Capítulo-2

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Y ahí estaba Ricardo como si nada en uno de los muebles que tengo en mi pequeña y acogedora oficina.

-¡Dios, Ricardo casi me matas del susto idiota!- dije rápidamente con la mano en mi pecho.
-Hola a ti también peque-dijo con un tono neutral.

Mi vista viajó a uno de sus guardaespaldas que me llamó la atención, nunca lo había visto y supuse que era nuevo.Volví a mirar a Ricardo y el tenía su mirada puesta en mi.
  -¿Qué haces aquí?- le pregunté levantando mis cejas
-¿Por qué no has ido más a las citas con tú psicóloga?, ¡me prometiste que irías al menos dos veces por semana y no has ido ni una sola vez!- me dice muy molesto.
-Ricardo calmate, no he ido porque esa vieja lo que hace es estresarme más de los normal, ¡ME MANDA A TOMAR ANTIDEPRESIVOS!.-dije levantando la voz muy molesta, Ricardo me sigue viendo molesto.
-Peque, si te manda a tomar antidepresivos es porque los necesitas  y enserio necesito que vayas a tus citas con tú psicóloga o sino...- lo interrumpo antes de que terminé de hablar.
-¿o sino qué?- le pregunté molesta.
-Le diré a tú madre.-dijo tranquilo y yo sólo estaba sorprendida, Ricardo sabe que mi relación con mi madre no es la mejor de todas y si le dice lo más seguro es que me juzgue y no quiero eso.
-¡ERES UN IDIOTA!- le grite muy molesta.
-un idiota no sé preocuparía por ti, peque quiero que te mejores, eso es todo, no te quiero perder a ti también,  eres como mi hermanita pequeña y sólo quiero que estes bien.-dijo siendo  sincero, lo cual me dijo botar algunas lágrimas.
-perdón-dije con la mirada en el piso.
- tranquila, ¿sabes que te quiero verdad?-dijo extendiendo sus brazos para abrazarlo.
-sí, y yo a ti también-dije abrazandolo.
-Escuchame bien peque porque esto es serio, Daniel se hará cargo de ti por unos meses, el se encargará de llevarte a tus citas con tú psicóloga y a ayudarte en lo que pueda, será tú guardaespaldas.-dijo serio y yo sólo estaba sorprendida.
-¿Quién es Daniel?-dije mirándolo a los ojos. Él señala a el guardaespaldas nuevo.

Daniel se acerca a nosotros con una gran sonrisa.
-Mucho gusto señorita Montero, Daniel Smith a sus órdenes -dijo extendiendo su mano y yo le correspondi.
-Hola-dije sería, la verdad no me agradaba la idea de tener un guardaespaldas, esto será interesante...

Esos Ojos PreciososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora