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12/2/2011.

Querido Diario...

Hoy fue un día muy inusual/ inesperado, se podría decir.

Hoy fue un día demasiado diferente a lo que estoy acostumbrada.

¿Recuerdas el parque donde encontré el bosque del que te mencioné?

Bueno, hoy fui a ese parque de nuevo, y no te alteres, sólo fui a nada más que solo para pasar el rato y alejarme de la humanidad por un rato.

Y por alejarme me refiero que no quería estar en casa luego de un muy tortuoso día en la prepa.

Estaba debajo de un gran y frondoso árbol, solamente leyendo, disfrutando de la risa de los niños que jugaban lejos de mí, y de la brisa fresca.

Todo tranquilo hasta que un chico me lastimó la cabeza con su balón.

Al principio me enojé, obviamente, pero no solo con él, sino también con todo el mundo, con mi vida.

Ósea ¿acaso no puedo estar en cualquier lugar sin terminar herida física o mentalmente?

El chico corrió hacia mí con mucha preocupación, lo sé porque lo vi en sus ojos. Me pregunto:

«¿Estás bien?»

Y juro, enserio JURO por mis padres que nadie en toda mi vida me ha preguntado como estoy. Que hasta quise llorar. Pero me aguardé las lágrimas y le contesté que sí. No quería tener más problemas de lo que tengo.

Pero sorprendentemente el chico se quedó a mi lado, nunca me miró con desprecio, tampoco con una mirada pervertida. Fue completamente diferente. Y... Me gustó un poco. No él, si no su trato conmigo. Por primera vez en años, al fin alguien se comportaba agradable, gentil, caballeroso hasta gracioso conmigo. Y eso lo apreciaba muchísimo.

Me pregunto donde estudiaba, y en donde vivía. Para mi mayor decepción no era de mí misma preparatoria.

Sin embargo fue muy diferente, en todo en general. Espero volver a verlo. Se nota que es un gran chico. Y sabes, me agradecí por primera vez a mí misma por haber escuchado a mi subconsciente ese día que decidí suicidarme.

Pd: Su nombre es Michael.

Lindo ¿no lo crees? :D.

Dear DiaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora