Capítulo-8

29 3 0
                                    

DANIEL

Me levanté con un horrible dolor de cabeza, cuando abrí los ojos me di cuenta que no estaba en mi habitación, no sé dónde estoy ni que pasó ayer en la noche.

Salí y para mi sorpresa estaba en el departamento de Casiopea, no me digas que ella y yo...

-Hola-dijo ella sentada en el mueble en un tono neutral-hasta que por fin sales.

- lo siento, no recuerdo nada y siento que mi cabeza va a explotar.

-Era de esperarse, tomaste mucho alcohol anoche-dijo y me extendió una pastilla y un vaso con agua.

-Gracias.

-Te puedes tomar el día libre hoy, la verdad no me siento bien y quiero quedarme en casa por hoy.

-Esta bien.-dije inseguro

La verdad quería saber que pasó ayer y como llegue aquí.

-Casi...

-¿Si?

-Entre tú y yo emm...

-Ni se te ocurra terminar-dijo molesta- No pasó nada, sólo tomaste de más, te traje aquí porque no sé dónde vives y tú mismo te quitaste la ropa, te encerraste en mi habitación y ahí dormiste, eso fue todo.

-¿Dije algo de lo que me deba arrepentir?

-Solo dijiste lo que sentías.

-¿A qué te refieres?.

-A que me odias.

-Oh de verdad lo siento.

- No pasa nada, sólo quiero estar sola.

-ok, ya me voy.

No puedo creer que de verdad le dije eso y que ella lo tomará normal.

Salí del departamento y me fijé que la camioneta no tuviera ningún rasguño y estoy  completamente sorprendido.

Ricardo me dijo que Casiopea no podía conducir, aún no se porque pero al parecer conduce muy bien  porque no hay ni un rasguño en mi camioneta.

Me monté y me dirijo hacía mi casa, al llegar cocino algo para mi y me recuesto en mi cama y no puedo evitar pensar en Casiopea, ella es tan impredecible...

Esos Ojos PreciososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora