad.

En su camino, pudo apreciar el paisaje, tal como decían, era una delicia para los ojos, aunque el clima era de por si un poco mas bajo de lo que estaba acostumbrado. Una vez llegado a la tienda, compro dos frascos, dándose cuenta que no había tenido la oportunidad de probarlo en Yummeng, ya que este era producto local de Caíyi.

"Esta tienda de vino esta de verdad bastante lejos" pensó a lo largo de la mitad del camino, decidiendo ir una parte en su espada y otra parte a pie. Eran pasadas el hài *, la noche era silenciosa e incluso los puentes hacia la montaña estaban cerrados, se podía disfrutar la brisa fresca y la humedad en el aire, dando una nota de paz, que no lo encontraría en su lugar de origen, ya que abundaba el bullicio de las masas y las luces alborotadas. Sin embargo, no estaba mal, era bastante agradable, a pesar de todo.

"Como sea... ¡Este muro es muy alto!" llegados a un punto y no encontrando la manera de entrar, salto para poder aterrizar a la parte alta del muro.

"Aquel que regrese después del toque de queda, no podrá entrar antes de la siete de la mañana"

Tomándolo desprevenido, escucho una suave voz, que a la vez sonaba un poco... monótona.

"Regresa la pierna del muro"

Ahí estaba de nuevo, por lo cual no fue su imaginación, bajando la mirada, se encontró una belleza radiante, a la luz de la luna pudo deslumbrar unos orbes dorados cuya fijación lanzaba una mirada neutral, la piel tan blanca y perfecta que se podría comparar con el jade mismo, sus cabellos caían y revoloteaban en cascadas oscuras, adornadas por un suave blanco que se entrelazaba entre sus praderas negras. La figura no era tan alta, pero su presencia irradiaba luz, vestida del implacable blanco de los miembros de su secta, que al principio pensó que parecía ropa de luto, entre los demás discípulos, se sorprendió al cambiar de opinión, ya que de hecho, el atuendo le quedaba solamente a esta persona, ya que parecía como si un inmortal hubiera bajado de los cielos, o bien había hecho exactamente eso, le recordó a la diosa de la luna, Chang'e. A excepción de una cinta de cubría su frente adornada por nubes plateadas y azules, pudo salir de sus divagaciones a duras penas.

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