Buscándolo

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Noviembre, 2002

Harry suspiraba, nervioso. Estaba esperando en el Callejón Diagon, muriendo de frío y con las manos temblándole, apoyando el peso de su cuerpo de un pie a otro, cuando de repente escucha el sonido de una aparición y pasos acercándose a él.

-Hasta que llegas -resopló Harry. Draco lo miró con una ceja alzada.

-Tú eres el que necesita mi ayuda, Potter -le recordó el rubio. Harry frunció la nariz.

-Vayamos antes de que me congele el trasero -dijo Harry y ambos empezaron a caminar hacia el Caldero Chorreante, directo al mundo muggle.

El día estaba nublado, lo cual no era ninguna novedad. Aún no nevaba, pero el clima era gélido y por todas partes veías a personas con suéter extras, gorros, bufandas y guantes. Ambos magos se encaminaron por la acera, esquivando peatones y mirando las tiendas que dejaban atrás.

Caminaron alrededor de tres cuadras, y cuando Draco iba a empezar a quejarse, habían llegado. Harry dejó salir un suspiro nervioso.

-Mueve el trasero, Potter -lo apresuró Draco empujándolo para entrar a la tienda. Cuando la puerta fue abierta, el cálido interior los recibió, relajando sus musculos haciéndolos sentir más calmados, en el caso de Harry.

Aún así, tragó al ver las vitrinas con cientos de distintos anillos, tamaños, costos, diseños que se sintió mareado y aterrado. ¿Y si el que escogía no le gustaba? ¿O si creía que era muy poco? ¿O mucho?

-Bienvenidos -dijo una amable voz, haciendo a Harry sobresaltar. Draco ahogó una risa al ver a su amigo tam nervioso. Lo empujó de la espalda, incitándolo a acercarse al moestrador en donde la chica los esperaba pacientemente.

-Buenas tardes -saludó Harry moviéndose algo nervioso.

-Buenas tardes, señor. ¿Algo en especial que busque? ¿Están prontos a casarse? ¿Son de esas parejas que ambos escogen el anillo? -inquirió ella genuinamente curiosa.

-¿Qué? ¡No! -exclamó Harry exaltado y preocupado al ver la sonrisa ladina del rubio.

-No lo niegues, cariño -dijo Draco burlón haciendo ademán de tomar su mano. Harry la alejó y lo miró mal.

-No somos pareja -aclaró Harry a la chica que se vio un poco decepcionada. El azabache fulminó al rubio- yo.. estoy buscando un anillo de compromiso, para mi novia.

Ella frunció el ceño confunida al ver la mano izquierda de Harry cuando este subió el brazo al mostrador y notó el anillo de Annie.

-¿No está casado? -preguntó confundida. Harry se sonrojó.

-Es un anillo de promesa, mi novia me lo dio -explicó. La chica hizo cara de entendimiento.

-Llevan juntos casi diez años y este piensa que lo va a rechazar -dice Draco rodando los ojos. Harry lo miró con ojos entrecerrados.

-Oh, wow -dijo la chica con los ojos bien abiertos- mucho tiempo, pero lucen muy jóvenes.

-Salen desde los doce -canturreó Draco, disfrutando el incomodar a Harry.

-Aw, que lindo -dijo ella con una sonrisa para después enderezarse- bueno, síganme. Tengo unos bonitos diseños por aquí.

Harry, después de unos veinte minutos, estaba más angustiado que antes. Los anillos aveces eran tan diferentes o tan iguales, pero la chica los describía como si fueran totalmente diferentes uno del otro. Los que la chica les mostraba, eran en su mayoría muy extravagantes para el gusto de Harry. No había encontrado ninguno que lo llamara para comprarlo, ninguno le decía el nombre de Annie.

-Ugh, soy pésimo -se lamentó Harry- no encontraré uno y no podré pedirle a Annie que se case conmigo y...

-Por Merlín -se quejó Draco rodando los ojos. La chica apretaba los labios para no reír y a la vez estaba enternecida. Eran pocos los chicos que entraban a aquella tienda en busca de anillos de compromiso y no escogían el primero que veían. Unos pocos, como lo era Harry, buscaban por toda la tienda, intentando encontrar el ideal. Los demás sólo se encogían de hombros y literalmente, los escogían con los ojos cerrados.

-Potter, no seas dramático. Mira este -dijo Draco rodando los ojos. Harry levantó la vista y observó el anillo qud el rubio estaba señalando.

Era un bonito anillo de oro rosa, con una piedra más grande en el centro y un par más chiquitas a los lados. Harry sonrió. Era ese. Era perfecto.

-Por tu cara, puedo imaginar que ése es el que buscas -dijo la chica yendo hasta el anillo, sacándolo de la vitrina y enseñándoselo.

-Es perfecto para ella -dijo Harry. La chica sonrió.

-¿Algún color en especial en el que quieras su caja? -preguntó.

-Negro está bien -dijo Harry. La chica colocó el anillo en la caja, cuidando de que estuviera bien cerrada mientras Harry pagaba.

-Espero que a ella le guste -dijo la chica con una sonrisa.

-También lo espero -murmuró Harry sintiéndose extraño cuando deslizó la caja en el bolsillo de su chaqueta.

-Oh, y felicidades por tu compromiso -deseó ella mientras los despedía con una sonrisa. Harry sonrió.

-Gracias.

Ambos salieron de la joyería al frío invernal de Londres. Se cubrieron con las bufandas y decidieron ir a una pequeña cafetería cerca de ahí para no morir congelados. Entraron, hicieron su pedido y se acomodaron en una mesa cerca de la ventana.

-Así que.. el gran paso, ¿eh? -dijo Draco intentando romper el silencio. Harry asintió.

-Siempre lo imaginé, pero nunca pensé que estuviera temblando de los nervios -bromeó Harry. Draco lo miró.

-¿Desde cuándo querías hacerlo?

Harry miró hacia fuera. A las personas que pasaban, los autos, y una que otra mascota.

-Tal vez desde que tenía quince o dieciséis -admitió Harry- o tal vez antes. No lo sé.

-Wow.

Harry rió.

-Sabía que estabas enamorado de ella pero.. esto es algo.. wow.

-Ella es mi vida entera -admitió Harry sintiendo el calor en su rostro- ella, Issa y Edward.

En ese momento, el chico que atendía en la cafetería dejó sus pedidos en la mesa. Ambos le agradecieron y tomaron sorbos de sus cafés.

-Estaba enamorado de ella.

Harry por poco y escupe su café. Draco apretó los labios para no soltar algun comentario burlón en ese momento serio.

-Yo.. pensé que sólo te habia gustado -admitió Harry con precaución- me dijiste que estaba bien el día en que nos mudamos.

-Y lo está -dijo Draco- no hagas dramas. Sólo quería que lo supieras.

Ambos se sumieron en un silencio algo incómodo. Harry procesando todo y Draco dudando si fue buena idea haber confesado eso.

-¿Estarás bien? -inquirió Harry después de unos minutos. Draco se abstuvo de rodar los ojos.

-Que sí. Tal vez encuentre alguna bruja bonita o sea el tío soltero y rico -rió.

-Tal vez -coincidió Harry con una sonrisa.



el drarry es mi religión. Periodt.

De esas ganas en las que quiero hacer un fic drarry pero recuerdo que no tengo tiempo y se me pasa, F

Anuncio para los que leen Love Me: seguramente no podré actualizar en varios días. Los exámanes los tengo a la vuelta de la esquina y estrés a mil

este cap lo tenía casi terminado y por eso lo vengo publicando gg

Annie's extras: Bright yearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora