17-En El Ojo Del Enemigo

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Divide las dificultades que examines en tantas partes como sea posible, para su mejor solución.

—Juliana Valdés

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Valentina se había ido la casa de Juliana, después de que terminó la cena familiar. No soportaba las indirectas de su madre en contra de Juliana. Asi que, le pidió a ésta, que se fueran a su casa. Para que estuvieran más tranquilas.

No sabía si su novia iba a aguantar tanto.

—... Te juro que si no fuera tu madre le hubiera... Mejor no digo nada — le decía Juliana a su novia, quien estaba recostada sobre su pecho

—tranquila chiquita. Eso era lo que ella quería lograr. Molestar

—te dije que tu madre no acepta nuestra relación. Y nunca la va a aceptar

—no me importa si la acepta o no. Mientras tú y yo estemos bien y nos aceptemos nosotras. Asi es ta bien

—por eso es que quiero que sólo seamos tú y yo. No me importan las formalidades...

—¿qué quieres decir con eso?— preguntó Valentina un poco dudosa

—Val... Yo no quiero estar saliendo en la tele. No quiero que los periodistas estén detrás de mí... Quiero que nos mantengamos al margen de todo eso. Que estemos bajo perfil— le dijo Juliana con su mirada hacia abajo. Valentina hizo una mueca con sus labios. Se veía molesta

—¿quieres una relación en secreto? ¿Quieres qué nos estemos escondiendo?... ¿Es eso lo que quieres, Juliana? — Valentina hizo varias preguntas al mismo tiempo. Juliana asintió

Valentina iba a salir de la cama, pero Juliana la detuvo.

—¡sueltame, Juliana!— le dijo ella intentado salir de su agarre. Pero Juliana la abrazó por la cintura

—Val, mi amor. No te pongas así, por favor— Juliana trataba de tranquilizar a su novia

—¿y cómo quieres qué me ponga?... Después de yo haber declarado mi amor por ti en la televisión nacional e internacional. Después de enfrentarme con mi madre y llevarte ante mi familia... Después de todo eso tú ahora quieres que nos escondamos... ¡Y entonces no quieres que me enoje!—le dijo Valentina, cruzada de brazos y con los ojos aguados. Juliana la abrazaba y le acarició el cabello.

—no morrita, yo no quiero esconderme. Eso no fue lo que quise decir. Simplemente quiero que tengamos nuestra privacidad, recuerda que no somos personas normales... Bueno, por lo menos tú. Todos los medios están pendiente de ti. Estamos en el ojo del enemigo

—es que no quiero esconderme. Quiero besarte en cualquier lugar que estemos. Quiero que caminemos de la mano, que vayamos a comer helado, al cine, y hacer cosas que hacen las parejas... Quiero que todos sepan el amor que siento por ti Juliana

—yo también quiero hacer todo eso, Val. Pero no quiero que la presa sepa de mí. No por ahora

—pensé que eras abiertamente homosexual, pero resultaste más closetera que yo— Juliana sonrió y le dio un beso en la cabeza

—no morrita, no soy closetera. Simplemente quiero mantenerme al margen de los chismes faranduleros... ¿Sabés las morras que andarán detrás de mí cuando sepan quien soy?— le dijo Juliana. Valentina la miró con una mirada asesina. Juliana rió fuerte y luego la abrazó

—y tú enojada por eso, ¿verdad?— le dijo Valentina

—¿ves lo que digo? Tus celos se harán más intensos, y yo no quiero ser culpable de la muerte de casi todas las mujeres del país— Juliana seguía molestado a su novia

Vida De Mentiras (CONCLUIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora