La tarde estaba comenzando a caer cuando los perros del rancho empezaron a ladrar desesperadamente, tanto que obligaron a Tony a tomar un arma y salir de la casa.
Por el camino que conducía hasta el rancho pudo ver un pequeño sedán azul, avanzando con paciencia a través del mismo, hasta lograr alcanzar su patio, siendo rodeado inmediatamente por una manada de perros a la defensiva. La ventanilla bajó un poco y una mano se agitó.
-Soy yo... Banner, puedes llamar a tus perros o debo volver por donde vine. – Gritó para ser escuchado sobre el ladrido de los perros.
-¿Banner?- finalmente se había dignado a venir lo había llamado ya hacia casi un mes.- ¡Eh! Muchachos a callar...- Tony bajó las escaleras llegando hasta el auto con una sonrisa.
- Hola Tony... ¿Ya es seguro bajar?
-Hola... por supuesto solo son revoltosos. – Acarició la cabeza de uno de sus perros, mientras los otros solo lloriqueaba y movían sus colas alrededor. - ¿Y qué te trae por acá?
-Pues vine a ver a Steve.
- Como que te tomo un poco de tiempo, no crees. – Murmuró sarcástico con una sonrisa en los labios.
- Lo sé, pero pensé que ustedes no estaban preparados para recibirme inmediatamente. – Sonrió Banner con un poco de calor en sus orejas.
- ¿Por qué? – preguntó ingenuamente, mostrándole el camino al interior de la casa.
- ¿Enserio estas preguntándome eso? Si yo recién me encontrara... olvídalo cuando llegue Steve sabrás porque no vine antes. - Suspiró. - ¿Y tú qué haces con esa arma en la mano? No es como si alguien fuera a invadirte.
- Sucedieron algunos percances con Nat durante mi celo así que prefiero estar preparado. – Observó el arma en su mano consciente de que nunca le dispararía a alguien.
-No vas a dispararle cierto. – Se mordió el labio con algo de preocupación, no estaba seguro que darle un arma a Tony en el estado emocional en el que se encontraba fuera una buena idea.
-Espero no tener ningún percance con nadie en general, porque no creo ser capaz de hacerle daño aunque de eso dependiera mi vida. Pero Steve creo que no lo dudaría ni un segundo. – Suspiró al recordar el desafortunado incidente con Nat. – Él se ha puesto un poco aprensivo respecto a mí y siempre está gruñendo a todo aquel que se acerque demasiado.
- Todo va bien cierto, no está siendo un cavernícola ni presionándote en ningún sentido. – Sabía cómo de obsesivos podían llegar a ser los alfas con un compañero y era lo que Tony menos necesitaba en estos momentos, aunque parecía llevarlo muy bien. - Si por algo te sientes amenazado o el intentara algo, debes llamarme, vendré por ti y nos las arreglaremos para que puedas escapar.
- No, claro que no. Te agradezco el apoyo, es bueno saber que hay alguien de mi lado y que no estoy completamente solo. Pero Steve está siendo muy amable y comprensivo. -Sonrió al pensar en el alfa. - ¿Quieres cenar algo, en lo que Steve vuelve?
- Seria genial, no he comido nada en todo el día, pero no se si deba...
- ¿Por qué? Está bien, a Steve le agradara que hayas venido. - Paso ligeramente su brazo sobre los hombros de Banner y lo obligó a entrar a la casa.
- Estoy seguro que a él si, después de todo traje sus inhibidores, eres tu quien me preocupa. – Parecía que Tony no pensaba en que él también era un omega, estaba más interesado en una parte del motivo de su visita.
-Inhibidores, no necesitas traer eso. - Había hablado con Steve sobre ello ¿Por qué aun así le había pedido las medicinas a Banner?
- Pero él me los pidió y como su...
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Renuente Amor
FanfictionUn alfa con dolorosas perdidas a lo largo de su vida y que aun así cree tenerlo todo. Hasta que, por caprichos del destino encuentra a un desconocido, tirado a las orillas de una carretera solitaria y a punto de perder la vida. Un omega amnésico, q...