Una invitación inesperada

278 69 36
                                    

1
Martes

A esta hora del día hacía más calor que en el infierno. A pesar de que iba vestido con unas bermudas, una playera blanca ligera y traía una gorra sobre mi cabeza, seguía sintiéndome sudoroso como cerdo.

A mis espaldas escuchaba a mis amigos discutir si la pizza con piña era buena o un delito internacional. Ryeowook, Kyuhyun y Jisoo opinaban que era asquerosa. Siwon, Yesung y Haemin la defendían a muerte.

—Es asquerosa —aporté a la plática. Siwon y los defensores de la piña me miraron indignados, pero los otros tres festejaron y se rieron de ellos.

—Nosotros ganamos. —Kyuhyun les enseñó su lengua.

Entre risas ingresamos a la cafetería de mi tía.

Los martes, después de clases, venía a trabajar para ganar algo de dinero extra, pues lo que mis padres me daban estaba destinado para la universidad. Mi comida y los libros de Lee Hyukjae no se pagaban solos.

Aquí trabajábamos cuatro de los siete que conformábamos nuestro grupo. Éramos Haemin, Jisoo (las dos únicas chicas), Yesung y yo. Los demás solo nos hacían compañía porque nos encantaba estar juntos.

Los siete éramos parte de un equipo teatral llamado "Nameless, teatro". Sí, no era el mejor nombre de la vida, pero no se nos ocurrió algo mejor.

Yesung, Kyuhyun y Ryeowook estudiaban conmigo en la universidad de literatura. A los demás los conocí después.

Unos tres años atrás Kyuhyun y yo regresábamos ebrios de una fiesta. Entre risas caminábamos sin rumbo por las calles. Grande fue nuestra sorpresa al ver a un par de chicas discutiendo con un hombre en un parque. Cabe resaltar que eran como las dos de la mañana. Nos acercamos para ver si podíamos ayudar y así nos enteramos de que todo era actuado.

Ellos intentaban formar un grupo de teatro, pero como acababan de empezar no tenían donde ensayar, por eso lo hacían en la calle y por la madrugada.

Presenciamos su actuación un rato y nos pusimos a platicar después. Ellos necesitaban gente para el grupo, así Kyuhyun y yo, inmersos en nuestra ebriedad, nos ofrecimos amablemente. Además, el tío de Kyuhyun poseía una bodega que nunca utilizaba y mi amigo no tardó en ofrecerla como foro de ensayo.

Tiempo después les hablamos a Ryeowook y Yesung del grupo, ya que ellos también estaban interesados en las artes escénicas. De esa extraña y poco convencional manera nació Nameless teatro.

No éramos expertos, pero sí bastante buenos. Hacerlo resultaba divertido y amén de ello sacábamos algo de dinero.

Los clientes de la cafetería nos miraron raro al entrar, pero no los culpaba, un numeroso grupo de chicos escandalosos siempre resultaba entretenido de ver.

Gracias al cielo mi tía no tenía problemas con ello. Nos quería mucho a todos y solía decir que éramos como los hijos que nunca tuvo.

Haemin, Jisoo, Yesung y yo fuimos a nuestros puestos de trabajo.

—Hola mis niños. —Mi tía salió de la cocina cargando una bandeja atiborrada de comida en cada mano.

—Tía —alargué poniendo mi cara de cachorrito pateado. La seguí por todo el local porque ella no se detuvo y, en cambio, se dispuso a repartir las ordenes en las mesas correspondientes—. A que no creerás lo que me pasó ayer.

—¿Ahora qué hiciste, Hae?

—Perdí mi cartera —lloriqueé.

—¿Tú? ¿Tú perdiendo algo? Oye, que raro —dijo con una poderosa dosis de sarcasmo en la voz.

•La vida es un libro [Eunhae]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora