Pov. _____.
Abrí mis ojos de la nada.
Lo primero que ví fue el techo del cuarto en el que me encontraba, miré hacia la ventana en el lugar, notando que era de madrugada.
Intenté enderezarme pero al hacerlo no lo logré, fue entonces que recordé que había pasado horas antes.
Zen me había atado a una cama tal y como yo había hecho con Shirayuki, supongo que es mi karma.
Pero lo que más me simpatiza es saber que Marissa les ayudó a cumplir con su cometido, en cuanto la vea le daré un cálido abrazo por hacer lo mejor para mí y no lo que le ordené.
Escuché la puerta del cuarto abrirse, así que giré el rostro en aquella dirección, sonreí al intruso.
Zen: ¿Porqué estás despierta? Es de madrugada - cuestionó cuando me vió - ¿Y porque sonríes?
_____: Oh, por nada, solo estoy alegre de que me hubieran amarrado a una cama en contra de mi voluntad.
Zen: Entonces Shirayuki estará igual cuando se despierte - se encogió de hombros - Era por tu propio bien, necesitabas dormir, te ves mejor que antes y para ser sincero, esperaba que durmieras hasta el medio día.
_____: Si bueno, se podría decir que vengo incluida con un sistema que no me permite dormir cuando sé que tengo algo pendiente por hacer, como sea, calculo que he dormido cuatro horas, me siento bien - sonreí - Desátame.
El peliblanco ladeó la cabeza varias veces mientras se arrodillaba a mi lado para deshacer los nudos.
_____: Ahora que lo pienso, ¿Porqué estás despierto a esta hora? Creo que son las cuatro, ¿No? Y...¿Porqué viniste a mi cuarto?
Zen: Ah, ¡Sí! Recién hemos llegado, encontramos a unos bandidos no muy lejos, resultaron ser los que atacaron el fuerte y nos encargamos de ellos, estaba por ir a descansar pero decidí revisar como estaban tu y Shirayuki antes - asentí dando a entender que comprendía.
_____: Bueno, retomaré la tarea que tenía antes de que decidieses ponerme a dormir - expresé - Shirayuki dijo que según vayan ingiriendo la medicina podrán ponerse de pie ocho horas después, así que asegúrate de que todos los que la tomaron estén descansando apropiadamente.
Zen: ¿Acaso me estás ordenando? - alzó una ceja.
_____: Si, justo eso, tengo el derecho, mi título es superior al tuyo.
Zen: ¿En qué te basas? - se cruzó de brazos - Ambos somos de la realeza, príncipe y princesa.
_____: Pero yo soy heredera al trono y tú eres segundo príncipe - dije con simpleza.
Zen: Bueno, tienes razón, pero lo dices de manera despectiva.
_____: Dulces sueños - agité mi mano en señal de despedida, el negó y tras despedirse se marchó.
Me senté en mi escritorio y continúe haciendo lo que dejé pendiente.
(...)
Marissa: Princesa, me dijo el príncipe que ya estaba despierta - la chica abrió la puerta después de que le dije que podía entrar.
_____: A ti te quería ver, Judas - me cruzé de brazos - ¿Que tienes que decir en tu defensa? - alzé una ceja y le miré con seriedad.
Marissa: Era por su bien - sonrió.
Algo que suele ser común entre nosotras es que cuando me enojo con ella o viceversa, recordamos nuestros status y por consiguiente me llama princesa en lugar de mi nombre.
No lo hacemos del todo por quererlo, sino que ya es una costumbre nuestra.
_____: Como sea - tomé algo de mi escritorio - Terminé la medicina que Shirayuki dejó pendiente, entregála al príncipe - ella la recibió y yo caminé hacia la puerta.
Marissa: ¿Va a salir? - asentí.
_____: Está por salir el sol, me gustaría estar afuera para entonces - tras decir aquello, salí del cuarto y caminé por los pasillos con dirección a la salida de aquella base militar.
Minutos después me encontraba fuera del lugar, me alejé un poco de la puerta y caminé por la nieve.
Finalmente me detuve y sin pensarlo mucho, me dejé caer.
Mi espalda al instante sintió la frialdad de la nieve, si tuviese un débil sistema inmunológico no estaría aquí ahora, pero sé que se necesita más que esto para enfermarme.
Miré como el día remplazaba a la noche, el sol salió por completo y todo se iluminó, entonces el frío que hacía bajó solo mínimamente.
A la lejanía escuché la puerta del fuerte abrirse, no me molesté en ver quién era, no abandonaría mi cómoda posición por algo como eso.
Zen: Estabas fatigada hace unas horas y ahora estás aquí, tirada en la nieve, sin el abrigo necesario - me miró sin creerlo - Me sorprende que una princesa no sea tan frágil.
_____: Si fuera tan frágil como cualquiera, no podría volverme reina sin casarme con alguien.
Zen: ¿Planeas volverte reina sin requerir el matrimonio? - me miró confundido.
_____: Por el momento, digo, supongo que tendré que casarme algún día, pero no quiero forzar nada por la presión de otras personas, sé que tengo la capacidad de gobernar sola pero mi padre teme que llegue su hora y que yo no haya formado una familia aún, de lo contrario terminaría estando sola y enfrentándome a la vida sin la ayuda de nadie.
Zen: Bueno, a pesar de ser el rey, sigue siendo tu padre y se preocupa por ti.
_____: Eso supongo, como sea, lo que pase en el futuro será decidido por mí y no por otras personas, después de todo es mi vida y yo digo lo que pasa en ella - el peliblanco sonrió, cosa que me pareció confusa.
¿Porqué lo hacía?
Me tendió la mano para que me pusiera en pie.
Le miré unos segundos y finalmente acepté, me enderezé y con su ayuda me puse de pie.
Zen: Nos quedaremos un par de días, al menos hasta asegurarnos de que todos en el fuerte están en condiciones de continuar con sus deberes y de que tú y Shirayuki estén descansadas y sin ojeras - llevó su dedo hasta su ojo y con delicadeza estiró un poco a modo de burla, negué.
De pronto algo cubrió mi cabeza y por consiguiente, mis ojos.
Se trataba de una manta, era la misma que él llevaba en los hombros antes.
Zen: Marissa dijo que saliste sin abrigarte y me pidió que te la diera.
_____: Se lo agradezco - dije y me dí la vuelta.
Zen: Actuaba algo extraña, más educada, ¿Porqué?
_____: Es un tema delicado, déjelo pasar, ya lo resolveremos entre nosotras.
Zen: Ahora tú también actúas extraño - declaró.
_____: Cada vez que tenemos desacuerdos, solemos tomar este tipo de actitud entre ambas y, supongo que quiénes son cercanos a nosotros pueden verse involucrados, no hay de que preocuparse, pasará cuando Marissa se disculpe por traicionarme de esa manera.
Zen: ¿No exageras con esto?
_____: Lo admito, el drama es lo mío.
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No Necesito Un Principe (Zen Wistaria y Tu)
Acak________ princesa del reino de Crisalia. Un reino vecino de Clarines y con grandes riquezas, buenas personas y buenos gobernantes. ¿Qué pasa cuando el compromiso se ve roto por culpa de una chica de pelo rojo? ¿Quién se atreve hacer semejante cosa?