Esos Ojos Preciosos

Capítulo-1

"Estábamos en camino a la casa de la señora Méndez, la mamá de Abby para darle la gran noticia de que se iba a casar.
-¡No puedo esperar más para decirle que me voy a casar con un gran hombre!-dijo Abby a mi lado muy emocionada .
-¡Y yo no puedo esperar para hacer tú vestido de novia!-dije más emocionada que ella mientras conducía.
- Eres la mejor del mundo ¿ok?- dijo Abby sonriendo.
- Lo sé nene,lo sé-dije mirándola a los ojos.
-¡CASIOPEA NO QUITES LOS OJOS DE LA CARRETERA, PODEMOS CHOCAR MUJER!- dijo Abby molesta, yo solo reí a carcajada
- calmate Abby, no pasará nada- dije sin dejar de mirarla, ella abrió los ojos asustada y grito.
-¡CUIDADOOO!.
Después todo se volvió negro pero escuchaba la voz de Abby muy lejos.-lucha por tú vida Casi, no te rindas, te voy a extrañar pero te prometo que te cuidaré siempre, solo no te rindas...

Me levanté asustada de esa horrible pesadilla y salí de mi habitación para la habitación de Abby, pero caí en el suelo cuando me fijé que no fue una pesadilla, eso de verdad paso y todo fue por mi culpa, comencé a llorar mientras temblaba.
Me levanté con la poca fuerza que tenía para ir al baño, me miré en el espejo y me veía fatal así que me metí en la ducha para despejar mi mente.
30 minutos después salí de mi rejalante ducha y me vestí para ir a trabajar, me puse una camiseta blanca y unos jean claros con unas vans color rosa, me hice dos trenzas y salí a la agencia de moda.

No quería toparme con mi mejor amigo Ricardo porque se que me hará  preguntas de porque no he ido a las citas con mi psicóloga y la verdad no me gusta ir con esa psicóloga, siempre me dice lo mismo y ya parece un disco rayado, además que me manda a tomar antidepresivos, lo cual odio.
Así que camino por los pasillos de la agencia sigilosamente para que nadie se de cuenta de mi presencia y noto que todos estan trabajando, lo cual es raro, siempre están riendo de cualquier tontería que dicen, pero está vez todos estan pendiente de sus trabajos y esto sólo significa algo, Ricardo esta cerca.
Corro hasta mi pequeña oficina y cierro la puerta rápidamente con los ojos cerrados.
Cuando prendo la luz veo que no estoy sola, en mi oficina esta nada más ni nada menos que mi mejor amigo Ricardo y sus guardaespaldas.