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28/10/2009

Querido Diario...

Ayer fue mi cumpleaños número 15, estaba tan feliz. Al fin había llegado a la edad a la cual toda chica espera llegar.

Mis padres se pusieron de acuerdo y me dijeron en que no se iban a pelear eh iban hacer una gran fiesta para mí y mis amigos. Sinceramente no necesitaba una fiesta, pero al escuchar que no se pelearían, fue el mejor regalo que pudieron darme.

Estuve un día completo invitando a los que consideraba amigos en mi escuela. Les di a al menos unas 15 personas. Entre ellas, mi mejor amiga. La cual había conocido ya hace más de 4 meses gracias a que éramos equipo en la clase de química.

En el momento que llego la hora de que iniciaba la fiesta, estaba más que nerviosa y emocionada por lo que podría pasar.

Pasaron 15 minutos, y nadie llegaba. Pero no perdí esperanzas, nunca lo hago.

«Tal vez se atoraron en el tráfico»
Pensé que sería eso, puesto a que sabía lo horrible que podría ser el tráfico luego de las 1 de la tarde.

Sin embargo pasaron otras 3 horas más y nadie llegaba. Sólo estaba yo: sentada, sola, con un lindo vestido de color azul marino que mamá compró en el Centro comercial, y frente a mí un gran pastel decorado de un tono rosado fucsia que se miraba muy empalagoso.

Mis padres me preguntaron con cara seria, si enserio había dado las invitaciones y no fue un invento mío. Les dije que sí, porque esa era la verdad, nunca eh sido una mentirosa.

Pero lamentablemente papá no me creyó y me jaló del cabello con una fuerza extraordinaria que me levantó del suelo y me llevo colgada dentro de la casa.

Ahí fue donde él se quitó el cinturón y empezó a golpearme en la espalda, muy fuerte. Tanto fue la fuerza que me sacó sangre gracias a la hebilla. Yo sólo podía suplicar que parara. Pero nunca lo hizo.

Nunca lo hace.

A lo lejos veía como mamá me miraba desde una esquina de la habitación, quise pedirle ayuda, pero vi como lentamente una sonrisa se le formaba en la cara, al observar mis lágrimas de dolor.

Hoy en la mañana, cuando entré al salón de clases, quise preguntarles a mis amigos porque no fueron, aún tenía la esperanza de que todo era culpa del maldito tráfico. Pero solo llegué y abriendo la puerta del salón sentí que algo caía encima mío.

Creo que fue suerte que era agua la que me caía encima.

Los chicos que se encontraban ahí empezaron a reírse de mí. Y de repente sentí que alguien me empujaba desde atrás, lastimando mi muy magullada espalda. Lloré al instante, aún tenía las heridas de la noche anterior abiertas, no pude hacer nada por sanarlas, ya que mis padres no me dejaron ir al baño, ni siquiera entrar a mi habitación después de haberme "castigado".

Volteé hacía atrás para ver quien fue la causante del empujón. Y observe a la que consideraba mi mejor amiga.

Ella también se reía de mí.

«¿Enserio pensaste que íbamos a ir? Estas muy demente enserio»

Dijo ella.

Y con eso, se fue a sentar con otras chicas de nuestro curso.

Nadie me ayudo a levantarme, todos se rieron de mí.

Mi espalda comenzó a arder de nuevo, y sentía como la sangre que salía de las heridas se pegaba junto a mi camisa del uniforme. Gracias al cielo tuve la certeza de llevarme un suéter rojo antes de salir de casa.

Diario... ¿qué hice mal? ¿Soy demasiada fea que no puedo ser su amiga? ¿No soy muy buena hija?

¿Seguiré sufriendo toda mi vida?

No lo sé Diario. Pero...

Fue el peor cumpleaños de mi vida.

Dear DiaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora