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Niño perdido, guía su camino.

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Cuando por fin puede ir a Yunmeng, Fairy lo recibe con increíble entusiasmo, moviendo la cola y alzando sus patas para que Jin Ling las tomé entre sus manos y la cargue como cuando era una cachorra. Ella lame su mejilla y él sólo puede acariciarle la cabeza con cariño.

—Fairy, ¿dónde está tío? —le pregunta una vez que la perra siente que ha tenido las suficientes caricias como para quitarse de encima de su amo. Ella asiente con la cabeza, da un par de vueltas sobre sí misma y comienza a guiarlo hacia dentro del muelle de loto.

Encuentra al líder de la secta Jiāng en su oficina, demasiado centrado en sus propios asuntos como para escuchar sus pasos o los de Fairy. O eso pensó Jin Ling, hasta que lo vio dejar sus papeles a un lado y mirarle directamente en la entrada.

—No has mandado una carta, es informal para tratarse del líder de la secta Jin —, dice Jiāng Wanyin, alzando una ceja inquisitivamente. RuLan se aclara la garganta antes de hablar.

—No vengo por asuntos de la secta —, reconoce, algo avergonzado de sus propias acciones, pero no tiene a otra persona a quien recurrir, no confía tanto en otra persona —. Vengo a pedir tu consejo sobre un asunto personal, tío.

El líder de la secta Jiāng le mira con un atisbo de curiosidad, tiene años que Jin Ling no acude a él por algo personal, fuera de sus temores a no cumplir las expectativas de todos con ser un buen líder de la secta a una edad tan temprana, o no poder honrar el nombre de sus padres como el líder justo y noble que seguramente ellos quisieran que fuera.

Jiāng Wanyin le hace tomar asiento, y su sobrino lo hace, apoyando sus manos en las rodillas y mirando hacia ellas, un poco cohibido por la situación, sea lo que sea, al líder de la secta Jiāng le hace recordar las primeras consultas que le hizo, cuando se frustraba porque el consejo ni nadie en LanLing Jin parecía tomarlo en serio por su corta edad. O simplemente los días cercanos a la fecha donde Jin GuangYao se fue, y Jin Ling hacía las respectivas ceremonias con un caos en su pecho. Siempre recurriendo a Jiāng Cheng para las respuestas a sus propias emociones, ya que jamás supo cómo sobrellevarlas del todo. Teniendo eso en cuenta, desde los quince hasta esta fecha, había hecho progresos enormes que enorgullecen a su tío, pero ahora, era como si Jin Líng dejara esa fachada de lado y volviera a ser aquel pequeño y asustado niño que tuvo que enfrentarse al mundo.

—Estoy esperando—, dice pacientemente Jiāng Cheng, sin intención de apurar a su pequeño sobrino, pero alentándole a que siguiera. Wei WuXian le había dicho muchas veces que parecer comprensivo, más que parecer molesto, sería más efectivo. Jiāng Cheng tiene que reprimir la molestia de aceptar que Wei WuXian tenía razón a veces.

—Tío —, parece que RuLan se llena de un valor que ha traído consigo de quién sabe dónde, alza una mirada determinada —. ¿Cómo se siente cuando estás enamorado?

—...

La mano de Jiāng Cheng resbala y casi hace caer su bote de tinta. Rápidamente se recompone y alza la mirada a su sobrino. Algunas de las sirvientes le habían dicho que, en algún momento, el Joven amo Jin tendría dudas al respecto, sólo que no se esperaba que quien le preguntara fuera ya el Líder de la secta Jin. Aunque claro está, Jin Ling durante su juventud no tuvo tiempo de pensar en ello, la carga sobre él era demasiado pesada, Jiāng Wanyin lo entendía perfectamente bien.

Sin embargo, después de tantos años, Jiāng Cheng no tiene una respuesta sabia que darle. Jiāng Cheng sólo se había enamorado una vez en su vida, durante su juventud, cuando estudiaba en el Receso de las nubes , pero al ser lanzado hacia una guerra, poco pudo pensarlo. Jin Ling es diferente, su lucha sirvió para abrirle paso a la siguiente generación, quizá Jin Ling no pudo elegir qué hacer con su vida, desde pequeño le han dicho que ser líder de la secta era su deber, pero al menos, podía escoger a quien amar y con quién compartir su carga.

Lamentablemente, desde niño, no ha tenido clara la idea de dos personas amándose. RuLan jamás conoció a sus padres, tuvo un asqueroso ejemplo con su abuelo paterno, y a sus trece años descubrió que la única figura de una pareja feliz que había tenido, fue una gran mentira. Después de todo Jin GuangYao no dudó en asesinar a su hijo y llevar a la muerte a su esposa.

¿Y Jiāng Wanyin? Él ni siquiera tenía un ejemplo que dar en ese aspecto. Él mismo no tuvo el mejor modelo de una pareja en su niñez, casarse para discutir todo el tiempo y no tolerarse de momentos, era algo que rechaza fuertemente. Claro que ha crecido y sabe que no todo es así, pero aún esas espinas se clavan en lo más profundo de su pecho.

Con Jin Ling no debe ser así. Pero Jiāng Cheng no sabe cómo abordarlo correctamente. La única pareja feliz que conoce es la de su hermano, Wei WuXian, pero Wei WuXian era Wei WuXian, no era opción.

—¿Crees que estás enamorado? —pregunta, con un tono más serio de lo que pretendía. RuLan muerde su labio inferior y asiente con la cabeza.

—No estoy seguro —, cede Jin Ling, vagando su mirada por el escritorio de madera —. ¿Y si al final me equivoco y sólo lastimo más a la otra persona? Si... ¿Si esto no sólo me afecta a mí, sino a las relaciones políticas con Gusu? ¿Y si Hanguang Jun no permite más cacerías cerca de la frontera? La comercialización con Caiyi es demasiado importante para LanLing. Sin el paso comercial por Caiyi, ¿qué sucederá con las vías de administración hacía Qinghe? Si se corta el suministro de la madera y el carbón antes del invierno, y eso...

—A-Ling —, Jiang Wanyin alza la voz para que finalmente lo escuche. El joven líder de la secta se queda congelado sobre sus propias especulaciones, y su tutor sólo puede suspirar —. ¿Se trata de Lan Sizhui?

Jin Ling frunce el ceño y endereza su espalda antes de asentir con la cabeza —. Si, es Lan Sizhui.

Jiāng Wanyin ha conocido muy superficialmente al discípulo principal de la secta Gusu Lan, lo ha visto en reuniones formales y al lado de sus padres. Siempre buscando una solución o comentando algo para retroalimentar los planes de sus superiores, siempre con el debido respeto y fluidez al hablar. Por la forma en la que Wei WuXian hablaba orgullosamente de él cuando visitaba el muelle de loto, podía decir que era incluso talentoso. Solamente no se esperaba que resultara ser el primer interés amoroso de su sobrino.

—¿Crees que Lan Sizhui cortaría los lazos políticos entre Gusu Lan y LanLing Jin, sólo por despecho? —pregunta con sincera curiosidad. Aquella descripción se salía del molde que le habían concebido sobre el discípulo Lan, en menos de un segundo, Jin Líng niega energéticamente con la cabeza —. Entonces, ¿qué es lo que realmente te preocupa?

Jiāng Cheng observa cómo Jin RuLan comienza a divagar. Sabe que es difícil expresar estas cosas con palabras, y en este punto, el líder de la secta Jiāng se pregunta seriamente, en esta situación, ¿qué haría su hermana? ¿Qué diría Jiāng YanLi?

Tío y sobrino se quedan encerrados en un rotundo silencio, hasta que el mayor se echa hacia atrás sobre su asiento y rasca su nuca.

—¿Tienes miedo de que deje de ser tu amigo o algo así?

Jin Ling niega con la cabeza.

—¿A qué le temes, A-Ling?

—¿Y si no funciona? —dice finalmente, escondiéndose entre sus hombros —. ¿Y si estoy equivocado y después cambio de opinión? ¿Y si él está confundido y realmente no...?

Oh. Era eso. Claro.

Jiāng Wanyin sabía más que nadie que uno de los complejos más grandes que tiene su niño, era el temor a ser dejado atrás. Temor a volver a estar solo. Herir a los que considera sus cercanos y provocar que lo abandonen. Por más que quiera negarlo, es una verdad inherente a él.

—Creo que de nada sirve hacerse estas preguntas si él mismo no te las responde. Lo único que debes preguntarte es si vale la pena arriesgarse por lo que tú sientes.

Jin Ling lo mira fijamente, Wanyin quiere no pensar que seguramente jamás imaginó que le diría algo así. Él mismo se siente demasiado fuera de lugar al repetir aquellas palabras, palabras que una vez fueron para él, pero jamás pudo tomar.

A veces aún podía escuchar la voz de su hermana en las noches de luna, antes de que la risa de Wei WuXian interrumpiera y contagiara su ánimo.

Cuando vuelve a mirar a RuLan, el joven sólo asiente y se retira de su oficina.

Jiāng Cheng se pregunta si su hermana hubiera querido aconsejar así a su hijo. Quizá, ella estaría feliz de verlo buscar su propia felicidad.

Cuestión de (in)comodidad 「ZhuiLing」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora