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Como cada mañana Norman esperaba paciente a que la clase comenzara mientras leía un libro.

Pero su lectura fue interrumpida cuando una chica se paró frente a él. Sabiendo de que quién se trataba abandonó el libro sobre su mesa y alzó la mirada para prestar su atención a la persona frente a él.

–Buenos días Norman. Se te cayó el papel al suelo. –señaló ella con una expresión que no demostraba diversión o coquetería por lo que el albino se confundió.
–¿Qué papel? –cuestionó extrañado mientras inspecionaba el lugar que había señalado su compañera.
–En dónde venías envuelto bombón. –le respondió la chica para luego giñarle un ojo y proceder a tomar su lugar.
Norman sonrió divertido por lo creativa que era su compañera en sus cumplidos. Incluso sentía sus mejillas algo calientes.

La mañana procedió sin ningún cambio y en el descanso fue acompañado por Vincent, Cislo y Bárbara hasta el aula que era exclusiva para ellos.

Victoria había ido directo a la cafetería junto con Violeta. Su mejor amiga. Ambas se complementaban bien y se divertían juntas.

–¿No irás con Norman primero? –indagó Violeta mientras las dos hacían fila para comprar. Varios susurraban de ellas pero ninguna prestaba atención. Muchos criticaban a las dos chicas por su comportamiento. Violeta tenía un corte pixie con un tono morado pastel, un look que había hecho para molestar a sus padres, y por el cual la criticaban constantemente. La señalaban como una vergüenza para la prestigiosa imagen de su instituto. Cuando la directora la vio quiso expulsarla pero sus padres habían pagado lo suficiente como para que ella pudiera asistir sin que fuera reprendida por los profesores.
–No. Mi vida no gira en torno a él. –respondió con tranquila sinceridad. Pero sus palabras eran más bien una pacifica burla que aumentaron los comentarios de las demás chicas. Todas la criticaban por ser tan descarada y poco pudorosa. Muchas opinaban que Victoria no debería ni dirigirla la mirada a Norman pero eso a ella no le importaba. Hace mucho que ella había aprendido que la opinión de los demás no debía interesarle ni mucho menos atormentarla.
Para la mayoría ella era un caso perdido, una vulgar, descarada, zorra y demás cosas que merecían censura. Pero Victoria ni se interesaba por saber lo que las demás decían. En verdad los adolescentes podían ser crueles.

Así sin más ambas compraron su comida y fueron a una zona donde no fueran molestadas.
Las chicas las criticaban y los chicos no se acercaban a ellas porqué ya habían aprendido la lección. Ella era una chica de temer.

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La clase de deportes era donde Norman destacaba menos.

En sus cualidades más favorecedoras estaba el ser guapo, alto, muy inteligente, amable y adorable. Sin embargo el ser un deportista no estaba incluido en esa lista.

Como siempre, todo comenzó normal.
La clase inició con los ejercicios de estiramiento y luego corrieron un poco para calentar los músculos. Norman tenía agilidad por lo que no tenia problema en esa parte. Al finalizar estaba ligeramente rojo de sus mejillas y transpiraba lo estrictamente aceptable.
Incluso cuando se secaba el sudor parecía un chico atractivo luego de una intensa sesión de ejercicio, lo cual resultaba muy sensual para muchas chicas.

Pero cuando la clase terminaba el encanto se perdía. Las chicas evitaban mirarlo ya que Norman no terminaba en las mejores condiciones.

Mientras el resto de alumnos guardaban los balones que utilizaron para la clase Victoria, Violeta y Norman estaban en sus propios asuntos.

–Tienes gustos muy raros. –opinó Violeta. La peli morada se sentía incómoda. Ella y Victoria estaban a mitad de la cancha. Violeta observaba con una mueca de desagrado a Victoria ya que ella miraba encandilada a Norman. El albino se había dejado caer en las gradas en busca de un descanso. Respirando con dificultad se secaba el sudor con una toalla deportiva. Había terminado hecho una sopa de tomate.
–Callate. –respondió Victoria. Violeta solo negó derrotada. En verdad no entendía como le podía gustar esa imagen tan... lamentable de él. Pero en cambio la castaña se dirigió a Norman con una botella con agua en mano.

–Toma. –ofreció cinco una sonrisa. Norman levantó la mirada y le miro avergonzado. Sin embargo acepto la botella con una sonrisa.
–Gracias. En verdad la necesitaba. –admitió el chico. Victoria sonrió risueña y se sentó al lado de él.
–Me gusta tu camisa. –comentó ella coqueta.
–Gracias, es del uniforme que todos tenemos puesto. –respondió Norman con obviedad.
–Te verías mejor sin ella. –le respondió Victoria sin avergonzarse por lo antes dicho por su compañero.
Norman, al entender sus palabras, volvió a enrojecer.
Victoria comenzó a reír pero antes de que alguno pudiera pronunciar palabra fueron interrumpidos por Vincent. El moreno traía consigo una botella con agua para Norman.
Victoria, sabiendo que no era del agrado del de lentes, se fue mientras sonreía triunfal.

Pick up lines (NormanxOc) The Promised NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora