Capítulo-9

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Después de que Daniel se fuera decidí salir a correr un poco para distraerme.

Me vestí con lo más casual que encontré en mi armario y me hice una coleta alta y le dije a la vecina que me prestara a su perro Ponki ya que iba al parque y no me apetece ir sola.

Hice lo de siempre, correr y parar en una tienda para comprar una botella de agua y una galleta de perro para Ponki.

-Toma precioso- le dije a Ponki dándole la galleta.

- Que lindo perro tienes- dice una voz masculina a mi lado la cual me hace estremecer- lo siento no quería incomodarte.

-Tranquilo.

-Mucho gusto, Leonardo Leal-dice extendiendo su mano.

-Casiopea Montero, el gusto es mio-digo y le correspondo al saludo.

-¿Vives por aquí?.

-Emm no, vivo un a unas cuantas cuadras de aquí.

-Con razón, nunca te había visto por aquí.

-Bueno me tengo que ir, adiós- digo sin darle tiempo a responder y salgo corriendo nuevamente hacia mi departamento.

Al llegar a mi departamento y dejar a Ponki en su casa me doy cuenta que hay un paquete en la entrada, no dudó ni un minuto y lo abro.

-¡Omg, no lo puedo creer!.

Eran mis libros, con tantas cosas que han pasado se me ha olvidado por completo.

Entre y deje los libros en el comedor para irme a bañar.

Cuando entró al baño mi celular suena.

Llamada

-¿Alo?.

-Hey peque, ¿como estas?

-hola Ricardo, estoy bien lo normal, ¿paso algo?.

-Emm no, sólo quería saber porque no dejaste que Daniel se quedará contigo hoy.

- Me sentía un poco mal, así que sólo quería quedarme sola y ver series y películas, no sé.

-¿Segura que fue sólo eso?.

-Sí.

-Ok, bueno mañana necesito que vengas porque vendrá un empresario muy famoso y quiero que me ayudes a hacer su publicidad.

-esta bien.-dije un poco insegura.

-Casi...

-¿Qué?.

-¿Qué te pasa?.

-Ahh esta bien, mi madre me invitó al pueblo, a pasar Navidad allá con la familia.

-¿Y eso te tiene tan apagada?.

-Las personas del pueblo hablan mal de mi y tú lo sabes.

-Casi, te he dicho que no le hagas caso a esas personas, ya hemos hablado de esto.

- Pero...

-Sin peros.

-Esta bien, nos vemos mañana, tengo cosas que hacer.

-adiós pequeña saltamontes.

-jajaja adiós idiota.

Fin de llamada

Luego de hablar con Ricardo me bañe y hice palomitas para ver una película pero justamente cuando iba a poner la película tocaron el timbre.

Cuando abrí la puerta no sabía que decir, estaba asombrada.

-¿Que haces aquí?.

-Hola, ¿puedo pasar?.

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Esos Ojos PreciososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora