Renuente Amor

Wildness

Cuando Tony abrió los ojos estaba obscuro, le dolía el cuerpo y aún tenía que salir de la cama de Steve antes de que este volviera. Aunque estaba lúcido ahora, el hormigueo sobre de su piel seguía ahí y en cualquier momento se encendería de nuevo el calor.

Se removió perezoso sobre la cama y vaya sorpresa la que se llevó cuando aún adormilado, apartó las sábanas de su desnudo cuerpo, descubriendo un fuerte brazo aferrándose alrededor de su cintura y otro más, debajo de su almohada.

La esencia de Steve lo golpeó como un tren a todo vapor, obligándolo a gemir cuando algunos de los recuerdos volvieron de golpe.

-Steve... - Llamó al alfa ante la sorpresa, sus mejillas y orejas se calentaron al recordar sus actividades anteriores.

-Está bien, estas a salvo ahora... - Hundió su cara en los cabellos desordenado de Tony aspirando el relajante olor de sus feromonas, de las cuales necesitaba con desesperación en estos momentos. - No huyas de mí sí solo estas avergonzado, porque aun si estas en pánico no te dejare ir...- Se aferró a su cintura, mientras envolvía el brazo bajo la almohada de Tony alrededor de sus hombros. - Eres mío, no puedes huir te lo prohíbo.

-No vas a retenerme, lo prometiste. – Pero no importaba si Steve lo encerraba en esta habitación, mientras el alfa permaneciera en ella, estaría satisfecho. Se estremeció ante lo irracional de sus pensamientos, no pertenecía a Steve y sus sentimientos de ahora eran absurdos. – Déjame ir, no soy un animal más de este rancho para que digas que soy de tu propiedad.

-Lo sé, pero si te dejo ir ahora no podre correr detrás de ti. – Respiró profundo intentando contener el malestar. – ¿Recuerdas lo que paso ayer con claridad?

- ¿Ayer? Solo paso un día de mi celo. – Se tensó por completo, recordaba fragmentos de Steve besándolo, preparándolo y se recordaba a si mismo suplicando por un poco de atención.

-No llegamos hasta el final, pero esta vez si te acaricie inapropiadamente y no me arrepiento. – Seria honesto sin importar lo que sucediera, necesitaba ganarse la confianza de Tony.

Tony suspiro, a pesar de su contrariedad las cosas eran así ahora, y él aunque lo quisiera no podría alejarse de Steve, la conexión que sentía con el hombre no era algo simple, se sentía atraído y seguro en sus brazos, todo el hombre en si lo hacía sentirse feliz, el simple hecho de su existencia lo ponía eufórico y sabia que no habría nadie más que lo hiciera sentir de esa manera al menos no en esta vida, independientemente de tener una marca de apareamiento o no. Al pensar en la marca de apareamiento, automáticamente se llevo la mano izquierda sobre su cuello y nuca. – ¿Tu no...?

-Por su puesto que no. – Tomó la mano se Tony y le beso el dorso antes de inclinarse a besarle el área que Tony inspeccionaba con ansiedad, posando la mano de Tony sobre su mejilla. – Tienes la mano helada ¿Estas asustado? No te lastimare, lo juro.

-No, no soy yo. – Tony se giro dificultosamente entre los brazos de Steve y deliberadamente tomo las mejillas de este, entre sus manos. – Estas ardiendo en fiebre, debería llam...

-¡Shh...! Estoy bien, es normal solo quédate aquí conmigo y estaré bien. – Tomó la mano de Tony y volvió a besarla, acunándola contra su pecho. – No importa cuanto tiempo necesites, voy a esperarte.

-Normal... - Los ojos del alfa estaba vidriosos, el aire que exhalaba era caliente mas de lo normal y el corazón de este golpeaba fuerte y rápido bajo la palma de su mano sobre el pecho de Steve. Todas las alarmas en su cuerpo se dispararon, probablemente era el inicio del rut. – Déjame ir... - Lo empujó con ambas manos intentando escapar, mientras su propio corazón aterrado, iba tan rápido que dolía.